¿A qué se deben los desmanes en días pasados por la construcción del nuevo centro de rehabilitación social?

Indudablemente las dificultades se han dado por malos entendidos de origen político. La gente opositora ha utilizado a mujeres y niños como escudos humanos. Tras de ellos hay personas con intereses políticos y privados. Lo que defienden son intereses privados y no colectivos.

En los disturbios se detuvo a dos personas que permanecerán presas por 30 días y se les formuló cargos por rebelión. Los mismos comuneros nos han dicho que ellos fueron manipulados por opositores al Gobierno,  por gente de Pachakutik y de Sociedad Patriótica.

¿Cuál será el beneficio de la construcción del centro?

Este centro de rehabilitación servirá a la región del Austro y a todo el país, pues la cárcel que tenemos actualmente se construyó hace 50 años, cuando tenía capacidad para 150 reos, pero ahora tenemos más de 600 personas privadas de la libertad en esas instalaciones. Muchas veces hemos escuchado a las esposas e hijos de los internos pidiendo mejoras para sus familiares. La cárcel actual no ofrece las garantías necesarias para que los internos cumplan sus penas.

¿Cuántas comunidades se asientan en el sector de Icto Cruz, parroquia de Turi?

Son nueve comunidades formadas por unas 9 mil personas, que ocupan alrededor de 200 hectáreas. De ellas   únicamente dos comunidades estaban en contra del proyecto, sin embargo, esta semana (el martes pasado) hemos recibido a los comuneros que estaban inconformes y luego de dialogar han aceptado todo lo que implica esta construcción.

Les explicamos que poseemos los permisos del Ministerio de Patrimonio Cultural para que los trabajos no afecten el área en donde se presume existe un “camino del inca”, que está por fuera de los límites de la construcción. De las 96 hectáreas, el centro será levantado en 13,5. No se están sacrificando terrenos agrícolas o de pasto, tampoco terrenos donde estén emplazadas viviendas.

¿Cuáles son las obras adicionales que se construirán en el sector?

Obras de iluminación, alcantarillado agua potable, electrificación, vías de conducción, parques ecológicos, canchas y remodelación de escuelas. Además, están en construcción dos unidades de policía comunitaria (UPC) en el sector de Morocho Quigua y en la vía Turi-Tarqui.

¿Se ha tomado mano de obra del lugar para la construcción del nuevo centro penitenciario?

Muchas de las personas que al principio se opusieron ahora laboran en la obra, que será el nuevo centro de rehabilitación. Incluso se ha explicado que quienes habitan en el sector podrán presentar solicitudes para trabajar como guías penitenciarios, luego de una preparación adecuada. Asimismo, las demandas de alimentación, mientras dure la construcción, serán solventadas por los habitantes de Turi.

¿Cuántas etapas tiene el proyecto y cuál será el presupuesto?

En este momento se desarrolla la primera etapa, que se ejecutará en 90 días, y consiste en el movimiento de tierra y la adecuación de las plataformas. Los trabajos iniciaron el 4 de julio pasado. Los obreros trabajan 24 horas al día los 7 días de la semana.

Y tras la segunda etapa, que comprenderá 14 meses, esperamos que el próximo año tendremos ya funcionando el  nuevo centro. En total son 15 millones de dólares  los que se destinarán a la obra y cinco millones adicionales se invertirán en el mejoramiento vial. Alrededor de 15 millones más serán para  obras complementarias.

¿Cuántas personas albergará el nuevo centro de rehabilitación?

Tendrá una capacidad para 1.500 personas privadas de libertad, 1.300 varones y 200 mujeres. Es un centro moderno y brindará más comodidad a las familias que los visitan semanalmente.

¿La construcción permanece con seguridad?

En un principio se movilizó a policías y militares para evitar enfrentamientos entre los comuneros, pero ahora todo está más tranquilo.