El gol se "cocina" en el laboratorio
'La ciencia del gol'. Los goles se "cocinan" puertas adentro y no es ningún misterio que se preparen como parte de los entrenamientos habituales. Tiros de esquina, tiros libres o incluso saques laterales se han convertido en un arma para sacar adelante un partido, cuando el fútbol más elaborado no permite acercarse con peligro.
Las opciones de anotar pasan por la inteligencia del entrenador y que los ejecutantes, los jugadores, cumplan a rajatabla lo ensayado. En la historia de los mundiales, aquello ha estado siempre presente, pero en el de Rusia 2018, más que nunca.
El 42% de los goles se marcaron con esa estrategia: pelota parada. Es decir, 68 tantos de 161 tantos fueron por esa vía, sin contar aún con el partido por el tercer lugar y la final. Nunca antes se habían marcado tantos así, lo que deja ver la importancia de trabajar en la pizarra y buscar más opciones.
Los impresionantes goles de Toni Kroos, contra Suecia, o el de Cristiano Ronaldo, frente a España, fueron analizados al detalle por el New York Times. Ahí se demuestra la importancia de los goles de pelota parada, para incluso ganar un partido en el último minuto.
Inglaterra es la selección que más la ha aprovechado, porque 9 de sus 12 festejos llegaron así. El entrenador Gareth Southgate aprovecha la habilidad de sus buenos lanzadores y sus definidores. No por nada Harry Kane es el actual goleador del certamen, con seis anotaciones.
Pensar para marcar
La estrategia no es cuestión del azar y una buen planificación trae éxitos. La tecnología y los datos podrán aportar al entrenador rival sobre características del juego, pero el cerebro de su colega podrá tenderle una trampa perfecta. (D)