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El Telégrafo
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Las prótesis de piernas son las más requeridas

Las prótesis de piernas son las más requeridas
24 de julio de 2013 - 00:00

“Tuve que aprender a escribir con la mano izquierda”, contó Jéssica Choto, una riobambeña de 16 años que perdió  el brazo derecho y la rodilla izquierda el 29 de agosto de 2012 cuando hablaba por teléfono desde la terraza de su casa.

La adolescente de piel morena y ojos pequeños recuerda que estaba lavando la ropa cuando recibió una llamada a su celular. Se acercó al filo de la terraza y cuando alzó la mano sintió un “shock”: los cables de alta tensión no estaban forrados y fue presa de la electricidad.   

Su padre, quien prefirió no identificarse, contó que luego del accidente  Jéssica se convirtió en  beneficiaria de la Misión Solidaria Manuela Espejo en Riobamba, pero para corrección y entrega de la prótesis tuvo que desplazarse a Quito. Su rostro no puede disimular la tristeza cuando recuerda aquel episodio.

Torres afirmó que reemplazar su pie enfermo por uno artificial fue un alivio para el dolor físicoPara Jéssica, tener una discapacidad no es un impedimento para soñar y cumplir sus metas. El próximo año obtendrá el título de Bachiller en Ciencias en el Colegio Isabel de Godín y, aspira a estudiar Psicología o Nutrición y Dietética dentro del país o en una universidad de España.       

La electricidad también fue la causante de que Paco Viera perdiera sus dos brazos. Este quiteño, de 33 años, jamás se imaginó que una travesura de juventud le ocasionaría  discapacidad.      

El 25 de diciembre del año 2000, mientras descansaba en Esmeraldas, Paco ayudó a un vecino a obtener luz de un poste y resultó electrocutado. “Cometí la imprudencia de coger luz, pero solo yo fui el perjudicado”, relató con la mirada esquiva.

Trece años después manifiesta su angustia y preocupación por no conseguir empleo debido a su  discapacidad. “He dejado mi carpeta en cientos de empresas y hasta el momento no he sido tomado en cuenta. Con una prótesis sí puedo defenderme en un 60%. Sé que soy útil para trabajar”, aseguró, mientras le temblaba la voz.

Sin embargo, el hombre de tez canela y con algunas canas en el  cabello ha buscado la forma de superarse. Se dedicó a la grabación de discos y ha tratado de venderlos para de alguna forma contribuir económicamente a su hogar.

Su esposa, Lourdes Medina, lo acompañaba mientras el técnico del taller ubicado en el Hospital Eugenio Espejo reparaba sus prótesis. A ella le cuesta mucho hablar del tema y su mirada se esconde tras unas gafas gruesas de color café.

Otro es el caso de Luzmila Torres de 66 años. La mujer, dedicada a las labores del hogar, explica su problema a partir de  la anécdota que le contó su madre cuando apenas cumplió su primer año de edad. “Sé que cuando empecé a caminar me caí y mi mamá no le dio mayor importancia. Pero conforme iba creciendo mi pie se fue alzando. Tenía que caminar en puntillas hasta que hace ocho años, ya no pude hacerlo”, cuenta.

A diferencia de Choto y Viera, la mujer de cabello corto y oscuro se demoró un año en tomar la decisión de  amputar  su pie izquierdo y parte de la rodilla para sustituirlos por  una prótesis. Torres afirmó que reemplazar su pie enfermo por uno artificial fue un alivio para el dolor que sentía. Confesó que pronto logró caminar sin ninguna dificultad, incluso bailaba, lo que mejoró su calidad de vida.

El año pasado, Torres nuevamente fue víctima de una caída. Esta vez, el impacto fue sobre la prótesis ocasionándole una ruptura del fémur, lo cual conllevó a la colocación de una órtesis (placa) y de otra prótesis ya que la anterior le quedaba ajustada.

Estos son tres casos de los 20 que se atienden mensualmente en el Taller de Órtesis y Prótesis en Quito,  informó Patricia Vasco, líder del servicio de Medicina Física y Rehabilitación que forma parte de la Misión Manuela Espejo.

Según la experta, las prótesis para extremidades inferiores son las que tienen mayor demanda a nivel nacional. Y de acuerdo a la edad, las personas que superan los 50 años son las que más requieren   aparatos ortopédicos.

Vasco informó que la persona que requiera una órtesis o prótesis debe preinscribirse en las oficinas de la Misión Manuela Espejo existentes en todo el país, presentando dos copias de la cédula, del carné del Conadis y un certificado de no afiliación al IESS (opcional).

FIRMA DE CONVENIO ENTRE 2 INSTITUCIONES

Álex Camacho, titular de la Secretaría Técnica de Discapacidades (Setedis), y Patricia León, directora ejecutiva del Instituto Ecuatoriano de Normalización (INEN), firmaron ayer un Convenio de Cooperación Interinstitucional para adoptar, adaptar y actualizar las normas técnicas de accesibilidad universal en el país.

El documento prevé la coordinación permanente de las entidades para garantizar a las personas la total accesibilidad a los diversos entornos físicos y urbanos. En ese sentido, los instrumentos base que se usarán para ese propósito son el Manual de Normas INEN sobre accesibilidad al Medio Físico y las Normas Internacionales sobre accesibilidad a servicios, productos y tecnología de la información y comunicación.

Previo a la suscripción del acuerdo, los profesionales de la Setedis, INEN y la Organización Nacional de Ciegos de España (ONCE) -organismo técnico con 75 años de trayectoria en cooperación e inclusión en Europa-, mantuvieron reuniones de trabajo y visitaron varios lugares de la capital como el Ministerio de Relaciones Laborales (MRL), la Biblioteca Municipal y el sistema de transporte urbano  Trolebús para definir las primeras líneas de acción, en el marco del eje de accesibilidad universal y el desarrollo tecnológico.

El evento contó con la presencia de Eugenio Peñaherrera, director ejecutivo del Consejo Nacional de Discapacidades (Conadis) y Byron Proaño, Ministro de Industrias y Productividad subrogante.

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