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Salud

El lunch refuerza al desayuno

El lunch refuerza al desayuno
Fotos: Archivo / El Telégrafo
09 de abril de 2018 - 00:00 - Coralía Pérez

¿Se ha preguntado qué pasa cuando un niño abre su lonchera y no le gusta nada de lo que encuentra allí? Intercambiar, no comer e incluso botar la comida son las respuestas más comunes a esta interrogante, que se convierte en una de las principales preocupaciones de los padres de familia.

El afán por brindar a los menores una alimentación adecuada se incrementa con el regreso a clases en este mes, en el que 2,6 millones de estudiantes volverán a las aulas. Por ello es fundamental saber algunos aspectos clave para asegurar su nutrición.

Para Francisca Cifuentes, asesora nutricional de Pasteurizadora Quito, lo más importante es acostumbrar a los niños, desde pequeños, a tomar un desayuno completo.

La experta explica que uno de los problemas actuales es que, debido a la falta de tiempo o recursos, un buen porcentaje de menores asiste a clases sin ingerir una primera comida adecuada. Un niño mal desayunado tiene menores calificaciones y su capacidad intelectual se disminuye debido a la falta de glucosa en su organismo.

“Cuando los niños no desayunan, pasan con sueño durante las clases, se desconcentran con mayor facilidad y no captan adecuadamente lo que se les explica”, indica Teresa Recalde, docente del Centro Infanil FAE.

Lo óptimo, según Cifuentes, es brindar un desayuno que contenga proteínas, contenidas en la leche, yogur, queso, huevo, carnes blancas, atún o pavo. También debe aportar carbohidratos, que se encuentran en cereales naturales, como la quinua, el amaranto, la chía; y en otros alimentos como el pan y el plátano verde.

Las grasas naturales y frutas también son importantes en el desayuno. El aguacate, los frutos secos y el aceite de oliva aportan una gran cantidad de nutrientes.

Ya en los establecimientos educativos, el lunch debe complementar la buena alimentación de los menores. Es necesario destacar que la lonchera no reemplaza al desayuno o al almuerzo, sino que ayuda a recuperar las energías que gastan los estudiantes durante su jornada.

Según datos del Ministerio de Salud Pública, esta comida debe contener entre el 20 y el 30% del total de calorías diarias.

La nutricionista asegura que la mejor táctica para evitar que los niños regresen con la lonchera llena a la casa es negociar su contenido. La lonchera no debe ser impuesta, debe llevar alimentos que sean atractivos a la vista y que tengan un olor y sabor agradables.

Ella recomienda determinar un día a la semana, que puede ser el viernes, donde los niños elijan lo que desean llevar. Solo en esta ocasión ellos podrán llevar algún snack procesado, como papas, doritos, etc. “El resto de días los padres deben negociar entre alimentos que ellos consideren apropiados, como galletas de avena, habas cocidas con queso, sánduches y otros alimentos que también sean del agrado de los pequeños”.

Consciente de que la alimentación en la región Costa varía mucho con la de la Sierra, Amarilis Palma, nutricionista del Centro de Salud Las Palmas, en Esmeraldas, recomienda el consumo de alimentos propios y de temporada.

Las frutas, como la piña, papaya, uvas, mango y otras, tienen un muy buen sabor y contienen vitaminas favorables para los pequeños. Asegura también que cualquier preparación con plátano verde es muy nutritiva. Pero sugiere hornear o cocinar los alimentos en lugar de freírlos.

“Tanto en la alimentación de los niños, como en la de los adolescentes y adultos, es muy importante controlar los niveles de azúcar, sal y grasa. Estos elementos son los causantes de la mayoría de afecciones en la salud”.

Palma también señala que, debido al clima, lo mejor es enviar a los niños alimentos frescos y que no requieren volver a calentarse. Chochos con tostado, bolones y empanadas de verde, corviches, sánduches de atún o pollo y, sobre todo, frutas enteras son buenas opciones.

“Ahora existe la facilidad de comprar alimentos preparados, pero no procesados”, menciona Palma.

Para ella, la principal falla que cometen los padres en la alimentación de los hijos es priorizar los alimentos procesados en su dieta. “Por facilidad, falta de tiempo o desconocimiento, envían cualquier alimento en funda, que no aporta en mayor medida a la nutrición y tiene altos valores en azúcar, sal y grasa”.

Sobre cuáles bebidas son las ideales para la lonchera de los niños, la nutricionista Sandra Lozada indica que es preferible el consumo de agua por sobre cualquier otro líquido.

Añade que hay que evita a toda costa los jugos procesados, ya que contienen colorantes, preservantes y azúcares artificiales que -según explica- a la larga son perjudiciales para los pequeños.

Lozada comenta que si lo que preocupa a los padres es que el agua no otorgue los nutrientes que las frutas proveen, en preferible darles el agua y la fruta aparte, ya sea picada o entera. “Se puede enviar el guineo, la manzana, la pera y frutas que se conserven bien en la lonchera”. Los jugos corren el riesgo de fermentarse, lo que podría causar afecciones estomacales a los pequeños.

Además, la especialista se muestra contraria a la ingesta frecuente de bebidas hidratantes, pues son diseñadas para restablecerse después de un ejercicio extenuante. “Los niños, por lo general, pasan la mayor parte del tiempo en clases; si hacen deportes o están en movimiento es por períodos cortos y el ejercicio no es muy exigente. Para hidratarse, con el el agua basta”.

Mientras tanto, para los adolescentes que regularmente consumen los alimentos en los bares estudiantiles, lo aconsejable es adquirir una comida sólida y acompañarla con alguna fruta.

Actualmente, brigadas del Ministerio de Salud Pública y funcionarios de los subcentros de salud de cada zona realizan controles trimestrales en los bares escolares para evitar el expendio de alimentos procesados y promocionar la venta de frutas, verduras y leguminosas.

Palma recuerda que lo ideal es consumir cinco comidas al día. Un buen desayuno, por ejemplo, podría estar  conformado por un lácteo, como leche, queso o yogur; un carbohidrato, que podría ser un bolón de verde, patacones o empanadas; una proteína, como el huevo; y una fruta.

Luego, el primer refrigerio puede contener agua, fruta y un alimento energético, como sánduches o bolones.

El almuerzo debe reforzar la alimentación. Lo ideal es ingerir un plato fuerte que contenga arroz o papas, ensalada y una proteína. La sopa es opcional para la nutricionista, ya que no aporta nutrientes en gran cantidad.

A media tarde es necesario ingerir un segundo refrigerio, que puede ser una empanada con morocho o una fruta.

Mientras que para la merienda, Palma recomienda consumir un plato fuerte. El ‘tapao’ es el platillo preferido en la Costa, que puede acompañarse con agua aromática. El verde o yuca cocinada con queso es otra alternativa. (I)

Cifras
30% del total de calorías diarias debe aportar el lunch
2,6 millones de estudiantes regresarán a clases en abril

Recomendaciones
Negocie el contenido de las loncheras con su hijo o hija. No imponga alimentos, pues si no son de su agrado no los comerán. Es preferible que el menor elija entre varias opciones adecuadas que usted le proponga.

No envíe jugos de frutas naturales porque se fermentan y podrían causarles malestar estomacal. Es preferible que el niño tenga suficiente agua para hidratarse. Lo mismo ocurre con las frutas frescas. Evite enviarlas picadas o peladas, pues se oxidan. Las frutas enteras son más apetecibles.

El desayuno es la comida más importante del día. Acostumbre a los más pequeños a comer bien en las mañanas. Lo óptimo es consumir cinco comidas diarias, que aportan los nutrientes necesarios para un buen desarrollo.

Los batidos son una opción práctica y nutritiva. Leche, avena y frutas, como el plátano, mangos o las frutillas, conforman una bebida que aportará los nutrientes necesarios al menor. Acompáñelos con alimentos que aporten proteínas y carbohidratos, como el huevo y una rebanada de pan o tostadas. (I)

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