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Entrevista / sonia españa / presidenta de la organización afroecuatoriana de mujeres progresistas y directora del proyecto áfrica mía

"Queremos romper con el tabú: los 'negros' son vagos"

"Queremos romper con el tabú: los 'negros' son vagos"
Foto: José Morán / El Telégrafo
17 de octubre de 2017 - 00:00 - Redaccion Sociedad

Sonia España, de 50 años, creció lejos de su natal Olmedo (en Esmeraldas), pero permaneció cerca de los arrullos, el encocado, el tapado arrecho y la marimba.

Cuando tenía 6 años, sus padres emigraron a  Guayaquil y luego a Quito, donde estudió parte de la primaria por medio de un programa radial. Ella se desempeñaba como trabajadora del hogar remunerada y por las noches prendía su transistor para escuchar “El maestro en casa del Instituto Nacional Fe y Alegría”.

A su regreso al puerto principal terminó la escuela en la unidad Nicasio Safadi y el colegio en el San Francisco de Quito (en Guayaquil).

Esta afrodescendiente no pisó la universidad, pero se ha constituido en una lideresa. En 1987 fue presidenta del Comité de Mujeres de la Cooperativa 5 de Agosto (en el Guasmo) y en 1989 dirigió la cooperativa Pablo Neruda.

Tras ser víctima de violencia de género, participó en los talleres del  Centro Ecuatoriano para la Promoción y Acción de la Mujer (Cepam) sobre esa problemática y aprendió a reclamar sus derechos y los de su pueblo.

En el censo de 1998 trabajó en la campaña de autoidentificación. Una de sus tareas fue ‘luchar’ contra su familia para hacerlos entender que eran afros y que debían sentirse orgullosos. Ella se empoderó de sus raíces y por su batalla ha dialogado con el expresidente de Estados Unidos, Barack Obama.

Sonia desde hace 10 años vive en la Isla Trinitaria, el sector periférico del puerto principal, donde residen unas 5.600 familias afro.

Actualmente está al frente de la  Organización Afroecuatoriana Mujeres Progresistas (respaldada por la Fundación Interamericana) y es directora del proyecto ‘África Mía’, el cual hace 2 semanas, trata de quitar los estigmas sobre el barrio porteño Independencia II.

¿Cómo surgió el proyecto turístico?

En 2009 empezamos algunos emprendimientos con un grupo de mujeres del sector. La idea era que entendieran que la violencia de género, en parte, era causada porque dependían de los hombres. Una propuesta que nos permita ser autónomas y productivas ayudaría a reducir el problema. Así generamos 256 negocios hasta 2011.  Luego nos propusimos romper con el tabú: “Los ‘negros’ son vagos” y planeamos brindar un servicio que reivindique nuestra cultura. Se nos ocurrió que necesitábamos un espacio físico y crear el turismo de convivencia. 

¿Qué es el turismo de convivencia?

Es un servicio que permite conocer el comportamiento del afro, que el visitante conviva por un día con nosotros, converse con las emprendedoras, almuerce un encocado de pescado, escuche arrullos, observe el baile de grupos de marimba, viaje en lancha por los esteros Mogollón y del Muerto, cambie su look con un nuevo estilo

y adquiera ropas y artículos artesanales. Esa es la oferta.

Queremos fomentar la cultura como identidad del pueblo afro. Somos un país pluriétnico. Es necesario que convivamos entre todas las etnias para conocernos.

¿Por qué ‘África Mía’?

Se debe a que fuimos esclavizados y África es la madre tierra, donde nuestros ancestros nacieron y de donde fueron traídos de forma inhumana. Queríamos un nombre que impacte.

¿Cómo fue el primer día en su apertura?

Inolvidable. Recibimos a 180 personas interesadas en conocer nuestra cultura. Un gran número vino de afuera del sector.

¿Con este emprendimiento buscan erradicar la violencia de la Isla Trinitaria?

Sí, es una de las intenciones. La falta de oportunidades genera violencia. Esta iniciativa promueve trabajo y que la gente esté ocupada. Es necesario que se fortalezcan los procesos de fomento del empleo.

Tratamos de que los chicos con tricimotos se involucren y cuiden a los que nos visitan. Hay 6 motos con el logo ‘África Mía’. Con la Policía tenemos buenas relaciones, pero no buscamos que vengan a cuidarnos, sino que la propia gente acoja al turista. La Trinitaria antes era una zona de alto riesgo, conocida como la isla de los condenados. La gente cortaba el manglar para tener su terreno.

¿Cómo se visualizan?

Esta es la primera etapa del proyecto. Nuestro objetivo es posicionarlo, que nos visiten de todas partes y que venga el presidente Lenín Moreno. Necesitamos aliados para la construcción de la Casa ‘África Mía’, donde necesitados puedan alojarse.

¿El proyecto es parte del cumplimiento del Decenio Internacional Afrodescendiente?

Cuando se hacen talleres para discutir los avances del plan del decenio no hay espacios físicos adecuados, por ello se realizan en hoteles y en otros lugares que no muestran la realidad de nuestra cultura.  África Mía quiere solucionar eso. Estos emprendimientos, en el marco del decenio, tienen que ver con la justicia y el desarrollo.

En la Cumbre de las Américas, en 2007, usted habló con Barack Obama. ¿Cómo le fue?

Me tomó por sorpresa. Fueron 5 minutos aterradores, porque nunca me dijeron que conversaría con él. Solo me indicaron que me habían elegido. Lo tomé con las 2 manos, estaba nerviosa, pero él me tranquilizó y me dijo: ‘Sonia qué lindos ojos tienes’. Le dije que el decenio no va a tener fuerza si él no lo apoyaba. Es necesario que tome las riendas y que cada año haga vigilancia y se cree un fondo para el cumplimiento de 3 ejes: justicia, reconocimiento y desarrollo. (I)

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