Desde el próximo año podría entrar en funcionamiento el denominado “Complejo Todos Santos”, con el objetivo de ofrecer alternativas a los turistas locales y nacionales, brindando espacios como: cafeterías y recorridos por el inmueble antiguo. Esta obra corresponde a las Hermanas Oblatas de Cuenca.
Los turistas que lleguen a este espacio podrán realizar un recorrido por la iglesia, la misma que está en proceso de restauración, aquí un guía será el encargado de informar las características del templo y las imágenes que posee. Este recorrido se estima que durará alrededor de 30 minutos, luego se sale al mirador, situado en el barranco que está frente al río Tomebamba y desde este espacio se podrá admirar la parte moderna de Cuenca, el Puente roto y las montañas que rodean a la ciudad.
También desde ahí se puede observar la parte oeste de la capital azuaya, donde se incluye el Parque Nacional El Cajas. Según lo planificado, en este sitio se promocionarán eventos artísticos y culturales de acuerdo a la filosofía de la congregación oblata. “Queremos poner en servicio de la ciudadanía el patrimonio arquitectónico y cultural que hemos guardado durante siglos, rescatando la parte religiosa, no imponiendo el catolicismo, pero hay enfoques propios que no son compatibles con todos”, expresó Sor Elisabeth Bravo, superiora de la Congregación de Hermanas Oblatas de Cuenca.
La oferta incluye también un recorrido por el museo, el mismo que cuenta con pinturas y esculturas de gran valor religioso. Esto, según las madres, implica mantener un nivel elevado de seguridad.
Los turistas también podrán conocer la “chacra andina”, que es un huerto donde se cultivan varios productos tradicionales como el maíz, frejol, papa y zambo. También se cuenta con huertos frutales, flores y árboles patrimoniales que tienen más de 100 años de vida.
Podrán experimentar una vida de convento
Dentro del plan global contempla a largo plazo sumar una hostal-monasterio. Los que lleguen a hospedarse podrán tener una experiencia de convento, respetando sus horarios y costumbres; esto con la intención de que por unos días la gente tenga una vida religiosa. “Me encantaría vivir al menos por unos días esta experiencia única”, dijo Gloria Semería.
La cafetería–restaurante ya se encuentra en funcionamiento bajo la modalidad de pedidos. Aquí se ofrece gastronomía tradicional donde los principales productos son los que se cosechan de la “chacra andina”. La oferta alimenticia se realiza en base a las propuestas de chefs profesionales que junto con las hermanas son los encargados de precisar el menú.
La decoración de la cafetería–restaurante se ha realizado con objetos antiguos restaurados, como pailas de bronce, bancos, mesas, etc., los cuales son observados por los clientes, a quienes se les cuenta su historia y su procedencia.
Dentro de este sector se puede encontrar uno de los hornos de leña más antiguos de Cuenca, el mismo que recién fue adecentado y se encuentra en funcionamiento, por lo que se ofrece una gran variedad de panes, como las “rodillas de cristo”, empanadas, mestizos con queso, enrollados y costras.
Aún no se fija el costo del circuito, pero se tiene claro que los fondos serán designados para el mantenimiento del complejo y el arreglo del convento, ya que éste no tendrá fines de lucro. “Hemos conseguido a través de varios años de gestión, recursos que han servido para la restauración de la iglesia, la construcción del mirador, el adecentamiento del horno de leña y más; pero se ha descuidado la reconstrucción del convento”, dijo la superiora.