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Una muestra fotográfica surgió de una tesis en antropología visual de su curador, Francois Laso

Etnias del país también fueron marginadas en las fotografías

El político conservador Jacinto Jijón y Caamaño tenía un álbum de José Domingo Laso en que aparecen imágenes de indígenas amazónicos sin sus nombres. John Guevara / El Telégrafo
El político conservador Jacinto Jijón y Caamaño tenía un álbum de José Domingo Laso en que aparecen imágenes de indígenas amazónicos sin sus nombres. John Guevara / El Telégrafo
09 de noviembre de 2015 - 00:00 - Redacción Cultura

“Las fotografías alteran y amplían nuestras nociones de lo que merece la pena mirar y de lo que tenemos derecho a observar”, escribió la cineasta y activista estadounidense Susan Sontag en el libro On Photography, que publicó en 1973.

Sobre la fotografía —o Desde ella, como también ha sido traducido el texto—, cada ciudad tiene una fuente testimonial, una memoria de instantes congelados que, ante todo, son recortes de la realidad. ‘Borrones’ incluso que, a veces, superan las expectativas de quienes decidieron mostrarlos, recuperarlos.

En las salas de exposiciones temporales del Museo de la Ciudad —en el Centro Histórico de Quito— hay una muestra fotográfica titulada La Huella invertida, en que se exhibe la intervención de José Domingo Laso (1870-1927) en una serie de imágenes. El fotógrafo le había puesto un nombre que intentaba dar un panorama de la ciudad (‘Quito á la vista’) a uno de su álbumes y lo presentaba con una ‘Advertencia’.

“Pocos, muy pocos, se han preocupado de seleccionar el objetivo de aquellas vistas, de manera que nos han presentado casi como un país salvaje ó conquistable —escribió Laso—; pues, sea que se hubiese tratado de exhibir edificios, sea que se hubiese elegido las costumbres populares, paisajes, etc., en sus trabajos aparece como dominante, por no decir exclusivo, el elemento indígena, afeándolo todo y dando pobrísima idea de nuestra población y de nuestra cultura” (sic).

Su intervención, por supuesto, apuntaba a blancos definidos, unos a los que ocultaría o encubriría si llegaban a ocupar los espacios principales de sus imágenes. De esta forma, Laso justificó el haberles puesto sombreros —característicos de la clase acomodada— a las imágenes de indígenas que aparecían en las partes centrales de sus fotografías. Había borrado a varios personajes, incluso, para mostrar, a inicios del siglo XX, la modernidad que, a su parecer, ya tenía un velo.

“Nos ha parecido —explicaba junto con el librero Roberto Cruz, en 1911— que haríamos una obra reivindicadora, una obra de perfecto patriotismo al demostrar, gráficamente, que la capital del Ecuador, tanto por su población como por su aspecto exterior, en nada desmerece, si se la compara con las ciudades de nuestro continente”.

El bisnieto del fotógrafo que hizo el álbum Quito a la Vista, Francois ‘Coco’ Laso, estudió —es antropólogo visual y fotógrafo— la carrera de Juan Domingo y también tuvo una revelación: “otro álbum, antropológico o antropométrico —en que se muestran indígenas en plano americano y de perfil— casi que se exponía solo, pero quería que fuera bien interpretado”, esa es su razón por la cual no hizo una exposición de La Huella Invertida en exteriores sino dentro del museo.

Laso bisnieto tiene más claro el panorama: “Lo que revela la exposición es una mentalidad hispánica, la pugna de la iglesia por las imágenes con los políticos —liberales y conservadores—, el aparecimiento de una ciudad que quería ser moderna —como dice el pintor Eduardo Kingman—, que estaba atravesando un periodo de transición posterior a la Revolución Liberal y que estaba en una fase de expansión, de crecimiento demográfico, pero con una población indígena aún apartada, en periferias que existen hasta hoy”.

Márgenes tras de los cuales están ciudadanos que no acceden a los espacios como el Museo de la Ciudad, en el que hay que atravesar el patio y subir al segundo piso, sorteando incluso unas vallas con información innecesaria, antes de acceder a la muestra. Un catálogo de la curaduría —que seleccionó casi 200 fotos— permitiría tener más clara la propuesta, aunque esta no debe ser férrea, puesto que otra de las características de la imagen es que puede interpretarse de distintas maneras.

En cuanto a la iluminación, las dos primeras partes de la muestra —la ciudad y los paisajes del Ecuador— incluyen una luz que cae sobre las imágenes, mientras que en las últimas —Alrededores de Quito: Costumbres de los indios—, la luz surge de estos retratos de época. (I)

Datos

La exposición fotográfica La Huella Invertida estará abierta en el Museo de la Ciudad —de las calles García Moreno S1-47 y Rocafuerte— hasta el 15 de noviembre.

El álbum Quito a la Vista (José Domingo Laso y Roberto Cruz) está en la biblioteca Aurelio Espinosa Pólit. Laso fue el iniciador de la producción de tarjetas postales costumbristas y paisajísticas en Quito.

El museógrafo Christian Monsch trabajó junto al bisnieto de José Domingo Laso en la muestra. Este último estuvo a cargo de la curaduría e incluyó un álbum que les da un espacio especial a los indígenas en retratos.

José Domingo Laso (1870-1927) fue artista gráfico. Aprendió el arte de la tipografía con los salesianos en Escuela de Artes y Oficios, fundada por el sacerdote franciscano Jodoco Ricke. Tenía un taller de fototipia y fotograbado, técnicas que le permitieron hacer públicas sus imágenes en Quito.

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