El gran ‘Clásico’ del fútbol español tiene dos componentes imprevisibles que lo convierten en un espectáculo extraordinario. En primer lugar, nunca hay un favorito. Nadie de los 80.000 espectadores que hoy abarrotarán las gradas del estadio Santiago Bernabéu tiene la certeza de que ganará su equipo. Da igual su grado de implicación pasional por el color blanco o el blaugrana. Si alguno de ellos tuviera un segundo de cordura en los instantes previos al partido diría que puede ocurrir cualquier cosa. Siempre ha sido así cuando Real Madrid y FC Barcelona miden el poder de sus fuerzas.

El otro elemento mágico del Clásico es la inconsistencia que tiene el puesto clasificatorio de ambos equipos y el estado de forma de sus grandes estrellas. En la segunda temporada de Cristiano Ronaldo como jugador merengue, el Madrid visitó el Camp Nou al borde de un ataque de nervios, entre otras cosas porque la mira telescópica del francotirador luso llevaba borrosas varias jornadas.

El Barça, por el contrario, saltó al campo como los centuriones de Julio César tras conquistar la Galia. El rostro de Messi estaba inusualmente sonriente y el de Piqué, somnoliento. Los culés rezumaban un convencimiento absurdo de que aquella noche había llegado para aplastar a su eterno rival como nunca antes nadie lo había hecho. Algo más de dos horas más tarde, los papeles habían cambiado. Los merengues dieron un repaso en toda regla a los culés y CR7 fue el mejor del partido con diferencia.

Hoy no variará el guión. El Real Madrid, que recupera a su arquero tico Keylor Navas y al francés Karim Benzema tras su rocambolesco episodio de extorsión a un compañero de selección, parte con la ligera ventaja de jugar en un estadio como el Bernabéu que cuando aprieta -y hoy lo hará con furia desatada-, los hombres más duros tiemblan como las hojas. Su director técnico, Rafa Benítez, exhibió en la multitudinaria conferencia de prensa celebrada ayer todo el catálogo tradicional de cómo meter presión a los rivales al asegurar que su equipo no solo es el favorito para vencer.

Benítez insistió ayer en rueda de prensa que “el Real Madrid tiene unas características y unos jugadores con unas características, para atacar, que tiene que meter goles y que tiene que llegar a la portería contraria”.

Quien también estará en la batalla de hoy (12: 15 horas en Ecuador) es el defensa internacional Sergio Ramos, cuya clavícula no termina de curarse y jugará infiltrado antes de pasar por el quirófano, según informó el mismo cuerpo técnico.

En el FC Barcelona se preparan para jugar bajo un ambiente hostil y un clima extremo. A la rivalidad histórica existente entre los dos clubes más laureados y poderosos del fútbol español, se une en esta ocasión la pócima envenenada de la política tras la declaración independentista de Cataluña y el posicionamiento favorable de algún jugador como es el caso de Gerard Piqué.

Luis Enrique, el director técnico blaugrana, tiró ayer de humildad para explicar que “siempre son partidos igualados”, pero negó con rotundidad que el Madrid llega al partido “en mejor estado de forma que nosotros”.
Fue una argucia porque la realidad es que Messi jugará obligado porque no tiene el alta médica de la lesión de rodilla que le ha tenido dos meses en el dique seco, e Iván Rakitic volverá al equipo sin haber completado un entrenamiento serio durante los dos últimas semanas.

Todos son dudas en el bando culé. Aunque todos conocen la leyenda de que las probabilidades de vencer en el Clásico son las mismas que tendrían de lanzarse una moneda al aire.

Los terribles sucesos ocurridos en París en los últimos días han obligado a las autoridades a extremar las medidas de seguridad en una ciudad que vive este espectáculo de masas con una expectación absoluta. El nivel de alerta en la capital de España subió ayer del grado 3 al 4 de los 5 niveles que tiene la escala de las Fuerzas de Seguridad del Estado.

Madrid ha sido blindada por la policía a la espera de que el balón comience a rodar, además de los miembros de la policía, un grupo de efectivos de la seguridad privada. El cotejo iniciará con un minuto de silencio, en homenaje a las víctimas de la semana pasada. (I)

Entrevista / Javier Tebas / Presidente de la Liga de Fútbol Profesional de españa

"Este partido es la joya y la locomotora de la Liga española"

Agencia AFP
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Madrid, España

El clásico Real Madrid-Barcelona que se juega hoy (12:15, hora ecuatoriana) es ‘la joya’ del campeonato español, resume el presidente de la Liga de Fútbol Profesional, Javier Tebas.

En una entrevista con la agencia AFP, el dirigente afirma confiar en que el nuevo modelo de venta centralizada de los derechos de televisión permita a la Liga ingresar unos 1.500 millones de euros, frente a los 800 millones del antiguo sistema, al mismo tiempo que aumenta las ganancias del Real Madrid y del Barça.

¿Cuál es la importancia del clásico para el atractivo de la Liga española?

Más importantes suelen ser los partidos de final de temporada, pero indiscutiblemente es el más mediático. Evidentemente, el clásico es el evento deportivo entre clubes que más se ve en el mundo (al menos 500 millones de telespectadores), superando a la Superbowl y bastante a la final de la Champions League. El clásico es un partido de competición oficial, donde se están jugando los puntos; si fuese un amistoso sería mucho menos, por tanto es la joya de la Liga, pero la Liga también da valor a este partido.

¿Qué espera de la licitación de los derechos televisivos en España para las próximas tres temporadas, cuya fecha límite es el 2 de diciembre?

A nivel internacional hemos hecho la licitación este verano y hemos aumentado los ingresos anuales de 800 millones a 1.200 millones de euros. Ahora, estamos haciendo la licitación nacional y espero llegar a 1.500 millones. No es la Premier (2.300 millones de euros anuales de derechos de televisión nacionales) porque tenemos que trabajar todavía mucho más en el concepto de marca de la Liga.

¿Hay algún riesgo de que Real Madrid y Barcelona ganen menos con este nuevo sistema de venta centralizada?

El Madrid y el Barcelona van a cobrar más dinero con este sistema de reparto. Tenemos que crecer sin quitarles nada porque son las locomotoras de esta Liga.

¿Cómo puede competir la Liga frente al campeonato inglés y sus nuevos derechos de televisión astronómicos?

Hemos planteado un recurso ante la FIFA por el tema de los TPO (propiedad de los jugadores por un tercero, una práctica muy utilizada en España y Portugal, pero prohibida después por la FIFA). Creemos que la prohibición de los TPO solo beneficia a la Premier League (que ya la prohibía). Hay que regular el sistema, no prohibirlo. Si conseguimos ganar esta batalla, acortaríamos la distancia porque consideramos que el sistema TPO puede contribuir en otros 300 millones más como inversiones y eso hace la diferencia asequible y 4 o 5 clubes españoles serían muy competitivos con los equipos de la Premier (...) Por otro lado, hemos hecho un estudio que dice que en España el fútbol pirateado nos cuesta 500 millones de euros, por tanto creemos que podemos sacar entre 250 y 300 millones de euros si terminásemos esta lucha contra la piratería. O sea que el fútbol español lo podríamos colocar en un valor de 1.700 millones o 1.800 millones de euros, más cerca de la Premier.

Dice que el clásico da valor a la Liga. ¿Qué pasaría con el Barça si Cataluña fuera independiente?

Eso no va a pasar. En el imposible caso de que se produzca, debería cambiarse la ley española. La ley del deporte español solo permite a un Estado no español jugar sus competiciones, que es Andorra. Los equipos catalanes, no solo el Barça, no podrían jugar en la liga de lo que quede de España. Una separación unilateral dejaría muchas heridas. (I)