Quito ha reportado problemas en la asignación de cupos durante las matrículas para el régimen Sierra. Según el Ministerio de Educación, el 3 de septiembre 1’713.335 estudiantes inician clases. De este grupo, 562.051 alumnos pertenecen al distrito capitalino.

Según el reporte de matrículas, en la capital existen 5.454 estudiantes que aún no tienen cupo en alguna institución pública.

Según los reportes de la Dirección de Educación, la semana anterior fueron asignados 2.000 cupos y hasta ayer se  entregaron 2.500. En total, 954 estudiantes aun necesitan un cupo para estudiar.

Según Mónica Franco, subsecretaria de Educación, esto se debe a cuatro causas. La primera: el cierre de 53 planteles particulares.

Franco indicó que los dueños tenían previsto un “cierre temporal” de los centros educativos. No obstante, la notificación al Ministerio se hizo recién el 15 de agosto. 

“El dueño de una escuela o colegio particular debe indicar que el próximo año no se abrirá, para ubicar los estudiantes”, reiteró.  Ante ello, el ministerio ordenó el cierre definitivo de los centros y una multa económica.

El segundo inconveniente es que muchos padres acaparan los cupos, a pesar de tener uno asignado, aseguró la funcionaria. Incluso hay estudiantes que están registrados en cuatro planteles, dijo.

El es caso de Ramiro Salazar,  padre de dos hijos que pasan a primero y cuarto de Básica, quien reconoce haber inscrito a sus hijos en dos planteles en la Kennedy (al norte de Quito). “Solo lo hice por precaución por si me negaban la matrícula en la primera escuela que les inscribí”, dijo.

Franco indicó que no es necesario registrar varias veces al estudiante. “Eso nos obliga a depurar el sistema para asignar los cupos para las personas que no lo tenían”.

El tercer problema, informó Franco, se debe a que el Municipio de Quito decidió suspender el Bachillerato Acelerado, lo que ha dejado fuera del sistema a más de 1.500 chicos de los establecimientos municipales.

El cuarto inconveniente se produjo, explicó, por la reubicación de 398 familias desde La Forestal hasta La Mena 2 (sur de Quito) que vivían en zonas de alto riesgo.