En las 2 últimas semanas, los cineastas han puesto sus miradas en la política y gestión cultural. Su enfoque no es parte del rodaje de una película documental -el género ecuatoriano que más cantidad de público lleva a las salas de cine en la actualidad-, sino de las expectativas que genera una posible reforma a la normativa de su labor, así como el fomento de sus obras.

La Ley de cine -que desde 2007 concretó la creación del Consejo Nacional de Cinematografía (CNCine) y, a su vez, el Fondo de Fomento Cinematográfico- ha generado distintas posiciones respecto a la validez que tiene en la actualidad, una vez que la producción nacional se incrementó desde su vigencia.

Los acuerdos y desacuerdos que genera la necesidad de una nueva ley fueron el centro de la discusión el  viernes 27 de febrero, en Portoviejo, en la primera sesión preparatoria del III Encuentro Nacional de Cine (25 y 26 de marzo, en Guayaquil). El martes 3 de marzo la cita fue en Quito y el jueves 5 los ponentes, Juan Martín Cueva, Jorge Luis Serrano y Camilo Luzuriaga, dirigieron la charla en la ciudad de Cuenca.

Serrano, quien le precedió a Cueva en la dirección del CNCine hasta junio de 2013, advirtió, frente a cerca de un centenar de personas involucradas en el quehacer fílmico, en la Biblioteca de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) en Quito, que hay 4 escenarios para reformar la ley.

La primera posibilidad -según Serrano- es que haya una “derogación de la ley de cine” y la integración de la normativa a la Ley Orgánica de Comunicación vigente. El segundo escenario tendría que ver con una reforma a la ley de los cineastas a través de la ley de cultura, esta última también sujeta a debates para su aprobación y ejecución. Que sus artículos incluyan el ámbito cinematográfico es la tercera carta que barajan los realizadores.

Mientras que, un cuarto escenario sería la “derogación absoluta de la Ley de cine”. Serrano puso sobre la mesa de discusión esta proyección ya que considera que otros sectores artísticos pudieran proponer la creación de consejos que regulen su actividad o la financien con la barrera de que ya no se crearán más instituciones públicas.

Además, el cineasta trató de una “descorporativización de las instituciones públicas” como método para descentralizar ciertas funciones que terminarían en institutos ministeriales.

En una entrevista previa con este diario, Cueva señaló que “hay que hacer cumplir lo que de hecho ya establece la actual ley:líneas de crédito pensadas para la producción cultural, con condiciones especiales de reembolso, para que el productor disponga de otros recursos y no solamente de unos fondos no reembolsables a través del Fondo de Fomento”. Agregó que actualmente “no hay un recurso legal para proteger dicho fondo”, el cual se redujo un 19% en relación a 2014.

El cineasta Camilo Luzuriaga recordó que lo que se puede llamar primeras propuestas de ley de cine datan de mediados de la década del 70, en que abogó porque esa normativa fuera aprobada por el Congreso, junto a César Carmigniani y Roberto Frisone.