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Jaime Sarusky fue “el perseguidor de historias”

Jaime Sarusky fue “el perseguidor de historias”
31 de agosto de 2013 - 00:00

Obras merecedoras del lauro en las categorías de Novela (1965, 1979), Literatura caribeña en francés y Creol (1987) y Cuento (2004), tuvieron en esas ediciones su mirada crítica, la infinita experiencia en la investigación y la escritura de historias sobre comunidades de inmigrantes y minorías en Cuba.

En el año 1961 un jurado integrado por José Bianco (Argentina) y José Rodríguez Feo le confirió una mención a su novela La búsqueda. Igual reconocimiento mereció, cinco años más tarde, su novela Rebelión en la octava casa, a juicio de Mario Benedetti (Uruguay), Alejo Carpentier (Cuba), Juan García Ponce (México) y Manuel Rojas (Chile).

Fue reconocido además con el Premio José Antonio Fernández de Castro por su trayectoria de más de 45 años en el periodismo cultural (1999), con el Premio Alejo Carpentier por su novela Un hombre providencial (2001), con la Distinción por la Cultura Nacional y con el Premio Nacional de Literatura (2004).

En 2011 le fue dedicada la XX Feria Internacional del Libro de La Habana, ocasión en que varios de sus más importantes títulos fueron reeditados en Cuba.

Nacido en La Habana de 1931, Sarusky se inició como escritor y periodista en 1953 cuando era estudiante de Ciencias Sociales en la Universidad de La Habana. A principios de los 50’ aparecieron sus primeros cuentos y artículos. Después de concluir el bachillerato, viajó y trabajó en Inglaterra, España, Italia y Suecia.

En 1954 viajó a París, donde continuó la universidad en la Sorbona y siguió los cursos de Literatura Francesa Contemporánea y Sociología del Arte, que impartieron los maestros Roland Barthes, Michel Butor y Pierre Francastel.

A su regreso a Cuba, en 1959, inició su labor periodística como redactor y jefe de rotograbado del periódico Revolución, y posteriormente fue redactor de La Gaceta de Cuba (1965), jefe del suplemento y la página cultural de Granma (1967) y periodista de Bohemia (1971).

Entre sus obras publicadas destacan también la novela Un hombre providencial (2001), el ensayo La aventura de los suecos en Cuba (1999), el libro de crónicas y ensayos El unicornio y otras invenciones (1996) y Los fantasmas de Omaja (1986), estudios sobre comunidades de inmigrantes norteamericanos, suecos, japoneses, indostanos y yucatecos en Cuba. A ello se suma un notable ejercicio del periodismo en publicaciones cubanas y extranjeras.

En el tintero él deja una novela que confesó haber pensado hace años, sobre el Centro Cultural de Velasco en Holguín. (La Ventana)

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