Diego Araujo, realizador quiteño de 38 años, figura como una promesa del cine ecuatoriano. Su película Feriado fue la primera producción nacional que formó parte de la muestra cinematográfica más importante de Alemania, el Festival de Cine de Berlín (Berlinale).

La foto que acompaña esta nota es de una conversación que sostuvo Araujo con un periodista alemán, a propósito de la proyección de Feriado en la Berlinale, el pasado febrero, donde la película compitió en la categoría Generation, dirigida a un público de 14 años.

Por ello causó polémica la calificación que en un inicio le dio el Municipio de Quito (mayores de 18 años) debido a que la película gira en torno a la historia de 2 adolescentes, en el descubrimiento de su sexualidad, que se dan un beso.

Estrenada el pasado 2 de mayo, la película, gracias al debate público y las apelaciones, puede ser vista por mayores de 15 años y de 12 en compañía de sus padres. Pero talvez esta discusión empaña a la cinta, que es más que una historia sobre jóvenes del mismo sexo que se besan.

Diego Araujo habló con EL TELÉGRAFO sobre sus referentes cinematográficos, los sentidos que aportan los escenarios, la decisión de prescindir del storyboard y su recorrido por los cines de Quito en busca de reacciones de los espectadores. Sobre la polémica que la cinta causó entre los censores, tiene 3 palabras: “Me da risa”.

¿De dónde surge la historia?
De varios lados, pero sobre todo de un cuento que escribí hace años y que trata del encuentro de los mundos de 2 adolescentes.

Posteriormente elaboré un documental que mostraba la vida de 5 chicos ecuatorianos de sectores socioeconómicos diferentes. Uno de ellos, de hecho, fue la inspiración para Juano, uno de los personajes de Feriado.

Podría pensarse, por el nombre, que es una película sobre el feriado bancario del gobierno de Jamil Mahuad...

El feriado bancario es el telón de fondo de la historia de 2 chicos en proceso de descubrimiento. La película empieza en el feriado de carnaval (febrero) y termina en la declaratoria de feriado bancario.

La transformación dramática y caótica por la que atraviesa el país es una alegoría de lo que sucede con Juan Pablo, uno de los 2 protagonistas, quien está experimentando todos los cambios típicos de la adolescencia al mismo tiempo que su tío banquero está involucrado en un escándalo de corrupción.

Inicialmente se estableció una censura para 18 años.

Logramos que la película pudieran verla todas las personas a partir de los 15 años y jóvenes desde 12 con el acompañamiento de sus padres. Fue absurdo que establecieran una censura de 18 años, sin ninguna lógica ni base, pues es una película inocente, muy juvenil, que trata de los descubrimientos y despertar de 2 personajes y que fue estrenada en la Bernilale en la sección Generation, dirigida a chicos de 14 años. Me da risa que haya causado polémica en los censores.

¿Cómo seleccionó a los personajes?

Tras un largo proceso de casting, que para mí no es un trabajo, sino un proceso que implica varios meses de ensayos, filmamos algunas escenas y las editamos. Es un elenco bastante amplio con muchos jóvenes; Manuel (Arregui, quien interpreta a Juan Pablo) no tenía experiencia previa en la actuación, a diferencia de Andrés (Paredes, Juano), que venía del grupo Malayerba.

Fue un trabajo bello, pero también largo e intenso, que implicó la creación de personajes, generar química entre los chicos.

Andrés fue el primer actor que vimos, y aunque tuvimos otras opciones, él se fue quedando.

¿Tiene algún referente cinematográfico nacional?

La cinematografía nacional es naciente, es difícil hallar referentes en ella. Hay cineastas ecuatorianos a los que admiro mucho; Tito Molina, por ejemplo, ha hecho Silencio en la tierra de los sueños, una película lindísima. Pero referentes: Claire Denis, Lucrecia Martel, Kesigs, Abdellate Kechiche, y literatura, música.

¿Tuvo storyboard?

No lo hicimos porque quería que el movimiento y el encuadre vinieran de los actores. Llegábamos al set, ensayábamos la escena, la bloqueábamos a partir del desglose de los planos de toda la película que había realizado y que era nuestra referencia. Y es que trabajamos con chicos que no tienen experiencia, que no se plantean llegar a una marca.

Trabajé con eso en mente y con base en sus movimientos acomodamos nuestro diseño de planos. No significa que no hayamos realizado un trabajo sumamente riguroso.

¿De dónde surge la banda sonora?

La música la compuso Miguel de Lupi, italiano que vive en Los Ángeles y es el autor de la banda sonora de una película de Tarantino, y que ha trabajado, entre otros, con Norah Jones.

¿Cuánto costó filmar esta película?

$ 400.000, provenientes del premio que obtuvo el proyecto en el Consejo Nacional de Cine (CNCine), del concurso Tribeca de Nueva York, así como de Ibermedia y el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa) de Argentina, además de inversionistas privados.

¿Cómo trabajó la escena del beso entre los chicos?

Igual a todas las demás; realizando ejercicios de improvisación y de memoria emocional.

Los escenarios parecieran ser parte del viaje emocional de los personajes...

De hecho. La película empieza en un lugar encerrado de las montañas y de repente todo se va abriendo, los colores se vuelven más cálidos. También los sonidos, en principio disonantes, se dulcifican.

Roberto Frisone decoró por completo la hacienda en la que trabajamos procurando recuperar el mobiliario de una hacienda de clase acomodada de fines de los años 90, incluida la televisión y el arte de la Escuela Quiteña.

También la ciudad es escenario...

La ciudad juega un papel importante, sobre todo en la vida de Juan Pablo, un chico que se cree ‘dark’ pero que escribe poesía cursi (de hecho, son los poemas que yo escribía a esa edad).

Él mira a la ciudad al revés para expresar, de una forma lírica, cómo se siente.

Recorrió los cines en busca de reacciones del público luego de ver la película. ¿Cuál ha sido el mejor comentario que ha escuchado sobre Feriado?

Al final de la primera función que se dio en Quito, alguien dijo: “Esta película no me deja en paz”.