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Ana Cristina Barragán: "Alba tiene varios reconocimientos, pero no hay nada como ser premiada en casa"

La cineasta Ana Cristina Barragán durante la grabación de uno de sus filmes.
La cineasta Ana Cristina Barragán durante la grabación de uno de sus filmes.
El Telégrafo
21 de octubre de 2020 - 11:05 - Isabel Hungría

Tiene 33 años y ha recorrido medio mundo con su película "Alba", filme conmovedor que le ha traído muchas alegrías, la última este fin de semana cuando, contra todo pronóstico, se llevó tres de los galardones más importantes de los premios Colibrí: Mejor guion, mejor productor y mejor película.

Mientras bebe un jugo de manzana, habla con diario El Telégrafo sobre los entresijos de su obra maestra, una cinta que sacude a pesar de su escueto diálogo.

Su película "no es una historia, es un sentimiento", una oda a la rareza de las personas, aunque estas no encajen en los esquemas de éxito de las personas que la rodean.

Guionista y directora (Quito, 1987), Ana Cristina Barragán se muestra bondadosa. Debido a problemas tecnológicos la comunicación se cae y ella queda con la palabra atorada en la garganta, pero entiende el contratiempo y repite generosamente lo que ha dicho minutos antes.

Así va Ana Cristina con su sencillez, con su palabra y con su talento...

¿Cómo recibió la noticia de que había sido la ganadora absoluta en los premios Colibrí, superando incluso a Sebastián Cordero, ícono del cine ecuatoriano? Mejor libreto, mejor dirección, mejor película... Su película "Alba" se lo llevó todo, o casi todo... 

Fue super lindo, super emocionante porque la película ha recibido varios premios internacionales, pero no hay nada como ser premiada en casa y esa sensación de que el jurado haya apostado por una ópera prima, el que la película estuviera compitiendo con películas fuertes (Sebastián es mi amigo también, le aprecio y le respeto mucho) es super valioso.

Siento que la gente también ha estado muy emocionada; he recibido muchas felicitaciones de amigas, de amigos; fue una noticia muy especial para nosotros porque siento que es un premio importante que reconoce el cine ecuatoriano con películas producidas desde hace cinco años atrás y en este tiempo se han realizado un montón de películas, algunas fuertes y sólidas como la de Sebastián, entonces sí me parece bonito que el jurado haya apostado por "Alba".

La película fue premiada en festivales internacionales, pero cuando uno es valorado en su propia casa es más importante. Alba se estrenó en el 2016 y ha sido como volver a sentir viva a la "peli" a partir de todos esos comentarios lindos que me han llegado. También el hecho de que la película haya ganado Mejor Guion y Dirección me hace muy feliz porque fue un proceso riguroso y de muchísimo trabajo.

Se escribieron 14 versiones del guion, fue un proceso largo, y en el tema de la dirección, a pesar de que fue mi primera película, todo fue muy instintivo y profundo el trabajo con los actores. Al final siento que es una historia que sale de bien adentro mío y pueda traspasar al espectador de la manera más honesta posible. Son dos premios especiales.

Estoy muy orgullosa también del trabajo de Macarena, de Pablo y de Amaia, los actores y actrices niños que, finalmente, son como el cuerpo y el alma de la película. Sus gestos, sus ojos, más aún en una película que casi no tiene diálogos, es destacable. Esa profundidad de los actores es lo que se transmite en la película...

El proyecto de "Alba" nació hace diez años, ¿qué pensaba Ana Cristina cuando escribía? ¿La idea primigenia de la obra se fue direccionando con el ejercicio de la escritura? 

Yo empecé a escribir esta película cuando tenía 22 o 23 años y ahora tengo 33, o sea sí fue hace 10 años y creo que lo lindo de un proyecto es que vaya cambiando contigo. El primer guion que escribí es muy distinto al de la película ahora, pero eso me gusta porque significa que yo no terminé filmando una película que ya no me representaba o que ya no me movía, que ya no sentía cercana, sino que la historia fue cambiando, exponiéndose a nuevas miradas, siendo reescrita mientras yo iba creciendo. La película me alimentaba a mí y yo a la película, eso es bacán.

"Alba" no es una historia, es un sentimiento, ha dicho usted. ¿En qué sentimientos podría resumirse: introspección, soledad, dolor? 

Cuando empecé a escribir esta película no lo hice pensando en relatar una historia que empieza aquí y termina allá. No es una película que nació de una historia o de la necesidad de contar una historia, sino de la necesidad de transmitir una sensación angustiante, fuerte, áspera, pero al mismo tiempo linda, de crecer en un momento clave como son los 11 años porque estamos creciendo todo el tiempo, pero crecer cuando tienes 11 años es un cambio fuerte porque tu cuerpo se está transformando a una velocidad vertiginosa; esa cierta libertad que tenías en la infancia adquiere conciencia de las cosas sobre lo que implica las presiones sociales.

Es un momento de identidad importante en la vida de una mujer y creo que de eso va la película: que en su búsqueda de identidad ella también entiende que aceptar al padre es parte de aceptarse a sí misma; aceptar su propia esencia, su rareza, su belleza, aunque no encaje en los esquemas de éxito de las personas que la rodean.

Pregunta de "cajón": ¿Alba encarna alguna parte de su vida? ¿Tuvo una niñez taciturna, dolorosa, "rara"? 

Creo que hay cosas que son muy personales, en realidad muchas, pero dos específicas directamente: una relación con mi papá que de alguna forma fue mutando en las distintas edades de mi vida y quería abordar ciertos aspectos de esa relación. Aunque mi papá no sea igual a Igor había una cosa en la ruptura de nuestra relación y en la reconciliación que me interesaba y necesitaba escribir.

Y también está la ansiedad de crecer, de la sensación de perder algo y de no encontrarte y de estar en la búsqueda de la identidad también. Vi de cerca mucho bullying, no directamente a mí, pero lo vi muy de cerca en mi colegio y sí eran episodios muy fuertes que en ese momento se naturalizaban y que parecían normales, pero en realidad eran muy crueles y me parecía que esta era la forma de denunciar eso que yo vi pero ante lo que, en su momento, no pude hacer nada. No fui parte de ese bullying a otras personas, pero tampoco me levanté y lo frené. Con la película me interesaba hablar de eso.

¿Hizo catarsis? 

Pienso que sí, aunque no creo necesariamente que las películas son una terapia. A veces sí, a veces no. Tampoco la película fue mi terapia, pero evidentemente me sanó porque creo que de eso también va el cine: no solamente sana al espectador sino también al creador de la película, a la creadora en este caso, y sí, me movió en muchos niveles y me dio también muchas cosas hermosas.

"Alba" trajo a mi vida muchas cosas lindas, como viajar por el mundo, a muchos lugares, hasta confiar en mi trabajo y escuchar lo que sentían las personas después de ver la película. Que me escriban de otros países, que me digan que se sienten muy desnudos en su fragilidad, que recuerden muchas sensaciones de su infancia, que les hizo pensar en cosas de la muerte que no habían digerido, eso es lo más esencial y por ello le tengo un enorme agradecimiento a la película.

 

La película se iba a llamar "Arupos rotos"y finalmente se decantó por "Alba". Yo veo ahí una dicotomía porque "Arupos rotos" podría ser la antítesis de alba, que evoca precisamente nacimiento, renovación, un nuevo día...

"Arupos rotos" se iba a llamar porque la película tenía como símbolo principal en algún momento del guion el arupo que ella arma en el rompecabezas y en alguna versión ese rompecabezas se destruía y el padre lo reconstruía. Eran dos personajes que estaban tratando de encontrarse y encajar, entonces coincidían, pero después, cuando la película ya estuvo editada, ella se convirtió tanto en el centro de la historia... Su cara, su rostro y su nombre, "Alba", pero también estaba esta sensación más que de amanecer de inicio o de reencuentro.

En ese sentido "Alba" me gusta porque siento que en ese abrazo final y en el momento en que la niña pone la sangre de su nariz en el rostro de la otra, de alguna forma se acepta a sí misma y es el inicio de algo.

¿Cuándo supo que el cine era lo suyo y cuáles son sus películas favoritas?

Cuando era muy pequeña, tenía talvez 4 o 5 años. Mi papá nos filmaba todo el tiempo, entonces él sentía la necesidad de registrar nuestras vidas de muchas formas, como escribir en un diario todo lo que hacíamos. En algún momento yo empecé a actuar frente a la cámara, a inventarme pequeñas historias, y hacía que mi hermana actuara, es decir, de alguna forma la dirigía y le explicaba a mi papá cuándo quería que cortara o dónde quería que nos filmara. Así empezó.

Tengo muchos videos de ese tiempo, de esos pequeños ejercicios que se relacionaban con el tema del cine. Y de ahí películas que me marcaron mucho cuando era niña fueron "El joven manos de tijeras", de Tim Buton; "Peter Pan" y "Hook".

Y en cuanto al cine ecuatoriano, ¿cuál es su película favorita?

Me gusta muchísimo "Con mi corazón en Yambo". También "Rabia" (de Sebastián Cordero). Varias otras, pero estas más. Ah, también me gusta "Mejor no hablar de ciertas cosas".

¿Qué proyectos tiene en este momento?

Estoy haciendo una película que se llama "Piel pulpo", que ya está filmada. Estoy en el proceso de terminarla, además estoy escribiendo una película que se llama "La hiedra", que es con Karla Souza, una famosa actriz mexicana que ha trabajado en varias películas, como "Nosotros los nobles", pero que quiere darle un giro a su carrera en un universo más autoral y hacer cine de otro tipo, así que vamos a trabajar juntas.

También estoy en un proyecto de fantasía que se llama "La costra y la mía", cuyo guion empecé a escribir. Estoy en ese proceso, buscando productor, y hablé con Sebastián Cordero para ver si él quería ser uno de los productores. Estoy en eso.

Los premios Colibrí se abren paso en un Ecuador cada vez menos apático al cine ecuatoriano. ¿Qué concepto tiene de los premios? 

Me parece un premio importante. Es bueno tener un espacio donde se visibilicen las películas de la Academia de Cine de Ecuador; me parece además que es importante que veamos el cine que hacemos y el valor que tiene en un momento tan frágil como este. De alguna forma el ICCA desapareció de un plumazo, se fusionó y todo está muy tambaleante. Siento que en comparación con los países vecinos, donde yo recientemente fui jurado, es abismal la diferencia.

La cantidad de fondos que Colombia y Perú tienen para el cine es 10 veces mayor. Las políticas de apoyo al cine son muchísimas más claras, y más contundentes; me parece que nos falta mucho camino por recorrer. Asusta que retrocedamos.

¿Sigue en contacto con Macarena, ese personaje mágico que la da vida a "Alba"?

Somos muy unidas. Macarena Arias fue elegida como protagonista de entre más de 600 niñas y su trabajo actoral fue un proceso de sensibilización, de ensayo constante, de hacerle conectar con su debilidad y creo que el encuentro con Pablo Aguirre, que es el actor principal, su padre, fue muy especial porque no se conocían. Tuvieron que llegar a un nivel de confianza grande y siento que los dos son muy diferentes, pero a la vez hacen sólida la película.

Ana Cristina Barragán y "Alba"

"Alba", su ópera prima, escrita y dirigida por Ana Cristina Barragán, se estrenó en el Festival internacional de Rotterdam, donde obtuvo el premio Lions Film Award y formó parte de la selección Horizontes Latinos en el Festival de San Sebastián, donde recibió una mención Especial del Jurado. La película es una coproducción con México y Grecia, se exhibió en cerca de 90 festivales internacionales y obtuvo 33 premios internacionales, entre los que destacan el de FIPRESCI en el Festival de cine Latino en Toulouse, Mejor Actriz en el festival de Mumbai, Mejor Ópera Prima en Lima, Mejor Película en el Festival de Mujeres de Colonia.

"Alba" fue la película representante de Ecuador en la carrera a los Óscares de la Academia estadounidense, se ha distribuido en México, Francia, Alemania, Italia, Brasil y Colombia, se presentó junto a una selección de 8 películas latinoamericanas en la muestra Latin American Cinema: The State of Art en el MOMA (Museum of Modern Art) en Nueva York.

Actualmente Ana Cristina filma su segundo largometraje "La Piel Pulpo", desarrollado en el taller de Sundance 2019 y en el Talent Script Station de la Berlinale 2018, con el apoyo del Hubert Bals Fund, el programa Ibermedia, el fondo World Cinema Fund para su producción y el Hubert bals plus Europe Fund.

Ahora, Ana Cristina escribe "La Hiedra", su tercer proyecto, ganador del fondo de guión 2017 en el ICCA Ecuador y del fondo de desarrollo de la misma institución que será protagonizado por Karla Souza, reconocida actriz mexicana y desarrollado durante la maestría que Ana Cristina en la prestigiosa Eliaz Querejeta Zine Skola en San Sebastián, España.

Ana Cristina ha dirigido tres cortometrajes. "Despierta", su primer proyecto universitario que aborda la primera menstruación de una niña a través de un sueño con mariquitas rojas, obtuvo tres premios a Mejor Corto Ecuatoriano y se presentó en más de 20 países; "Domingo Violeta", su segundo proyecto que retrata la relación de dos hermanas se estrenó en la competencia Pardi di Domani del Festival del film Locarno. Y "Ánima", su tercer cortometraje. 


 

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