Publicidad
Parlamento ruso prohibirá la adopción por parejas homosexuales
La Duma o cámara de diputados de Rusia prohibirá por ley la adopción de niños rusos por parte de parejas homosexuales, anunció su presidente, Serguei Narishkin.
"Debemos tomar medidas y las tomaremos. Introduciremos cambios en la legislación rusa para prohibir las adopciones si la familia corresponde a padres del mismo sexo", dijo Narishkin, citado por las agencias locales.
Este asunto será debatido el jueves durante la reunión de los comités de familia y asuntos internacionales, a los que asistirán activistas franceses que participaron en las protestas contra la legalización de los matrimonios homosexuales en su país.
La pasada semana, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, adelantó que promulgará dicha prohibición si la Duma le presenta el correspondiente proyecto de ley.
El Mandatario descartó que en su país haya "discriminación" de las minorías sexuales. "Creo que nuestra legislación es muy liberal en este sentido", sostuvo.
Putin pidió al Supremo que introduzca antes del 1 de julio próximo los cambios necesarios en el reglamento de adopciones y también abogó por modificar los acuerdos bilaterales en materia de adopciones con Francia y otros países en relación con la reciente aprobación en aquel país del matrimonio homosexual.
"Debemos reaccionar ante lo que ocurre a nuestro alrededor. Nosotros respetamos a nuestros socios, pero pedimos que respeten nuestras tradiciones culturales y éticas, y las normas legales y morales de Rusia", dijo.
El Defensor del Menor ruso, Pável Astájov, que depende directamente del Kremlin, ya expresó en varias ocasiones su rechazo al derecho a adoptar de las familias no tradicionales.
Astájov aseguró que Rusia hará todo lo posible por impedir que en el país se repita la situación que existe en España, Canadá o Francia, donde las parejas del mismo sexo pueden adoptar niños.
Rusia ya ha aprobado una controvertida ley que prohíbe la propaganda homosexual entre los menores de edad, que esta minoría considera que es una excusa para impedir la celebración de las marchas de orgullo gay.