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El Ministro se comprometió a revisar los procesos que dificultan el accionar de los autores

El Ministerio de Cultura pondrá mayor seguridad en los museos

Francisco Velasco, el martes pasado, expuso las cuentas del Ministerio de Cultura. Foto: Santiago Aguirre |  El Telégrafo
Francisco Velasco, el martes pasado, expuso las cuentas del Ministerio de Cultura. Foto: Santiago Aguirre | El Telégrafo
28 de marzo de 2014 - 00:00 - Redacción Cultura

La audiencia pública en la que el Ministerio de Cultura y Patrimonio rindió cuentas sobre su gestión del año 2013, el martes pasado, empezó con una pregunta que alguien escribió en un papel. Esta decía: “¿Qué ha  hecho el Ministerio por construir una política pública que beneficie al talento humano?

Francisco Velasco, el ministro, señaló que la creación de la Universidad de las Artes es una muestra del fortalecimiento de las capacidades de las personas. Dijo, además, que ha conversado con el Ministerio de Educación para erigir mecanismos que permitan a los estudiantes, desde la educación formal, descubrir sus talentos y acercarse al arte.

Ahí, María Fernanda Cartagena, docente e investigadora de arte, quiso saber sobre la seguridad de los museos a propósito del robo de piezas en Riobamba, tras lo cual se  refirió al “vergonzoso” estado de los museos del Ministerio de Cultura, entre ellos el Nacional. “En este gobierno de la revolución ciudadana -dijo- los museos deberían ser tan importantes como las universidades, porque allí se encuentra el patrimonio que las personas investigan, pero sus relatos solo llegan hasta el siglo XIX y descuidan todo el XX”.

Recalcó que el museo debería ser un productor de conocimientos y no un lugar para guardar reservas de modo precario, y que le parecía que las artes visuales habían sido relegadas, pues ni siquiera se ha hecho una antología que recoja el trabajo de los artistas nacionales.

Velasco reconoció dicha precariedad y anunció que estaba a punto de conseguir un préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo por $30 millones para mejorarlos.

Sobre la política de seguridad de los museos dijo que estos tienen guardianía privada las 24 horas del día, los 7 días de la semana; que se ha cambiado la empresa que custodiaba el museo de Riobamba; que se han establecido rígidos protocolos de seguridad y que el Ministerio (de Cultura y Patrimonio) no solo ha realizado la denuncia del robo, sino que está pendiente de que la Fiscalía realice los peritajes. Evidenció que el Ministerio tiene un inventario fotográfico total de las piezas y que han adquirido 530 cámaras de seguridad que estarán conectadas al 911 y que reemplazarán a las actuales en todo el país.     

Volvió a reconocer la precariedad de los museos, pero negó que estos se encontraran en la indefensión. Señaló que el Ministerio ha invertido  $800 mil en recuperar el Museo Antropológico y de Arte Contemporáneo de Guayaquil (MAAC), que se inundó porque estaba construido  bajo el nivel de la ría y que el  Banco Central le había puesto, cuando estaba bajo su administración, un piso flotante  que permitía las fisuras.

Con respecto a las antologías exigidas por Cartagena, Velasco se refirió al libro del Ministerio que él dirige  que muestra  diseños cañaris y que surgió luego de 7 años de investigaciones, pero aceptó que tenían tareas pendientes. “Cuando se hayan satisfecho las necesidades básicas de los ecuatorianos estoy seguro de que vamos a priorizar; pero somos un país con deficiencias, con desventajas con respecto a naciones con mejores condiciones económicas”.

Cuando la maestra de ceremonias rogó por intervenciones sean cortas y precisas, Francisco Velasco dijo, con un gesto, que no era necesario.

Ana Fernández agradeció al Ministro por el diálogo que estaba propiciando; que en su opinión debió realizarse mucho antes, y quiso saber sobre el estado del proyecto de Ley Orgánica de Cultura; sobre si el Ministerio estaba haciendo algo por eliminar los obstáculos que impiden a los artistas y actores culturales acceder a los proyectos del ministerio (no mencionó cuáles obstáculos); y por qué ha cesado el coleccionismo de Estado en los Museos.

En cuanto Francisco Velasco le pidió que mencionara los obstáculos, Fernández, se refirió a las garantías que se solicitan a los artistas para permitir acceder a fondos del Ministerio, y a la complejidad de los formularios y sus “ejes”. Se quejó, además, de las cartas y certificados que deben presentar los artistas que han sido invitados a participar de eventos en el exterior y de proyectos que son favorecidos aun cuando no tienen calificaciones tan altas como otros que no se consideran.

El Ministro agradeció que le dijera todo eso porque lo ponía en alerta, e inmediatamente se refirió a los 81 proyectos que en el 2013 fueron favorecidos, entre ellos los de María Beatriz Vergara, Rosa Amelia Poveda y Marcelo Aguirre, artistas que, entendía él, no tenían garantías.

“Daría la impresión que se premia a millonarios”, dijo, y subrayó que les ha pedido a los funcionarios del Ministerio que impidan que los procesos fallen por ausencia de documentos.

Luego de ello solicitó al asesor jurídico le expusiera cuándo se pide garantías y por qué. Él le respondió que se requerían garantías cuando el desembolso del estado es de más de 10 mil dólares porque así lo exige el reglamento de auspicios.

Velasco señaló que era necesario eliminar ese reglamento elaborado en administraciones anteriores.

El viceministro, Jorge Luis Serrano, se acercó al estrado y señaló que el tema de las garantías era una exigencia de la contrataciones públicas, pero igual, se comprometía a revisar el monto.

A continuación Velasco dijo que si bien la garantía exigía a los artistas cumplir con los contratos para que al final de su administración no fuese a faltar dinero, invitaba a la gente a que planteara iniciativas diferentes respecto al tema.

Mariana Andrade, la gerente de los cines Ochoymedio, señaló que efectivamente debería haber otras políticas respecto al tema de garantías, porque el trabajo cultural y artístico no podía evaluarse con el mismo criterio que otros y que debería revisarse la forma en que el Ministerio viene trabajando con los gestores, pues era sintomático que no estuvieran en la sala más que tres o cuatro.

Velasco aclaró que el Ministerio sí trabaja con gestores culturales, y que debió ponerse en una lista los nombres y apellidos.

El tema giró entonces hacia el tema de los formularios, y el viceministro Serrano aclaró que estos se reducen en realidad, a uno por proceso.

Velasco manifestó que consideraba que es un delito que el artista deba llenar formularios, que debería hacerlo el burócrata, y se comprometió a revisar qué proyectos estaban detenidos y en qué momento.

Este Diario le consultó en qué estado se encontraba la Ley Orgánica de Cultura y si esta mejoraría el desempeño del Ministerio.

Velasco señaló que la Comisión de Educación, Cultura y Tecnología de la Asamblea se encontraba receptando comentarios y sugerencias para someterla a segundo y definitivo debate y que el Ministerio había hecho aportes porque deseaba que fuese un código integral.

¿Por qué?, quiso saber una mujer, no se dijo nada en la rendición de cuentas sobre Luis Caniche y por que no se informó sobre el taller que ofreció, puesto que esto había dado lugar a que asistieran pocas personas sin trayectoria ni experiencia.

Velasco dijo que el presupuesto del Ministerio no permitía realizar una campaña en medios por 200 mil dólares, que era una corresponsabilidad de los medios y que fue anunciado en la página web, en el Twitter e incluso en la revista del ministerio que circula con diario El Telégrafo. Tras lo cual le pidió a Valeria Andrade, subsecretaria de Arte y Creatividad, informara sobre el caso Caniche.

Andrade dijo que el caso Caniche habita tenido poco presupuesto, que había resuelto hacerse a ultimo momento y que su organización no había sido resultado de una convocatoria publica sino cerrada.

Andrade volvió a intervenir y aclaró que la charla ofrecida por Caniche fue promocionada por las redes públicas y que no asistieron 20 personas, sino un auditorio lleno de estudiantes de la Universidad Católica.

Velasco señaló que sentía que una de las asistentes no haya podido estar, siendo artista plástica, por falta de información, pero que la convocatoria se había realizado por redes sociales y que en Twiter tenía 45.000 seguidores, Dijo además, que no fue una convocatoria secreta, que no se invisibilizó, y que se hará el esfuerzo por que Caniche venga nuevamente.

Un gestor cultural que ha realizado, con apoyo del ministerio, 3 festivales musicales y publicado el libro de arte “bastardo” grafitti, quiso hacer una sugerencia.

Velasco le pregunto cómo había hecho con el tema de la garantía. El gestor le dijo que había seguido todo el proceso y que había entregado su garantía a través de una cooperativa, y que sugería que artistas, como él, que trabajaban en el espacio publico, no tuviera con concursar en la misma categoría con creadores de video, por ejemplo, que se estableciera la diferencia porque era difícil competir con ellos.

Velasco estuvo de acuerdo en que no era justo que ganaran, por ejemplo, los festivales con mayor numero de público, sino también las iniciativas pequeñas.

Valeria Andrade intervino entonces para señalar que la mayor parte de festivales favorecidos han sido aquellos que tienen púbicos reducidos, para propiciar iniciativas locales. Aclaró que se están revisando las bases para simplifcarlas.

Con respecto al papel que desempeñará la CCE (Casa de la Cultura Ecuatoriana) una vez que sea aprobada la Ley Orgánica de Cultura, Velasco dijo que no conocía el estado de la Ley porque no era asambleísta, pero que en Macas, por ejemplo, había un Núcleo de la CCE con gestores, gastos de luz, internet, agua..., y una cuadra más abajo una Dirección Provincial de Cultura con gestores, gastos de luz, internet, agua... Que es necesario usar el sentido común y articular.

Una persona que se gana la vida haciendo conciertos se quejó, finalmente, de que SAYCE (Sociedad de Autores y Compositores Ecuatorianos) le quiera cobrar impuestos cuando no es parte de dicha entidad.

Velasco aclaró que la Ley de propiedad intelectual establece que SAYCE solo cobra impuestos a quien quiere ser representado por le entidad. Y dijo que Galo Mora, por ejemplo, no ha querido ser parte de SAYCE y que su canción “Cómo será la Patria” se toca masivamente sin que él gane por eso ni un centavo. Y que los hijos del autor de Carpuela, afiliados a SAYCE, cobran cada vez que se toca su canción.

Al final Francisco Velasco agradeció a las personas críticas y pidió que lo ayudaran a construir un Ministerio mejor. “Si ven algo mal, discriminación, no duden en hacernos saber”.

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