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El chisme no solo entretetiene, también te mantiene más sano, dice un estudio
Aunque tradicionalmente ha sido visto como una conducta negativa, un reciente estudio científico reveló que el acto de compartir chismes podría tener efectos beneficiosos en el bienestar emocional. La investigación sugiere que hablar sobre otros, especialmente en entornos de confianza, activa la liberación de oxitocina, una hormona vinculada al placer, la empatía y el vínculo social.
El estudio, llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Pavía, en Italia, demostró que al contar o escuchar chismes, las personas experimentan una disminución en sus niveles de cortisol, la hormona asociada al estrés. Esta dinámica no solo reduce tensiones, sino que también fortalece la sensación de pertenencia dentro de un grupo.
Los científicos destacaron que el chisme, lejos de ser siempre malicioso, cumple una función social que permite compartir normas, establecer vínculos y regular comportamientos. En ese sentido, puede actuar como una herramienta de relacionamiento comunitario, siempre y cuando se practique sin intenciones de dañar a terceros.
Para llegar a estas conclusiones, el equipo analizó muestras hormonales de voluntarios antes y después de participar en conversaciones con carga social, y comparó los resultados con otros tipos de interacción. El incremento de oxitocina fue evidente, lo que refuerza la hipótesis de que hablar sobre la vida ajena, cuando no se usa para agredir, puede ser una forma saludable de socialización.
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— EcuadorTV (@EcuadorTV) April 12, 2025