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El Telégrafo
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1.500 sismos se han detectado en lo que va de 2019 en Ecuador

El pasado lunes 4 y martes 5 de febrero, nuevamente el país vivió dos sismos que causaron temor en los habitantes de las provincias de Guayas y Azuay, cuyas magnitudes fueron de 5.9 y 4.9, respectivamente. La foto corresponde a la ciudad de Guayaquil.
El pasado lunes 4 y martes 5 de febrero, nuevamente el país vivió dos sismos que causaron temor en los habitantes de las provincias de Guayas y Azuay, cuyas magnitudes fueron de 5.9 y 4.9, respectivamente. La foto corresponde a la ciudad de Guayaquil.
Foto: Archivo / El Telégrafo
06 de febrero de 2019 - 00:00 - Redacción Ecuador Regional

Los movimientos sísmicos en Ecuador tienen un referente histórico. En 1906 las costas del país y del vecino Colombia fueron sacudidas por un terremoto de magnitud 8,8. También forman parte de ese histórico los ocurridos en 1942, 1958, 1979 y 2016, por citar los más potentes.

El pasado lunes 4 y martes 5 de febrero, nuevamente el país vivió dos sismos que causaron temor en los habitantes de las provincias de Guayas y Azuay, cuyas magnitudes fueron de 5.9 y 4.9, respectivamente.

Para el geólogo Jorge Coronel, estos dos eventos corresponden al movimiento de las placas tectónicas, por el hecho de que Ecuador está situado en el Cinturón de Fuego del Pacífico.

Es decir que aquí se concentran algunas de las zonas de subducción (placas tectónicas que están en permanente fricción) más importantes del mundo, provocando una intensa actividad sísmica. “Este proceso genera muchos movimientos por la energía acumulada que es liberada”, explica Coronel.

Con respecto al temblor del martes 5 de febrero en Azuay, Juan Carlos Jiménez, director de la Red Sísmica del Austro, dice que por la falla de Girón, hay zonas en las que se pueden registrar movimientos telúricos fuertes, por lo que es mejor estar prevenidos.

Ecuador -añade Coronel- está atravesado por fallas tectónicas, de las cuales algunas están activas. Una de ellas está asociada a Guayaquil y es la Puná-Pallatanga que viene desde el océano Pacífico, va por Alausí, sigue por Armenia (Colombia), y Venezuela. Esta es larga y divide la cordillera Occidental.

Sin embargo, el técnico del Instituto Geofísico (IG) de la Escuela Politécnica Nacional, Esteban Hernández, manifiesta que los dos eventos son aislados y “no son nada fuera de lo normal”.

Él coincide con Coronel en que los temblores registrados obedecen a las fallas geológicas que liberan energía. “Estos dos sismos no tienen nada que ver el uno con el otro. Todos los días hay movimientos, lo que pasa es que a veces la gente los siente y a veces, no, pero eso no significa que no ocurren”.

Sensores

Hernández indica que en lo que va de 2019, el IG ha detectado 1.500 sismos. “Eso no incluye a los que están ocurriendo que no podemos detectarlos porque no tenemos el suficiente número de sensores para localizarlos. Aún así suceden”.

A su vez, el técnico detalla que el Instituto Geofísico cuenta con 180 sensores que transmiten información en tiempo real.

Según Rodrigo Reveco, experto en riesgo, un sismo es un proceso de generación de una onda que se propaga por la tierra. “Cuando esta onda llega a la superficie la pueden sentir tanto las personas, como las estructuras, viviendas y, dependiendo de la velocidad de su desplazamiento y aceleración, -influye mucho la duración- el sismo se produce con mayor intensidad”.

Él resalta que cuando hay movimientos significativos se debe esperar que lleguen otros de inferior tamaño. “Pero ocurre, a veces, que la primera réplica es más fuerte que el sismo original”.

Reveco, inventor de la cápsula Fénix que rescató a los 33 mineros chilenos en 2010, indica que hay un punto importante ante estos eventos y son los enjambres.

“Son muchos sismos en un lapso muy pequeño de tiempo y generalmente traen como consecuencia uno mayor. También hay otros que se llaman precursores que no tienen una data o asociación a movimientos mayores y su repercusión es menor”.

Destaca que particularmente en lo que va de este año, en Ecuador, la zona sísmica ha estado tranquila. “No hay que olvidar que el país más sísmico del mundo es Chile y lo sigue Japón por una diferencia de menos de 10 o 12 sismos”.

Dice que los ecuatorianos no deben preocuparse por el hecho de que hayan ocurrido dos temblores seguidos, pues esto no significa que el país va a tener un movimiento de mayor magnitud.

Reitera que cuando las placas tectónicas se rozan para acomodarse generan eventos sísmicos. (I)

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