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Rafael Correa y el prontuario de ofensas que la comunidad LGBTI no olvida

Rafael Correa y el prontuario de ofensas que la comunidad LGBTI no olvida
02 de agosto de 2020 - 00:00 - Redacción Sociedad

El prontuario de ofensas de Rafael Correa contra los derechos de la población LGBTI es tan largo como el tiempo que estuvo en la presidencia y más. Impelido por la corrección política, tuvo que pedir disculpas en 2012 luego de que dijera en una sabatina: "Que venga este señor para decirme personalmente si soy badea o marica".


En 2013 volvieron los resabios de sus taras a manifestarse, esta vez mediante una letanía que incluía evocaciones religiosas, imaginarios arquetípicos y cláusulas binarias: "Gracias a dios, hombres y mujeres somos diferentes, complementarios, y no es que se intente imponer estereotipos, pero qué bueno que una mujer guarde sus rasgos femeninos y qué bueno que un hombre guarde sus rasgos masculinos. Todo el mundo es libre, pero yo prefiero a la mujer que parece mujer y creo que las mujeres prefieren a los hombres que parecemos hombres".


Esto que dijo, en una de sus acostumbradas sabatinas, no fue un exabrupto, no fue una desafortunada parrafada, fue una cátedra de homofobia y transfobia, con un alumnado bien atento y dispuesto a aplaudir todo; porque los aplausos nunca le faltaron, incluso los de algunos dirigentes LGBTI que se vieron orillados a una crisis de identidad frente a la disyuntiva: ¿verde o arcoíris? Porque estar en ambas orillas, como militante y al mismo tiempo dirigente LGBTI era cumplir el principio de contradicción. Y no se puede ser y no ser al mismo tiempo.

Pamela Troya, cabeza, corazón y garganta de la lucha por el matrimonio igualitario, siguió de cerca el discurso virulento de Correa y más de una vez ambos tuvieron encuentros dialécticos a través de Twitter, de ahí que le sorprendiera la invitación que él hiciera por redes para hablar sobre derechos de la población LGBTI, a la que solo se acercó, a través de activistas que se plegaron a su postura, para tomarse la foto.

¿Tiene acaso Correa la virtud del desdoblamiento?

"La Constitución determina claramente que el matrimonio es entre hombre y mujer y eso algunos no lo dicen... No creo en el matrimonio gay, la familia es el fundamento de la sociedad... No estoy de acuerdo con el matrimonio, pero admiro mucho a ciertos luchadores de estas cosas", decía Correa el 22 de mayo de 2013 en una entrevista televisiva antes de posesionarse en su segundo mandato.


Pamela Troya lo recuerda diáfanamente porque fue a partir de lo que él aseveró y del intercambio de tuits entre ambos, la noche del 22 de mayo del 2013, que ella empezó su lucha infatigable junto a Silvia Buendía y Diana Maldonado por el matrimonio igualitario; por ello podría decirse que esa fue la fecha en la que se acuñó la consigna: "Apostemos que me caso". Hoy, siete años después, y con Correa en Bélgica, el matrimonio igualitario es una realidad en Ecuador.

¿Qué motiva a Correa a acercarse a la población LGBTI? 

Diana Maldonado, activista por los derechos humanos y parte medular de la lucha por el matrimonio igualitario en Ecuador, quedó absorta con la convocatoria realizada por el expresidente, a través de Twitter.


"Me dio risa cuando vi el anuncio. Lo que él está buscando al convocar a grupos LGBTI es captar el voto joven con ese aire progre y liberal que no tiene y que hoy se arroga. El nicho de la población de 18 a 30 años es el más numeroso. Allí apunta. Yo fui parte del proceso de la unión de hecho y del matrimonio igualitario y a Correa le costó muchísimo acceder a que el Registro Civil acatara la orden de la jueza y de la Corte Provincial para poder registrar la unión de hecho en la cédula, que pudimos lograr en Guayaquil, pero cuando los funcionarios locales se pronunciaron a favor y la situación se volvió prácticamente irreversible él decidió reunirse con la representante de la Federación LGBTI de Ecuador, Diane Rodríguez, militante de Revolución Ciudadana, quien no tenía en su agenda esta lucha, para anunciar que se aprobaba el registro de la unión de hecho en la cédula y tomarse la foto".

Pamela intuye que la intención de Correa al hacer este conversatorio es en realidad la pretensión de la Federación LGBTI del Ecuador, que es una aglomeración de pseudoactivistas LGBTI correístas, de mostrarlo como una persona progresista, "como él intentó mostrarse y venderse al mundo, sin embargo, quienes hemos visto la realidad, realidad que se puede cotejar y comprobar en sus múltiples declaraciones, sabemos que no es así".

Pudiera pensarse que lejos de su país y sin el hervidero que significaba estar al frente de un gobierno, amén del paso inexorable de los años que otorga madurez, el expresidente hizo un ejercicio de introspección y transigió ante el matrimonio igualitario y las diversidades sexogenéricas, pero nada más lejos de esa posibilidad: hace escasamente un año, cuando por fin se aprobó el matrimonio igualitario, y él ya estaba en Bélgica, escribió en Twitter: Corte espuria. Hay que mandar a la casa a la Corte Constitucional.


Pamela se llenó de analogías cuando supo lo del conversatorio: "Es como si la iglesia católica hablara de prevenir la pederastia o los Bucaram hablaran de honestidad. Es un contrasentido. ¿Cuál es el objetivo? No creo que Correa pueda hablar nada de los derechos LGBTI cuando ha sido uno de los principales obstáculos que tuvo el país y que hemos tenido los activistas de verdad para lograr el avance de los derechos. Diane Rodríguez, quien preside esta Federación LGBTI, fue caja de resonancia de las posiciones de Correa en contra del matrimonio igualitario, durante todo el tiempo que fue presidente. La lucha por el matrimonio igualitario empezó el 5 de agosto de 2013 cuando me presenté con mi expareja Gabriela Correa para solicitar turno para casarnos. Correa siempre estuvo en contra y Diane Rodríguez siempre apoyó la posición de Correa, pero ¡oh, sorpresa!, cuando se aprobó el matrimonio igualitario, Diane nuevamente se subió a la camioneta al punto de decir que su Federación venía luchando desde el 2001 por este derecho, cosa que no es así, y no hay ninguna prueba que pueda dar fe de eso".

¿Correa cambió de opinión? ¿Qué dijo en su conversatorio?


"Entendamos que yo puedo estar de acuerdo o en desacuerdo con el deseo sexual de un amigo, así como puedo estar en desacuerdo con su ideología, si es comunista o de extrema derecha, pero no por eso voy a negar los derechos de esa persona, el derecho a expresarse ideológicamente, el derecho a sus preferencias sexuales, el derecho a que él escoja la identidad de género que le dé la gana, pero para eso falta mucho porque existe un problema cultural que toma tiempo y empieza en casa, con los dirigentes...", manifestó en lo que parecía ser un mea culpa durante el conversatorio convocado por la Federación LGBTI, actividad que duró una hora con seis minutos de los cuales los primeros 27 fueron dedicados íntegramente al colectivo LGBTI. Los minutos restantes fueron empleados en el posicionamiento de su tesis política.

"Estas novelerías destruyen la familia convencional que sigue siendo felizmente la base de nuestra sociedad", repitió a lo largo de toda una década durante su presidencia y quedan videos y tuits como testimonio de su postura al respecto del matrimonio igualitario, la orientación sexual y la identidad de género. En tiempo de elecciones, los políticos se ponen sus mejores trajes y hacen alarde de sus mejores discursos. Solo el tiempo evidenciará si Correa sigue siendo un retardatario o es, simplemente, un novelero que ve en el discurso progresista la posibilidad de captar el voto joven.

(I)

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