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La pareja andina delimita sus responsabilidades

Mujeres y hombres se acercan y conviven con la Pachamama de distinta manera. Es una forma de estar unidos.
Mujeres y hombres se acercan y conviven con la Pachamama de distinta manera. Es una forma de estar unidos.
Foto: cortesía diario El Tiempo
19 de junio de 2018 - 00:00 - Redacción Intercultural

El matrimonio era decisión exclusiva de los padres. Lo hacían por interés económico, prestigio social o mantener el linaje de la  familia.

Con el pasar de los años esto ha cambiado, pero lo que se mantiene en las comunidades indígenas de los Andes son los principios que rigen el matrimonio, como la dualidad, el respeto y la fidelidad.

En el texto de la Revista Etnográfica Yachac N° 12, del Ministerio de Cultura (Guamán M. y otros autores), consta que las personas mayores también intervenían con consejos y se los conocía como “Rimaktayta” o “Rimakmama”.

Ahora los jóvenes de las comunidades indígenas tienen libertad para elegir a su pareja, pero apegados a su cosmovisión y leyes andinas.

Lo moderno, dice el comunero José Asqui, es que las parejas tengan libertad de decidir con quién desean unir sus vidas.

“Esto no implica que desconozcan las leyes andinas y que se las deben respetar”.

“Consideramos la unión entre dos personas algo que no se puede romper y velamos para que sigan unidas”, asegura Pedro Solano, dirigente de la comunidad Quilloac, de la provincia de Cañar.

Una infidelidad es considerada un desequilibrio y si es recurrente se convierte en asunto de la “justicia indígena”, en la que intervienen la familia de ambos cónyuges y los mayores de la comunidad en la que viven.

Relación de pareja
Una investigación, realizada por Silvia Aguilar, destaca que la cosmogonía andina divide el mundo en dos grupos, lo masculino y lo femenino. Hay plantas machos y hembras, igual que animales y seres humanos.

Plantea que el hombre es símbolo de poder y virilidad, pero que estos se manifiestan “en la relación que mantiene con la Madre Tierra que no es precisamente de dominio, sino de un servicio muy particular”, detalla.

Mujeres y hombres se acercan y conviven con la Pachamama de distinta manera, por lo que las actividades también son de manera respetuosa y complementaria.

Tanto el “kari”, hombre, como la “warmi”, mujer, conocen su funcionalidad dentro de su mundo.

“Del trabajo en el hogar se encarga principalmente la mujer. Ella es la nutricia en todo, prepara los alimentos para su familia, arregla, también siembra y atiende a sus hijos. Mientras que los hombres, la mayoría, salen a trabajar en la construcción, comercio y agricultura”, añade la investigadora.

Esta concepción del mundo permite que ellos conserven la armonía y mantengan el equilibrio durante el matrimonio, explica Solano desde su experiencia.

El dirigente de Quilloac, además, considera que el machismo no existe en su comunidad, pues no es posible tomar una decisión sin la aprobación de su esposa y para ella es igual. “Somos uno solo”, dice con orgullo.

La familia unida
Una nueva unidad familiar se da con la alianza del matrimonio

Para Pedro Solano, el matrimonio en el mundo andino consiste en la unión entre dos familias. Actualmente, la edad para consumar este hecho social oscila entre los 16 y 20 años. 

Desde esa edad en adelante el esposo, como jefe de hogar, pasa a legitimarse como adulto.

De igual manera pueden ocupar cargos, ya sean civiles o religiosos, necesarios para adquirir prestigio dentro de la escala social de la comuna. Lo más importante, explica Solano, es que “aunque se casan no se separan de sus familias”. 

Es decir que los padres de ambas parejas tienen que estar al tanto y cuidarlos. Los ayudan a conseguir terreno, a levantar sus casas, a trabajar. La familia no se constituye como una nueva, al contrario se amplía, asegura.

Anteriormente, el chamán se encargaba de realizar el ritual del matrimonio, una chacana representaba la dualidad del mundo, evidenciada también en la nueva unión.

Ahora muchas familias son católicas o cristianas y siguen los ritos aunque con elementos propios.

En la unión es importante la dualidad. Es decir las mujeres y los hombres tienen tareas determinadas que van de la mano de su relación con la naturaleza dentro de la cosmovisión andina.

También hay que considerar que en el mundo andino la unión de una pareja es sagrada y la justicia indígena interviene cuando existe un desequilibrio o infidelidad.

Se debe tener en cuenta, dice Asqui, que la unión de una pareja no implica la separación total de sus padres, por el contrario ellos siempre están pendientes de sus hijos.

“Los padres de los esposos intervienen para garantizar que estén bien”.

Es importante tomar en cuenta que este ritual, que carece de valor civil, es de suma importancia entre los poblados indígenas porque se trata de la unión de dos personas para toda la vida.

Es uno de los momentos más destacados en los seres humanos. (I)

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