El sábado se jugó el primer Clásico de la temporada, en Madrid, y con 2 equipos que continúan con la intención de ser los mejores del mundo una temporada más. El Santiago Bernabéu se vistió de gala para recibir al líder de la Liga Española y para animar a su equipo a conseguir una reducción de puntos obligada para que el Barça no se marchase demasiado lejos en la clasificación.

Carlo Ancelotti, uno de los entrenadores con más inteligencia táctica de Europa y campeón de Europa con un Milan que mezclaba grandes aspectos tácticos con jugadores de clase técnica, hizo gala de su experiencia para conseguir desactivar a los barceloneses e impedir que el juego de toque corto se impusiera por encima del juego físico.

Hacer correr a Xavi

Xavi Hernández es un jugador que no necesita espacios para generar fútbol. Su calidad con el balón en los pies es innegable y su visión de los pequeños espacios para lanzar el último pase le convierten en el mejor pasador del fútbol europeo en la última década. Sin embargo, el físico del jugador egarense no forma parte de sus virtudes. Plantear un partido para hacer correr a Xavi Hernández es hacer que el equipo en el que juega el ‘6’ no tenga tanta posesión de balón y, además, disponga de un jugador menos en las tareas defensivas.

Xavi tiene este año un rol secundario debido a su estado físico y a su edad, y la titularidad que le dio Luis Enrique fue precisamente para controlar el partido en el centro del campo y evitar los contragolpes del Real Madrid en la recuperación. Nada de eso sucedió, el Madrid hizo correr a Xavi y Luis Enrique le sustituyó en el segundo tiempo. Una de las claves del partido.

El balón para Isco

La precisión de Isco en la conducción de balón y en el juego en corto es una de las características del Real Madrid cuando uno de los delanteros titulares no está disponible. En este caso, la baja de Gareth Bale provocó la entrada del malagueño, un jugador incontrolable por la imposibilidad de robarle el balón. Isco lo hizo todo. Condujo, asistió, llegó al área y defendió como el que más.

Partidazo del centrocampista español, excelente en las ayudas para que el centro del campo blaugrana no se sintiera cómodo y el primer futbolista en salir a la carrera cuando el Real Madrid recuperaba el balón. De sus botas nace el 3-1, definitivo para cerrar el encuentro. Se marchó ovacionado y coreado por el Bernabéu.

Las contínuas desconexiones en el Barça

Ya sucedieron en París ante el PSG, siguieron ante el Eibar y se repitieron ayer en el segundo partido más importante de lo que va de temporada. El FC Barcelona sigue con problemas de concentración en fases muy concretas de encuentro y en jugadores también muy concretos. En defensa, Alves y Piqué parecen tener un botón de encendido y apagado que se pulsa 3 o 4 veces por partido. Al estar apagado, su implicación con el equipo se reduce y cometen errores de bulto que provocan situaciones claras de peligro para el rival. Del que también preocupa el momento de forma es Sergio Busquets. El canterano ha iniciado esta temporada con problemas físicos, y queda claro con sus últimas actuaciones que está lejos de su mejor estado. En ese sentido, Luis Enrique debería tomar nota.