Ya son 36 semanas que Kristhel, de 16 años, lleva en su vientre a un varón. Ayer acudió por primera vez al Centro de Adolescentes Promoviendo un Futuro Seguro (Cafus), ubicado en Guayaquil. Fue en busca de un método anticonceptivo para utilizar después del parto.

Margarita Ontano, médico responsable de Cafus, señala que la mayor parte de adolescentes en estado de gestación asegura que la principal causa de embarazo es el desconocimiento. “En el momento de la fluidez hormonal prevalecen más los impulsos sexuales que el pensamiento reflexivo sobre las consecuencias de llevar una relación sin un proyecto de vida”, expresa.

Según datos del Ministerio Coordinador de Desarrollo Social, 37 de cada 100 embarazos son no deseados. Mientras que estadísticas del Ministerio de Salud Pública (MSP) indican que un 26% de adolescentes (entre 15 a 19 años) está embarazada.

Datos como estos motivaron que el MSP, el 25 de marzo de este año, expidiera la normativa para Regular el Acceso y la Disponibilidad de los Métodos Anticonceptivos en el Sistema Nacional de Salud.

El reglamento incluye la entrega gratuita de la píldora anticonceptiva de emergencia (PAE), al igual que una gama de métodos como ampollas inyectables, tabletas combinadas, implantes subdérmicos y temporales de barrera e intrauterinos.

La entrega de la píldora, considerada abortiva por interrumpir la fecundación del óvulo, fue vista como un atentado contra la vida por organismos católicos.

¿Qué ha cambiado con el nuevo reglamento? Katiuska Hernández, directora técnica del Hospital materno-infantil en el sur de la ciudad, asegura que luego de la promoción de la píldora de emergencia aumentó su consumo de 30% a 40%. En este centro hospitalario se administran de promedio unas 105 pastillas mensuales.

Hernández explica que esta casa de salud desarrolla un proceso de prevención de embarazos con adolescentes, incluso antes de la disposición estatal. Un ejemplo es Kristhel que fue capacitada sobre planificación familiar.

La especialista Hernández señala que en cada cita se aclara que el uso de la píldora depende de un evento sexual que no estaba programado. “Pero si tiene una pareja no podemos aconsejar la PAE, porque no se podrá utilizar todos los meses y no funcionará”, agrega.

La obstetriz Gina Bajaña sostiene que usar la pastilla, pese a las recomendaciones, alterará el ciclo menstrual y puede causar un embarazo que muchas veces se considera que es por la falta de eficacia del método. De acuerdo a estudios, se ha comprobado que la píldora solo evita la unión del óvulo con el espermatozoide, pero si ya está fecundado continúa el embarazo.

La planificación importa
Otra de las acciones desarrolladas para prevenir los embarazos precoces es la Estrategia Nacional Intersectorial de Planificación Familiar y Prevención del Embarazo en Adolescentes (Enipla).

Con la estrategia, el MSP asegura que incrementaron las consultas para prevenir el embarazo no deseado un 16,18% y las atenciones en planificación familiar en 9,53%.

Además, se han colocado 2.091 dispensadores de preservativos masculinos y femeninos de distribución gratuita, en 1.570 unidades de salud del Ministerio y 80 unidades de la red pública.

¿La parte económica no te afecta?, ¿tienes o no trabajo?, ¿la relación emocional con tu pareja es segura?, ¿tienen muchas discusiones?, son algunas de las preguntas realizadas a los menores que buscan una guía.

“Los niños no deben venir porque hoy se me antojó, porque se ven bonitos en la televisión, sino que debe ser una acción de responsabilidad cuando el entorno ha sido analizado”, expresa Ontano.

Para la doctora, el embarazo precoz es consecuencia de una sociedad sin conocimientos, llena de mitos y tabúes, “piensan por ejemplo que un adolescente no se puede cuidar porque queda estéril. Esto hace que los menores no tengan una planificación adecuada como hay en los países desarrollados”, indica.