Por primera vez Alan Márquez Gómez se perdió la cadena sabatina, de la que él asegura es seguidor. Hubo una razón: ser proclamado como abanderado del pabellón nacional en el Colegio Vicente Rocafuerte, tras alcanzar un promedio de 9.96. El plantel fue uno de los varios centros educativos de Guayaquil que ayer organizaron una ceremonia en conmemoración a la Batalla del Pichincha.

“Es un orgullo ser el abanderado de la institución más gloriosa del país porque han pasado por aquí 13 presidentes”, dijo Alan. Apenas anunciaron su nombre, su padre Javier, quien estaba en primera fila junto a su esposa Jéssica, respiró profundamente. Tenía los ojos humedecidos por la emoción. “Este es solo el comienzo para él. Para mí es una alegría que sea el abanderado de este prestigioso colegio con más de 6.000 estudiantes y del que también me gradué al igual que mis hermanos”.

Francisca Vera fue otra de las madres orgullosas que acompañó a su hijo Samuel Morán -también vicentino- en la proclamación como abanderado del pabellón de Guayaquil. Ella ha confeccionado todos los uniformes del joven. “Estamos felices de su logro y por querer superarse. Quería lanzarme, abrazarlo, cuando escuché su nombre. Él es mi alegría”.

A unas cuadras del establecimiento estaba el colegio Adolfo H. Simmonds, donde Daniela Angelina Zambrano Zambrano también fue proclamada como abanderada del pabellón nacional. Su madre Fanny Zambrano algo temblorosa dijo que aún no salía del asombro. Esto porque Daniela ingresó en cuarto año, pero su alto puntaje de 9.65 se lo permitió. Ver a su hija, según Fanny, la hizo recordar cuando ella también fue abanderada en un colegio de Chone, de donde es oriunda. “Ella tiene que llegar más lejos, estudiar la universidad y seguir siendo la mejor”.

Gabriela Cavagnaro Burgos, estudiante del colegio Guayaquil, también fue designada como abanderada del estandarte del Ecuador tras obtener 9.95 puntos en su promedio.

A pesar de su tristeza por el reciente fallecimiento de su tía, a quien llamaba mami, siempre estuvo sonriente. “Sé que si ella estuviera aquí dijera: me siento orgullosa de ti, lo lograste”. Merly Burgos, otra de sus tías, quien la acompañó durante la ceremonia, dijo emocionada: “apenas nos enteramos mi esposo subió al Facebook la noticia. Se lo merece porque le dedica su tiempo a los estudios. Ella es de las que deja de lado los paseos por estudiar”. Para Gabriela ser abanderada representa una de las metas que se prometió cuando llegó al colegio: “me propuse dos cosas: ser presidenta y abanderada y hoy (ayer) veo concretado esto”, dice.

Juramento en Quito

Los estudiantes de tercer año de bachillerato de los colegios de Quito cumplieron con el juramento a la bandera, durante la mañana del sábado. Los alumnos con mayor rendimiento académico son elegidos como abanderados y portan la bandera nacional que sus compañeros besan, en señal de juramento.

Christian Trujillo cumple este rol en el colegio Benalcázar, uno de los más tradicionales de la capital. Su promedio es de 9.75 sobre 10 puntos y sus materias favoritas se relacionan con la ciencia. Cuando se gradúe, en junio próximo, buscará ingresar a universidades nacionales o extranjeras para estudiar Química. “Mis padres no tuvieron la oportunidad que he tenido yo. Me siento honrado y orgulloso de portar la bandera”, aseguró Trujillo.