Nydia Vázquez, autora de varios libros sobre las tradiciones gastronómicas de Cuenca, nació en el barrio El Vado.

Es parte de las cinco generaciones de su familia que han nacido en este lugar. Recuerda que “El Vado olía a pan”. Dice que a las 05:00 o 06:00 era común que los hornos desprendieran por sus chimeneas exquisitos olores de las masas que se cocinaban.

Para ella, una de las mayores pérdidas de su barrio fue la desaparición de las panaderías. Este oficio tradicional dio origen a muchas composiciones de músicos y poetas. Entre ellas está la de la Panadería El Vado, que fue creada por César Andrade y Cordero, y cuya musicalización estuvo a cargo de Rafael Carpio Abad.

Pero además de los oficios tradicionales, El Vado es popular por sus festividades.

Hernán Alvarado, presidente de la Comisión de Cultura del Comité Barrial, explicó que a lo largo del año el barrio tiene varias celebraciones, siendo la principal la Fiesta de la Cruz, que se desarrolla en mayo.

“Todos los vecinos nos reunimos y formamos comisiones para organizar esta fiesta que empieza el 1 de mayo y se extiende por tres días. La cruz es adornada y debajo de esta se levanta un altar”, comentó.

Además de las festividades de mayo, también celebran el carnaval, su aniversario en octubre y la Navidad y Fin de Año, en diciembre.

Los años viejos son muy reconocidos en este sector cuencano. Para su confección, los vecinos se toman más de tres meses para definir el tema que van a presentar.

Y es precisamente su organización barrial lo que ha permitido desde hace 24 años a El Vado recuperar sus tradiciones e imponer su presencia cultural dentro de la gran ciudad que es Cuenca. (I)