El clima templado de Guayaquil hace del Malecón 2000 un lugar en donde los turistas van a cobijarse bajo las sombras de los árboles. Eso hacen muchas personas que visitan el lugar.

Pero en esas bancas que se ubican frente al edificio de la Municipalidad de Guayaquil también se ubican los retratistas. Uno de ellos es  Luis Olivares, presidente de la Asociación de Artistas Plásticos 9 de Octubre, quien desde que abren el Malecón 2000 rearma su puesto de trabajo, ubicado junto a la Torre Morisca.

En el lugar se exhiben sus pinturas que van desde caricaturas, paisajes e imágenes hechas al óleo (técnica elaborada con base en pinturas en aceite). También se puede apreciar lo más pedido por los turistas “el retrato a carboncillo”.

Para Olivares no hay normas  que establezcan la imaginación de un pintor. Él considera que cada  uno  tiene  sus trucos al momento de plasmar  sus pinturas en el papel.

“Esta actividad ahora es un oficio pero antes era un hobby”, afirma Olivares, quien tiene 16 años en el arte.

Dice que su mejor pintura fue el retrato de su mamá.

En el Malecón en la actualidad existen 12 artistas.

El guayaquileño Carlos Suárez tiene 20 años en este oficio. Comenta que en el 2002, junto con seis amigos, decidieron promocionar sus trabajos en las calles.

En un día ellos realizan entre cinco o seis retratos.

Marcos Barahona, quien aprendió empíricamente a pintar, menciona que “el artista siempre tiene ideas, aunque son los clientes quienes deciden lo que más les gusta”. Uno de ellos es Jamil Jaramillo, un organizador de eventos, que con su celular en mano, observa cómo su idea “el  árbol de la vida”,  adquiere forma en minutos.

Marcos Barahona a pesar de trabajar como artista, también da cursos de dibujo y pintura en la Casa de la Cultura Núcleo del Guayas.

“Considero que las personas deben pulir sus conocimientos, es por eso que no dejo de lado mi oficio. Es una forma de sentirme útil y más que eso demostrar a mis alumnos lo que hago”. (I)