La emergencia tomó por sorpresa a miles de familias en Pichincha, Cotopaxi, Tungurahua y Napo, zonas de influencia en caso de descenso de lahares, caída de ceniza y sismos. El recuerdo de la erupción de 1877 aún vive en Mulaló, uno de los pueblos más cercanos al coloso.

Un millón de personas, en promedio, arriban anualmente a la urbe baneña, mientras que este 2015 llegaron cerca de 70 mil turistas a Alausí. El ferrocarril y sus rutas, las piscinas termales, el volcán en actividad y las zonas naturales son los principales atractivos en estos cantones.

Aunque desde septiembre de 2012, los accidentes de tránsito en la ciudad han bajado, aún hay conductores que se niegan a usar el cinturón de seguridad, irrespetan los semáforos y abusan del claxon. Por su parte los peatones cruzan las calles por sitios no permitidos. Las autoridades piden mayor compromiso.

La capa glaciar de los volcanes y nevados registra un decrecimiento que llega hasta el 30% en algunos casos. Las comunidades rurales son más vulnerables a las fuertes precipitaciones, deslaves, inundaciones y descensos de la temperatura que ha llegado a 6 grados o menos en determinados sitios.

La colecta será en Huachi, Unamuncho e Izamba.

La Nariz del Diablo, Alausí, El Boliche, Cevallos e Ingahurco son algunos de los sectores de arribo de los turistas que viajan sobre los rieles. Ellos cuentan con museos, cafeterías, jardines y más.