“El terremoto fue implacable, pero el gran amor de China al Ecuador es infinito”. Esa fue una frase impresa en español y en chino, a lo largo de un enorme rótulo rojo con letras amarillas, extendida por integrantes de la comunidad del país asiático.

Ellos se concentraron la mañana de ayer, en una de las pistas de aterrizaje del aeropuerto Mariscal Sucre de Quito, en el sector de Tababela, para recibir el primer vuelo de Air China con ayuda humanitaria para los damnificados de terremoto.

No solo se trató del primer descenso de esa aerolínea internacional en la terminal aérea ecuatoriana, sino que además el avión llevó una carga de ayuda humanitaria equivalente a $ 9,2 millones para los damnificados.

La aeronave, que sirvió en el vuelo CA 1001, fue el primero de 5 aviones Boeing 747 400, que arribarán al país con donaciones desde la nación oriental. Los aviones llegarán en los próximos días.

El arribo de la primera nave (B-2475) se efectuó luego de un vuelo de 22 horas que tomó la ruta China-Rusia-Estados Unidos-Ecuador.

El avión llegó cargado de 1.200 unidades de tiendas de campaña y 2.196 unidades de camas plegables. Hasta ayer estaba previsto el arribo de 3 vuelos más con similares proporciones de carga. Hoy llegará el último con el que se completaría una dotación de 5 mil carpas y 10 mil camas plegables.

Este material será distribuido fundamentalmente en Manabí y Esmeraldas, 2 de las 6 provincias declaradas en emergencia.

Evelyn Jaramillo, asesora de Cooperación Internacional de la SNGR, explicó que estas donaciones serán transportadas en los próximos 2 días con base a un cronograma de actividades que será coordinado con las Fuerzas Armadas (FF.AA.).

En el recibimiento estuvo Ricardo Patiño, ministro de Defensa; Rosana Alvarado, primera vicepresidenta de la Asamblea; y Doris Soliz, secretaria ejecutiva de Alianza PAIS. Los tres agradecieron a las autoridades orientales por la entrega del material.

Asistencia para refugiados

Patiño informó que hay muchas personas damnificadas que no tienen dónde acudir tras perder sus viviendas. Por ello consideró que el material será fundamental para equipar los albergues. Hasta ayer, la Secretaría de Riesgos contaba con 29.067 personas refugiadas en estos centros.

El funcionario indicó que los militares trabajan en el equipamiento de los refugios, específicamente en lo que se refiere a infraestructura, comedores, cocina, baños. Son espacios que serán empleados durante los meses que durará la reconstrucción de las zonas devastadas.

De ahí la importancia, dijo Patiño, de darles condiciones dignas con techo para evitar el calor y las lluvias.

Guillaume Long, ministro de Relaciones Exteriores, también participó en la recepción de las donaciones y se sumó a las expresiones de gratitud. Recordó que esta ayuda forma parte de una relación cercana que se   fortaleció en los últimos años, no solo a nivel económico, sino cultural y ahora solidario.

El canciller, tras saludar a la comitiva oriental, agradeció también por otras formas de cooperación que se han presentado con Ecuador. Entre esas se encuentra el apoyo monetario de $ 100 mil, donados por la Cruz Roja de China y un contingente de especialistas en labores de rescate.  

“Antes China y Ecuador éramos perfectos desconocidos, pero ahora nuestra relación se ha fortalecido en lo cultural, en lo social, en lo político. El pueblo ecuatoriano se acordará de esta prueba de generosidad del pueblo y del Gobierno chino”, expresó el diplomático.

Alvarado detalló que a eso se suma un aporte financiero de más de $ 2 millones donados por el Gobierno asiático, que fueron entregados 5 días después del movimiento telúrico. “Señor embajador, el pueblo del Ecuador siempre llevará en su corazón todas las muestras de solidaridad y de cariño para el país”, expresó la legisladora.

Wang Yulin, embajador de China, resaltó la predisposición de su gobierno y de participar en la reconstrucción de las zonas afectadas. “China y Ecuador son 2 países amigos y son hermanos. En este momento difícil, el gobierno y el pueblo chinos están con Ecuador”.

El traslado de las donaciones se realizará vía aérea y terrestre. La distribución se cumplirá de acuerdo a las demandas de las zonas afectadas. Ayer también se tenía previsto el recibimiento de ayuda humanitaria proveniente de Bolivia, Perú y España. (I)

TRABAJO DE FF.AA.

Doce vuelos diarios, coordinados por personal de logística de la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE), salen hacia las provincias de Guayas y Manabí, desde el aeropuerto Mariscal Sucre, en Tababela.

Este es el movimiento que se registra, desde el domingo 17 de abril, en el hangar de Petroamazonas, lugar que se dispuso para que los aviones de las Fuerzas Armadas realicen las operaciones para transportar agua y vituallas hasta las zonas devastadas por el sismo.

Con el apoyo de 20 jóvenes voluntarios se realiza la carga de los aviones que toma cerca de 40 minutos. Los víveres están organizados en cajas, listos para ser entregados.

Cuatro aviones de las FF.AA. realizan los vuelos de ida y retorno. No se ha establecido un itinerario para los vuelos, el horario obedece al tiempo que toma el embarque de cada avión.

Los primeros días de operaciones se trasladó al personal militar que presta ayuda en la zona de desastre, junto con varios equipos de voluntarios que colaboran en el lugar. Ahora, la prioridad es el envío de alimentos a las personas que ya se encuentran en el lugar y el traslado de las personas afectadas, explicó el mayor Wilson Rojas, encargado de la coordinación de logística de los vuelos, junto con la Corporación Quiport S.A.

Mientras se organizan las cajas para la carga, otras personas desembarcan de la aeronave. Llegan de varias ciudades de Manabí. Algunas son familias completas que se quedaron sin hogar, otras, son jóvenes madres con niños en brazos, que en atención a la recomendación médica para sus hijos, dejaron el lugar de su residencia para asegurar su bienestar. (I)

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Desde Tungurahua salieron más de 28 mil litros de agua

Azuayos enviaron 862 toneladas de alimentos y medicinas hasta Manabí

Aunque en menor cantidad, la ayuda para los damnificados por el terremoto en Manabí sigue llegando hasta los centros de acopio de la capital azuaya.

La mañana de ayer, grupos de  ciudadanos dejaron más de 30 kits  con alimentos, prendas de vestir y productos de aseo en la Dirección de Desarrollo Social del Municipio de Cuenca.  

En la primera semana de donaciones, el gobernador de Azuay, Juan Cristóbal Lloret, informó que se enviaron alrededor de 862 toneladas de productos a las zonas devastadas. La viceprefecta, María Cecilia Alvarado, señaló que si bien en los primeros días la generosidad de los ciudadanos fue impresionante, en los últimos días se redujo. “Esto no es una carrera de velocidad, es de resistencia y vamos a necesitar que la gente no se canse de ayudar”, enfatizó.

Lloret también destacó la importancia de que las personas sigan aportando.

A su criterio hay una nueva etapa de la emergencia que es la implementación de albergues, en donde permanecen más de 29 mil damnificados, los cuales necesitan de la solidaridad ciudadana.

En tanto, además del Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES), Secretaría de Gestión de Riesgos, Gobernación de Tungurahua, voluntariados locales y Municipio de Ambato; otras instituciones se suman cada día a la recolecta y envío de donaciones.

La coordinación zonal 3 del Ministerio del Ambiente (MAE) informó que hasta el momento se  obtuvieron 28.162 litros de agua y 199 kits alimenticios. Todo eso será enviado en los próximos días hasta Muisne y Chamanga, poblaciones de Esmeraldas, que fueron devastadas por el fuerte sismo. “Este es el resultado de un gran esfuerzo entre personas de buena voluntad e instituciones. Cada ración contiene arroz, azúcar, sal, atún, leche en polvo, sardina, aceite, frejol, lenteja, pasta dental, jabón y papel higiénico”, sostuvo Álex Cevallos, coordinador.

Con ello, enfatizó, ayudamos a nuestros hermanos esmeraldeños que han perdido sus viviendas, negocios y seres queridos.

El funcionario destacó además la colaboración de las pasteurizadoras San Pablo y Píllaro, de este cantón, quienes donaron gran parte del agua recolectada.

El líquido servirá tanto para el consumo humano como para aseo personal y lavado de enseres. La cartera de Ambiente dispuso la utilización de más de 600 metros cúbicos de madera incautada en 9 provincias, para la construcción de 248 viviendas temporales. (I)