Cada año se importan y fabrican en el país alrededor de 3.9 millones de neumáticos; y de estos, al menos 2.4 millones son abandonados al aire libre convirtiéndose en incubadores de vectores que producen enfermedades.

Por ello, el Ministerio del Ambiente en conjunto con 55 municipios del país y varias empresas privadas preparan el proyecto “Llantatón”, que busca la recuperación de 80.000 neumáticos usados durante el mes de noviembre.

“El objetivo de esta iniciativa es recuperar los neumáticos que están en los rellenos sanitarios para gestionarlos de una forma sustentable a través de procesos productivos”, dijo Humberto Cholango, titular del Ministerio del Ambiente (MAE).

El objetivo es crear una cadena de economía circular, a fin de que cuando termine la vida útil de los neumáticos se los pueda reutilizar en juegos infantiles o a su vez transformarlos en polvo, granulado o chip de caucho que sirve para obtener otros productos como artesanías, pisos, moquetas e incluso pavimento.

Desde julio de este año, cuando empezó a operar el Servicio Ecuatoriano de Gestión Integral de Neumáticos Usados (Seginus) hasta la fecha, dicha entidad recuperó 150.000 neumáticos.

“A diciembre de este año esperamos que sean 250.000 las llantas recuperadas porque trabajamos con las 20 importadoras de neumáticos más grandes del país y con el productor local Continental, que constituyen el 80% de todo este mercado”, refirió José Guarderas, director ejecutivo de Seginus.

La cooperación trabaja con 14 gestores ambientales que trasladan y almacenan los neumáticos para llegar a las fábricas que elaboran el material final.

Seginus cobra $ 1 por cada llanta que recibe del usuario para darle el reciclado adecuado. “Hay un costo que se debe pagar por transportar, picar y entregar y ese era el problema”, acotó Guarderas.

Del material obtenido, el 25% se hace granulado para canchas sintéticas, el 15% se entrega a los artesanos y el  40% se transforma en pirolisis (combustible).

Hay varias empresas en el país que trabajan en estos aspectos. Una de ellas es Ecocaucho, ubicada en el norte de Quito, que transforma las llantas usadas en pisos de gimnasio, moquetas para autos, rodapiés, entre otros.

Los pedazos de llantas van a un molino que los tritura hasta hacerlos más pequeños. Se retira la fibra textil y gracias a un imán se separan los alambres de acero.

El material se coloca en una granuladora que reduce los residuos a partículas más pequeñas, las cuales pasan a un tamizaje y se obtiene un grano que se vende al peso.

De acuerdo a cifras del MAE, entre 2014 y 2017 el país recuperó alrededor de 3.6 millones de neumáticos usados, a través del principio de responsabilidad extendida del productor, establecida en el acuerdo ministerial 098.

Este enunciado plantea como meta la recuperación del 30% de las llantas. (I)