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L’AttitudeWine, la democratización del vino

Cada vino es único y tiene sus características particulares proporcionadas por las cepas (tipo de uva), la región, el país y la enología de la bodega.
Cada vino es único y tiene sus características particulares proporcionadas por las cepas (tipo de uva), la región, el país y la enología de la bodega.
27 de septiembre de 2015 - 00:00 - Gerónimo Altamirano

El vino ha estado presente, desde tiempos remotos, en la vida del hombre. Para muchos, beberlo supone un misticismo que compromete algo más que el sentido gustativo, y su consumo se asocia, sobre todo, con la clase pudiente.

Democratizar el vino y llevarlo a la mesa o a la intimidad de todas las personas, sin importar su condición social, etnia o identidad cultural es el propósito del francés Guillhem Renaud, quien acaba de abrir L’Attitude Wine, la primera escuela de esta bebida del Ecuador certificada por la organización londinense Wine and Spirit Education Trust (WSET), considerada la mejor del mundo.

Renaud asegura que todas las personas pueden disfrutar de una buena botella de vino. No se necesita tener mucho dinero; hoy es posible encontrar un buen vino a un precio asequible. “Solo tienes que sentir curiosidad”. En Ecuador, según lo señala Renaud, cada vez más hay personas con interés de conocer sobre este arte que forma parte de la cultura e identidad de países como Francia, Italia, España, Bélgica, Estados Unidos y en países productores de la vid como Argentina y Chile.

En L’Attitude Wine las clases son lúdicas. Renaud no utiliza frases complejas para explicar sobre los sabores, texturas y durabilidad del vino en el paladar. Sus palabras, más bien, buscan que todos identifiquen cada uno de los matices contenidos en cada copa.

“Si abro una botella y comienzo a decir que este vino es de consistencia robusta, que es de gama media y con mucha fuerza de tanino, la gente se va a preguntar ¿de qué me están hablando?, pero si les digo que un vino es muy elegante, que es elaborado con fruta fresca, que van a notar el sabor de la madera y que su sabor va a perdurar en sus bocas, posiblemente despierte más curiosidad en el alumno, les doy a probar y ahí comenzamos a jugar”.

Uno de los propósitos de esta escuela es guiar a los alumnos para que en lugar de invertir $ 20 o $ 30 en 3 botellas de un vino de mala calidad, inviertan lo mismo en una sola que les produzca más “placer”.

“El mercado ecuatoriano está creciendo, pero lamentablemente los altos precios que tienen muchos bares no aportan a esta cultura porque venden una copa en un precio elevado y la calidad del vino no compensa el costo. Yo mismo he preferido tomar cervezas cuando he salido a un bar y cuando he regresado a casa, me he puesto cómodo y he abierto una botella de vino. En otras ocasiones simplemente voy a un lugar donde sé que me van a dar un vino de buena calidad”.

Otro de los problemas que el empresario ve en el país es la falta de curiosidad de las personas. Considera que la gran mayoría solo consume vino tinto y “no pasan del cabernet sauvignon” cuando existen muchas variedades y cada una de ellas tiene algo que valorar. “Hay lugares especializados donde brindan servicio de asesoría”. Para las clases, Guillhem Renaud se apoya de Laguarda, una boutique de licores que ofrece vinos procedentes de varias partes del mundo y que además brinda asesoría a clientes y empresas para que puedan escoger las botellas según el evento social o maridaje.

Más allá de las reglas

Aunque Guillhem Renaud está convencido de que el mejor vino es aquel que uno más disfruta, existen reglas generales que respetar a la hora de elegir una etiqueta. Las reglas dictan que la mejor opción para un pescado es un vino blanco. Por otro lado, podemos imaginar a los vinos tintos acompañando a las carnes rojas y los elegantes vinos espumosos como parte de la selección de postres. Todas estas regulaciones tienen una razón de ser. Sin embargo, el especialista asegura que todo depende del paladar de quien disfruta de esta bebida. “Cuando se come carne blanca por qué no usar un tinto ligero como un pinot noir o con un atún rojo. También hay vinos blancos que vienen bien con carnes rojas”.

Lo importante es entender que cada vino tiene su personalidad y manera de llevarse en la mesa. Hay que tomar en cuenta que ni la comida ni el vino deben brillar más, sino complementarse. No se puede tomar un vino suave con una comida muy condimentada porque mataría el sabor del vino en la boca. Por otro lado, un vino tinto maduro, con mucho cuerpo opacaría un delicado plato de suave sabor. La elección siempre debe estar en el factor del balance.

Escoger un buen vino toma su tiempo. Todos buscamos algo diferente y la búsqueda exige tiempo, pero siempre hay respuestas hasta para los paladares más exigentes. Todo radica en saber qué es lo que se desea. “El vino rosado es una buena apuesta de intermedio cuando no se sabe qué vino poner en la mesa”.

Hombres de vino

La historia del vino está plagada de personas que, de alguna manera, contribuyeron a exaltar las virtudes de esta bebida.

Robert McDowell Parker, estadounidense, tuvo la gran idea de desarrollar una guía independiente para los amantes del vino, algo que nadie había hecho antes.

En 1978 decidió hacer una publicación bimestral sobre vinos: The Wine Advocate, con una circulación inicial de 600 ejemplares.

Más de 4 décadas después esta publicación cuenta con más de 50 mil suscriptores en Estados Unidos y en más de 37 países.

Una de las claves del éxito de esta revista fue que no solo daba opiniones sobre los vinos. También proporciona información sobre los productores.

Robert McDowell Parker es quizá la persona que más vinos ha probado en todo el planeta. Si tomamos en cuenta que ha catado un promedio de 25 vinos diarios durante más de 30 años, su récord es de más de 200 mil etiquetas.

Como él, hay otros expertos que coinciden en afirmar que las escuelas de vino deberían enseñar a los estudiantes las virtudes de beber vino y cómo apreciar esta bebida.

TIPOS

Champán es uno de los vinos más prestigiosos y exclusivos del mundo. Se conoce que el champán es un vino espumado producido con la uva chardonnay, por lo tanto es una variedad de vino blanco.

EL cabernet sauvignon se produce en Bordeaux, en el Napa Valley de California y en Australia. Es más fuerte que la variedad de uva merlot y sirve para acompañar algunas carnes rojas y pastas.

El malbec también se suele utilizar para acompañar carnes rojas y, en general, cualquier platillo con salsa de tomate. Es originario de Bordeaux, pero también se produce en Argentina, Chile y Uruguay.

El merlot es una de las variedades más conocidas y consumidas en todo el mundo. Es un vino suave con aroma a frutas y hierbas y se produce en países, como Francia, Chile, California y Australia.

El sauvignon blanc es originario de Francia y también se produce en gran cantidad en Australia. Es una de las variedades más robustas y sabrosas entre los vinos blancos. Lo que lo hace muy atractivo.

EL riesling es más ligero que el chardonnay, y más accesible, ya que se produce e importa en más países. Es muy popular gracias a sus 2 variantes: dulce, con sabores frutales y seco, con hierbas y limón.

Aunque muchos consideran que el vino rose pinot puede considerarse como de menor calidad, en realidad, es uno de los vinos más versátiles que existen hasta el momento. Es un vino muy apetecido.

El syrah es un vino gasificado. Es más popular en brindis y aperitivos, sin embargo, también es muy bueno para acompañar los platillos principales. Es el caso de los vinos producidos en base de la uva syrah.

El Merlot Rose es un vino suave y refrescante. Es una de las variedades más ligeras de los vinos rosados, justo después del Pinot Noir. Se produce fundamentalmente en Bordeux (Francia), España y América del Sur.

El chardonnay es una variedad de media estación producida principalmente en Estados Unidos (Nappa Valley, California), Australia y Nueva Zelanda, y en menor medida en otras regiones del mundo.

Tome nota

El vino también requiere ciertos cuidados.

Los enemigos del vino son el calor, la luz, la falta de humedad y el movimiento, aunque los 2 primeros elementos son los que causan la mayoría de los problemas.

Los vinos están “vivos” y no les gustan los cambios bruscos de temperatura. Hay que tener cuidado con estos.

La luz degrada muy rápidamente el vino por oxidación irreversible de los taninos. La luz y, en particular, su componente ultravioleta hace que traspase el color verde de las botellas y degrade muy rápidamente el vino. Su vino debe ser almacenado en la más absoluta oscuridad.

La calidad y la renovación permanente del aire ambiente de una bodega son factores determinantes para la conservación de los vinos. Un armario tiene que gozar de una aportación constante de aire exterior, aun mejor si es filtrado, para evitar los malos olores.

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