Si bien es cierto que las películas que se producen en Ecuador tienen como principal competidor la industria de las majors de Hollywood en las salas comerciales, también hay un conflicto que deben enfrentar los cineastas con los costos de distribución. Estrenar y promocionar en cualquier ciudad es uno de los procesos más complicados para el cine local, a pesar de que en muchos de los casos no es una prioridad hacerlo  y menos aún de todas las ciudades del país. 

Durante 2014 se estrenaron 16 películas ecuatorianas, según un listado del Consejo Nacional de Cinematografía (CNCine). De estas solo tres películas tuvieron un estreno en más de 3 ciudades del país, cinco se estrenaron únicamente en Quito y dos tuvieron un estreno solo en Guayaquil y Quevedo, respectivamente. En el caso de algunas de estas películas el estreno estuvo determinado por el público al que apuntaba el filme.

El cineasta Manolo Sarmiento, Director Ejecutivo de la Corporación Cinememoria, comenta que el principal problema es la falta de distribuidores profesionales, es decir, empresarios que se especialicen en la tarea de encontrar el público adecuado para cada filme. “Cada película tiene su audiencia, la tarea de los distribuidores es encontrar a esa audiencia. A falta de distribuidores interesados en el cine ecuatoriano, a falta de un mercado audiovisual que sostenga esta actividad, cada quien busca distribuir sus filmes de la mejor manera que puede.

Incentivos para distribución

Una de las líneas de acción del CNCine es fomentar la difusión de la cinematografía ecuatoriana a nivel nacional, así como la formación de públicos. En este sentido, una de las categorías que tiene la entidad en la entrega de sus fondos es la de promoción y distribución. Esta categoría es pertinente a los proyectos que se encuentran finalizados. Los fondos se dedican al impulso de la publicidad de las películas y su distribución en salas nacionales.

En ese sentido, durante 2014, seis películas recibieron dicho fondo, con un total de $ 200.000. En la convocatoria de este año, se prevé que otras seis películas reciban este fondo, esta vez estipulado en $ 135.000.

Sin embargo, las que no pueden acceder a este fondo, en muchos casos, esperan un determinado tiempo para poder estrenar sus películas en salas. Este es el caso de Feriado, la película escrita y dirigida por Diego Araujo. Esta a pesar de haber recorrido más de 30 festivales alrededor del mundo, entre ellos La Berlinale –para lo cual recibió un apoyo financiero del CNCine–, postuló en dos ocasiones para el fondo de promoción y distribución del CNCine sin lograr buenos resultados. Feriado es una de las cinco películas ecuatorianas que durante 2014 se estrenaron solo en Quito. “Este es un tema completamente financiero”, dijo su director. El filme de Araujo explora la búsqueda sexual de dos jóvenes y con la expectativa que ha generado a nivel nacional, prevé estrenarse en otras ciudades en mayo de este año, un año después de haberlo hecho en Quito.

Araujo comenta a partir de esta experiencia que uno de los planteamientos que debe existir en el sector, que actualmente discute los planteamientos para una nueva ley de cinematografía es a dónde queremos ir y qué es lo que queremos fomentar. “Feriado tenía posibilidades para llegar a un público más amplio pero no pudo hacerse”, dijo Araujo, a lo que agregó que también se debe involucrar en las políticas que se establezcan al sector privado, para lo cual considera podría hacerse con impuestos sobre la taquilla o beneficios fiscales para quienes incentiven la producción y fomento del cine local.

Salas de cine

En el país existen 261 pantallas de cine, según datos del CNCine, de estas 78 se concentran en Quito y 84 en Guayaquil, mientras que en ciudades como Latacunga, Cuenca, Quevedo, Babahoyo o Playas no superan las 10 pantallas. Los exhibidores ofrecen sus pantallas, pero la falta de un trabajo de promoción -que es la tarea del distribuidor- hace que el público potencialmente interesado en esos filmes no se entere de que esos filmes existen”. Sarmiento explica que además de haber pocas pantallas, estas se concentran en pocas manos, a lo que se agrega que hay películas de la gran industria que acaparan por lo general la mayor parte de esas pantallas. “En la inmensa mayoría de las ciudades hay un solo proveedor con dos o tres pantallas. Es muy poco, porque esas pantallas funcionan como una consola de juegos que solo admite los contenidos que han sido formateados para la consola. El cine independiente no tiene cabida allí de manera genera”, dijo el director de La muerte de Jaime Roldós.

Sarmiento, como otros cineastas locales, considera que una de las opciones para que el cine ecuatoriano llegue a más público es pensar en un sistema de distribución informal, entre los cuales ubica pequeños espacios y centros culturales, cine clubes, en colegios y universidades. “Desgraciadamente tampoco abundan esos espacios. Hay que despertarlos, equiparlos, promoverlos. Es una derrota saber que en todo el Ecuador hay una sola sala de cine arte independiente y tres de propiedad del Estado (FLACSO Cine, Sala Alfredo Pareja y MAAC Cine Guayaquil). ¡Cuatro salas en todo un país! La cuarta que había, el MAAC Cine de Manta, lleva cerrada un año y medio. Todas, salvo FLACSO cine, existían antes de 2006. No hemos avanzado nada en este aspecto en estos últimos ocho años”, comentó Sarmiento.

Un público específico

Carlitos, el documental del cineasta José Antonio Guayasamín es la última película nacional que se estrenó en salas este año. Lo hizo solo en Quito.

Emilia Patiño Carreño, encargada de la distribución de Carlitos comenta que el estreno se hizo solo en Quito porque “sentíamos que no iba a pegar tanto en Guayaquil. Era una inversión súper alta en la que no veíamos tantos resultados”. Esta consideración fue una de las razones por las que en lugar de hacer un estreno nacional en cines, desde enero también han trabajado en funciones fuera de la ciudad (de Quito), en ciudades chiquitas. Entre estas ciudades están Ibarra,  Ambato, Cuenca, Loja y El Juncal. Cada una de estas funciones se trabajaron con el Municipio. “Tuvimos de todo, la convocatoria dependía del municipio y había algunas en que iban los colegios, creo que la parte adolescentes entendía de una manera distinta, interesante, con comentarios my sentidos, quizá”, dijo Patiño.

Además, comentó que están en conversaciones con Fenodis para hacer funciones a través de las fundaciones, considerando que tienen grupos en sectores pero esa sería la manera de llegar a la Costa.