Ecuador, 26 de Abril de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
Comparte

Lourdes Tibán: mamá y lideresa política

Kaya Anaaí significa “flor del futuro”; Sanni Millaray quiere decir “flor de oro”; y Ayan es “héroe”.
Kaya Anaaí significa “flor del futuro”; Sanni Millaray quiere decir “flor de oro”; y Ayan es “héroe”.
Foto: cortesía de Lourdes Tibán
13 de mayo de 2018 - 00:00 - Redacción Actualidad

“Hay tiempo para ser mamá y para ser política”, asegura con firmeza Lourdes Tibán, lideresa del movimiento indígena. Ella  fue madre a los 35 años.

En su cultura rompió varios esquemas, pues los indígenas se casan y tienen hijos muy jóvenes.

Cuando era dirigente y soltera nunca se preocupó por los horarios para llegar a casa y hasta pensó que podía vivir sin tener hijos. Creía en el paradigma de que las mujeres políticas deberían escoger entre ser madres o trabajar. “Yo elegí las dos cosas”.

El secreto de Tibán es esforzarse más. Además, su esposo y compañero por 18 años, Raúl  Ilaquiche, le ayuda con el cuidado de los 3 hijos: Kaya Anaaí, de 13 años; Ayan Raúl, de 11 y de Sanni Millaray, de 7. En la actualidad, Tibán es asesora del asambleísta Ángel Gende, del Bloque de Integración Nacional (BIN).

Sus hijos crecieron en el entorno de la Asamblea. Kaya y Ayan hacían los deberes sentados en la alfombra, abajo del curul de su madre. Y Sanni fue a “parlamentare” desde bebé.

Ellos están orgullosos de su madre, pero se quejan a diario: “mami cámbiate de trabajo”.

Tibán espera que con el tiempo puedan comprender su lucha política. La semana pasada salió de la imprenta su nuevo libro “Tatay Correa”. Kaya le pidió que se lo autografiara. Y su madre le escribió: “Este libro te va a decir por qué mamá peleó durísimo estos 10 años”.

Tibán asegura que sus pequeños sí se impactaron por el maltrato que recibió en el correísmo.

“A ellos les afectó mi ausencia, los insultos que recibía y cuando me golpearon fue terrible. Les dije que me trataron de robar”.

Ella asegura que ser madre es lo mejor que le ha pasado en sus 48 años de vida. “De marido se puede cambiar, pero de hijos no, nunca”. (I) 

Contenido externo patrocinado