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El Telégrafo
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“No solo nos quejamos, también proponemos”

“No solo nos quejamos, también proponemos”
12 de enero de 2013 - 00:00

La Agenda Ciudadana por la Educación 2013 - 2021 es una propuesta elaborada por el Contrato Social por la Educación (CSE) con el fin de resaltar la responsabilidad de la familia, los docentes, la escuela, los espacios públicos y los medios de comunicación en el ámbito educativo. Además de atribuir responsabilidad al Estado.

Esta propuesta ha priorizado 13 ejes que son: sociedad educadora, evaluación integral, calidad de la educación, educación inicial, universalización de la educación general básica, bachillerato, rezago educativo, educación intercultural, docentes, financiamiento, educación técnica, educación superior y modelo de gestión.    

¿Qué es la agenda ciudadana?  

Es una propuesta enfocada a los representantes de los partidos políticos con el fin de que asuman una serie de planteamientos y que posteriormente los canalicen en políticas públicas y en acciones a favor del cambio educativo en el país.   

¿Cuál fue la base para la elaboración de esta propuesta?

La agenda está inspirada en la acumulación histórica de planteamientos que recogen criterios de varios sectores sociales y también académicos. Por otro lado, está inspirada en principios de la Constitución del Estado y en diversos componentes éticos y políticos que nacen de la interculturalidad, equidad y justicia social. Pero probablemente lo más interesante es la proyección al 2060. Esta agenda tiene como límite de ejecución el 2021, sin embargo quiere incidir al menos en dos generaciones y por esta razón se proyecta al 2060.

¿Cuál es el objetivo de la misma?

Pretende impulsar la formación integral de las personas; que tengan formación en valores y desarrollen la inteligencia emocional para que se comprometan con el desarrollo del país. La idea es que la agenda reintroduzca la educación en el debate nacional, ya que hay pocos candidatos, tanto para la presidencia como para asambleístas, que abordan este tema.

¿Cuáles son las propuestas?

Una de las prioridades planteadas consiste en no arrancar desde cero. Es cierto que en los últimos seis años han surgido importantes avances en política educativa en el Ecuador y uno de ellos es el acceso a la educación. Pero hay otros aspectos que tienen que ser abordados, como la calidad de la educación, combatir la decepción educativa y reconstituir el modelo de gestión. Sobre esta base se han levantado 13 puntos que ubican al estudiante como sujeto de derecho, porque una cosa es que la gente acceda a educación y otra el tema de los derechos humanos, que no está desarrollado en las aulas.                                          

¿Cómo se realizó la presentación de esta agenda a dos candidatos presidenciales y sus respectivos asambleístas?

Primero se hizo una presentación al país el 13 de diciembre de 2012, después se envió una carta a los candidatos a la presidencia (el 19 de diciembre) y este mes se ha acordado conversar con ellos. El 2 de enero se dio la reunión con Alberto Acosta y el 3 del mismo mes con Norman Wray, ambos con su equipo de asambleístas.

La próxima reunión será el 15 de enero con Guillermo Lasso, y con los demás candidatos aún se está coordinando la fecha en la que se presentaría. Por otra parte, se tiene previsto un debate para la primera semana de febrero con los candidatos a asambleístas en Quito, Guayaquil y Cuenca.

¿Qué pregunta fue formulada a los candidatos -para que esa respuesta pueda ser incluida en sus planes de campaña-?

Si mañana usted es Presidente de la República, ¿que haría para solucionar este tema? Ya se pasó la fase de mencionar aspectos generales, ahora se requiere saber cómo se solucionarán los problemas, cómo se llevarán acabo las acciones y también cuánto va a invertirse en ello.

¿Cuál fue la acogida que tuvo este informe para Alberto Acosta?

Acosta acogió el 90% del contenido de la agenda y acotó que muchos aspectos están incluidos en su programa. Estuvo de acuerdo con el financiamiento educativo; en la agenda se plantea que exista una inversión del Estado del 10% en el marco de la educación al 2021. También mostró su preocupación sobre la reforma universitaria, acerca del debate con actores para reorientar el proceso de cambio de la educación.

¿Y para Norman Wray?

De igual forma, Wray acogió gran cantidad de planteamientos, entre ellos el apoyo de las instituciones para que las familias y comunidades promuevan el desarrollo integral de niños de 0 a 5 años y el fortalecimiento del sistema de protección integral de la niñez y adolescencia. Ambos candidatos acogieron el plan con entusiasmo.

¿Se han establecido presentaciones para otras instancias?

Se ha propuesto un diálogo con el Ministerio de Educación, como corresponde, con el Ministerio Coordinador de Desarrollo Social y el Ministerio Coordinador de Conocimiento y Talento Humano. También con la Secretaría Nacional de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt) para que estas propuestas sean evaluadas, recogidas y discutidas.           

¿Se ha fijado alguna meta específica hasta el 17 de febrero, cuando se efectúen las votaciones?                    

El propósito es que los medios de comunicación, sectores sociales y desde luego políticos pongan a discusión el tema educativo. Una gran meta al 17 de febrero sería que todos los candidatos tuvieran establecidas sus propuestas de forma concreta en torno al sistema educativo. No todo está hecho en el país todavía; la agenda es un avance para dar a conocer al país que desde la sociedad civil no solo nos quejamos, también proponemos. Se trata de cambiar la cultura de la queja por la cultura de la propuesta. Sin embargo, existen cantidad de acciones que hay que poner en marcha.         

Después de las votaciones, ¿cuál es el siguiente paso?  

Seguir incidiendo para que varias de estas ideas formen parte de las políticas públicas en educación. Luego hacer el seguimiento de estos planteamientos y movilizar a la sociedad para que colabore, de tal modo que estas ideas se conviertan en una realidad. Uno de los desafíos es acabar con el rezago educativo hasta el año 2021, ya que 5 millones 719 mil 314 habitantes de Ecuador no completaron su educación formal y carecen de las mismas oportunidades de desarrollo que el resto.

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