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¿Cómo es un día en la vida del cuidador de un zoológico? (MAPA INTERACTIVO)

¿Cómo es un día en la vida  del cuidador de un zoológico? (MAPA INTERACTIVO)
19 de enero de 2014 - 00:00

Apenas se abren las rejas, Pablo y Suru saben que es la hora de alimentarse. Ingresan a los cubiles sin el menor forcejeo. Juan Carlos Nieto da vuelta, se cerciora que ambos no puedan salir mientras él deposita la comida en 2 soportes de piedra y esconde las vitaminas en los trozos de sandía que estos osos andinos o de anteojos no demoran en devorar.

Es una labor que este joven realiza todos los días en el zoológico de Guayllabamba. Llegó a la capital hace varios años desde El Oro. Y aunque es ingeniero acuacultor, prefirió dejar en segundo plano su profesión y dedicarse a lo que tanto le gusta: ser cuidador de animales en el zoológico o un zoocuidador.

A las 08:00 llega al centro de animales, ubicado en el valle seco de Guayllabamba, al norte de Quito. Se coloca el par de botas amarillas, una camiseta verde, la gorra café y un cinturón negro para evitar dolores de espalda.

La primera actividad consiste en limpiar los exhibidores y cubiles. De estos espacios, que son los hogares de las especies, retira la comida que sobró del día anterior, limpia los rincones y recoge los desechos. “Sacamos carretillas llenas todos los días, también lavamos los cubiles con manguera. Hay que dejarlos limpios para que los animalitos estén felices”, explica.

Luego de cumplir con sus labores de limpieza, Juan Carlos espera en el departamento de nutrición para recibir los botes con comida que dará a a cada uno de los habitantes felinos o de sangre fría en el zoológico.

Antes de ingresar a los exhibidores, Juan Carlos hunde las suelas de sus botas en agua y cloro para evitar contagiar a los animales con alguna bacteria. Todos los días realiza casi un ritual: coloca a los animales en sus cubiles, cierra las rejas, coloca la comida en los platos y abre nuevamente las rejas para que ellos libremente se alimenten. Repite esta actividad hasta 3 veces al día.

Recorra el zoológico con un click en este mapa interactivo

Además, Juan Carlos pone en práctica un plan de enriquecimiento que consiste en esconder la comida en los árboles. “Esto se realiza para estimular el olfato del animal y que no pierda la facultad de trepar los árboles. También para que no se estresen”, afirma.

Hay ocasiones en las que ingresa a los exhibidores con los animales sueltos, por ejemplo con las avestruces, los cotoncillos, los venados blancos y los monos. Cuenta que hasta ahora no ha sido agredido por ninguno de ellos, pero al inicio confiesa que sí sentía temor de estar tan cerca de leones u osos. “Luego se los conoce, uno se encariña y les pierde el miedo. He creado un vínculo con ellos”, reconoce el zoocuidador.

El zoológico sobrevive con los recursos de la taquilla. Según Juan Manuel Carrión, director de este centro y de la Fundación Zoológica del Ecuador, el año anterior asistieron 230 mil personas, y se logró recaudar alrededor de un millón de dólares. El 60% se destina al cuidado y alimentación de animales.

El chef del zoo
Hablar de un solo oficio en el zoológico resulta complicado. Wilson Estrada, responsable de nutrición, es una pieza clave para que los cuidadores realicen su trabajo.

“Corto la comida en pedazos grandes, al día siguiente varío la dieta y pico las frutas en cuadrados o con diferentes técnicas. Ellos, como las personas, también se aburren de comer todos los días lo mismo”, explica Wilson, quien inició su trabajo con los animales a los 15 años.

Todos los animales tienen una dieta especial, medida en gramos. En el centro de nutrición hay una gran pizarra con las cantidades necesarias. Hay frutas, verduras, granos, cárnicos y hasta gusanitos que son importantes en la dieta de los cuchuchos. El plan de alimentación inicia a las 8:30, luego a las 12:00 y finaliza a las 16:30 con los felinos.

Clínica y medicina
Juan Carlos, de 36 años, también recibe notificaciones de qué animales necesitan atención médica. Conoce si debe o no alimentarlos o si están diagnósticados para recibir alguna medicina en especial.

A la clínica del zoológico llegan decenas de animales, la mayoría son tortugas que han sido abandonadas en cartones a la entrada del centro, también están los casos de aves heridas con perdigones o animales que fueron decomisados por el Ministerio del Ambiente.

No solo se atienden enfermedades. Una vez al año ingresan especies de distinto tipo para recibir un baño, tomarles el peso y determinar si están en buenas condiciones. “Lo más importante es mantener la salud de los animales, que tengan bonito aspecto y evitar enfermedades. Por eso les realizamos chequeos constantes”, explica el veterinario Pablo Arias.

El caso de los cóndores es distinto. Estas aves andinas en peligro de extinción son atendidas en su propio exhibidor, dice Arias, quien se aventura y anuncia que este año posiblemente la pareja Auki y Kawsay empollen un nuevo huevo.

Son las 17:00 y Juan Carlos ha culminado su jornada, así como todas las personas que trabajan en el zoológico. Verifica que todos los animales estén en los cubiles. “No pueden quedarse afuera porque es complicado vigilarlos en la noche. Es mejor que ellos estén seguros y así nosotros también podemos dormir tranquilos. Siempre se está pendiente de ellos, porque se los ve tanto que son como la familia”.

Datos

45 personas trabajan en el zoológico de Guayllabamba. La mayoría son cuidadores y personal de mantenimiento.

 Además de los exhibidores donde están los animales,  también existe la zona de aislamiento donde permanecen aquellos que serán reinsertados  a su hábitat. Aquí crece una pareja de cóndores.

 En la zona de cuarentena se encuentran  guacamayos, monos, loros, un venado  y tortugas. El objetivo principal es que retornen a su entorno natural.  

La cetreríaes una actividad que también se realiza. Dos guías pasean alrededor de 5 horas diarias a las aves que fueron rescatadas. Les colocan una caperuza en los ojos, cuyo fin es entrenarlos para que vuelen libres pero tengan la capacidad de retornar por sí solos al zoológico.

 Los exhibidores son lugares concebidos de manera técnica. Cada espacio tiene una área de manejo donde se lleva un registro del ingreso y salida de los cuidadores. También un área cubierta, donde descansan los animales.


 El zoológico de Guayllabamba,  en Quito, abre de martes a domingo.

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