Superficies irregulares y calzado inadecuado constituyen las principales razones por las que una persona puede sufrir un esguince de tobillo, que es la distensión de los ligamentos que rodean a la tibia y peroné y que genera una inflamación por la salida del líquido sinovial acompañada de un dolor intenso.

En el caso de los deportistas la causa más frecuente para sufrir este tipo de patologías es el inadecuado calentamiento o estiramiento tras la jornada de preparación física.

“El esguince es una de las patologías más frecuentes que se dan en el miembro inferior a nivel mundial y afecta a todo tipo de personas sin importar la edad ni la actividad. Pueden ser  sedentarios como deportistas, no hay distinción. Todos están expuestos”, refiere el deportólogo Óscar Vizuete, quien recalca que de cada 6 personas que llegan a su consultorio con este problema, 5 son deportistas.
Tratamientos a seguir

Hay grados 1, 2 y 3 de esguince de un tobillo. Los 2 primeros se resuelven con un vendaje funcional por un período de entre 12 y 15 días, mientras que el grado 3 requiere de yeso y hasta intervención quirúrgica porque hay una rotura de ligamentos.

En los esguinces de grado 1 y 2 se debe aplicar hielo durante las 36 horas posteriores y así cerrar los vasos sanguíneos. “Luego se hace una maniobra de corrección denominada reducción y finalmente se aplica el vendaje para inmovilizar y conservar la anatomía y estática del pie”, añade Vizuete.

En la actualidad existe la tendencia de no utilizar yeso en estos casos porque atrofia o hipotrofia la masa muscular de los gemelos. “Lo más adecuado es el vendaje funcional porque eso permite el funcionamiento de la articulación aunque esté quieta. La persona puede caminar sin problema y con la administración de los antiinflamatorios el dolor baja”.

Tras las 2 semanas se retira el vendaje, se valora la situación de la articulación y se inicia el período de fisioterapia con terapias que combinan el ultrasonido, magneto, electrodos, láser y la reeducación de la marcha. “La rehabilitación sirve para que la persona recupere su rutina normal, supere la dolencia y vuelva a sus actividades de siempre. Lo primero es lograr que venza el miedo y también la inestabilidad y para eso están los ejercicios”, indicó la fisioterapista Mónica Valdivieso.

Problemas a futuro

Cuando una persona sufre un esguince de tobillo y no hace la rehabilitación adecuada, el tobillo queda laxo (sin tonicidad) y con gran posibilidad de que la patología se vuelva a presentar en reiteradas ocasiones, ya que los ligamentos son los estabilizadores de las articulaciones. “El tobillo queda muy flojo y la persona corre el riesgo que con una piedra se lesione una y otra vez. Entonces aparece lo que se llama luxación. En ocasiones se necesita una cirugía que requiere de un clavo para fijar la articulación”.

Según la fisioterapista Adriana Romero cualquier tipo de traumatismo que una persona tenga y no sea tratado de forma adecuada puede degenerar en una artrosis temprana de la articulación.

El tobillo es la última articulación del cuerpo, forma parte de la estática del pie y es el eje fundamental del movimiento. Por ello los especialistas recomiendan no sobrecargarla de peso. “Una de las cosas que se deben considerar, en personas que no hacen actividad física frecuente, es controlar el peso. Varios kilos extras significan más carga para esa articulación”, acotó Adriana.

Entre los cuidados que los podólogos sugieren está el uso adecuado de calzado: no flojo, ni ajustado.  “En las mujeres es aconsejable usar zapatos de un taco promedio, no extremadamente altos porque dan inestabilidad”, anotó la podóloga Marcela Jácome.