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Los pobladores se dedican a la pesca y agricultura

Manta esconde varios paraísos

El balneario Punta La Barca queda en la zona rural de Manta. Es un lugar acogedor. La ruta para  acceder es el sector Santa Marianita. De allí el turista debe caminar 10 minutos hasta arribar. Foto: Rodolfo Párraga / El Telégrafo
El balneario Punta La Barca queda en la zona rural de Manta. Es un lugar acogedor. La ruta para acceder es el sector Santa Marianita. De allí el turista debe caminar 10 minutos hasta arribar. Foto: Rodolfo Párraga / El Telégrafo
06 de diciembre de 2015 - 00:00 - Alejandro Giler, alumno de la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí (interalfaro.com)

Bañadas por lo desconocido, situadas en el olvido de muchos y guardadas en la mente de pocos, es como se encuentran alrededor de 9 playas que se ubican en la geografía mantense. Son balnearios que no están en la lista de los 12 que con frecuencia se difunde que posee la urbe porteña.

El Murciélago, Tarqui, Los Esteros, Piedra Larga, Barbasquillo, La Tiñosa, Santa Marianita, San Lorenzo, San Mateo, Las Piñas, Liguiqui y Santa Rosa son las más reconocidas por los mantenses. En una encuesta realizada a través de las redes sociales a 10 personas nacidas en la ciudad y que constan en edades que rebasan los 30 años se ratificó que los mantenses no conocen ni han escuchado mencionar otras playas.

La Resbalosa

Muchas personas pasan constantemente por La Resbalosa. Es un lugar en el que se pueden degustar diversos y exquisitos platos, ya que cuenta con 10 cabañas que ofrecen la variada gastronomía manabita. Pero el sitio no cuenta con un letrero que lo identifique.

Blanca Reyes, propietaria de la cabañita Maritza Lourdes, cuenta que quienes los visitan no saben a qué lugar han llegado. “El turista se entera al dialogar con los nativos, luego regresan atraídos por la tranquilidad del sector, la amabilidad y una playa hermosa”, indicó Reyes, quien pide mayor apoyo por parte de las autoridades de Manta.

Joselo López, propietario del restaurante La sabrosita, tiene 15 años con su local. Es uno de los fundadores de las cabañas. Afirma que durante este tiempo han sido visitados en las campañas políticas, pero  “las promesas siguen siendo eso, solo promesas. Estamos en el abandono, somos visitados solo en feriados, los otros días no llega nadie, necesitamos proyectar este lugar, de esto dependemos algunas familias”.

En este lugar se puede degustar de platos como el camotillo, en todas sus preparaciones, con precios que oscilan desde los $ 6 hasta los  $ 15, dependiendo del tamaño. También para los que desean probar de todo un poco en mariscos, pueden pedir el arroz marinero, ceviches mixtos y demás productos que llegan desde el mar a su mesa.

Esta es La Resbalosa, cuyo nombre nace de los antepasados, por motivos de encontrarse una piedra gigantesca en esta playa, en forma de resbaladera. Se ubica entre las comunas de las Piñas y Santa Rosa.

El Abra

Patricio Santana y Nelly Posligua se encontraban abriendo pinchagua. Como no había ningún letrero o algo que identifique a esta playa, fueron quienes confirmaron que ese lugar era El Abra.

Se trata de un pueblo de pescadores, en el que no hay restaurantes ni cabañitas, tampoco  una piedra para resbalarse. Lo que sí poseen es amabilidad y alegría, y una playa hermosa. Dicen pertenecer a Las Piñas, incluso un letrero alusivo a este lugar se encuentra allí. “Vivimos juntos, pero no revueltos”, dijo entre risas Santana.

Debido a los pocos turistas que llegaban a la zona, la mayoría de sus habitantes se dedica a labores del mar, unos pocos tienen tienda y otros, pequeños negocios.

“No podemos aventurarnos, si hubiera respaldo colocaríamos un restaurante, sin embargo ante las pocas posibilidades no nos arriesgamos”, argumentó Posligua, mientras hábilmente quitaba escamas del pequeño pescado.

Es un lugar ideal para quienes prefieren las playas tranquilas. Se puede observar cómo llega el pescado fresquito.

Paraísos desconocidos

Ligüiqui es reconocida por ser una comunidad que goza de una playa encantadora, lo que muchos no saben es que cerca de esta se encuentran otros balnearios considerados como paraísos desconocidos. Así lo precisó el habitante Norberto Reyes, quien explicó las historias que guardan estas playas y el porqué de sus raros nombres.

Es el caso de la denominada Punta Cangrejo, lugar que tiene un islote que sirve de guarida para una gran cantidad de estos crustáceos. “Son pocos los turistas que han podido observar esta maravilla”, dijo el morador. Reyes explicó que también existen la playas de Hueso de Ballena, escenario donde se varó hace algún tiempo uno de estos mamíferos, cuyos huesos fueron enterrados en este lugar.

Piedra La Vaca es otro de los atractivos escondidos. Como su nombre lo indica, en el sitio se encuentra una piedra en forma de este bovino. “Si desea coger ostión y degustar de un paisaje hermoso, les recomiendo la playa El Ostional, allí podrá sentirse tranquilo y despejar la mente, pero si le gusta la aventura y el riesgo, deberían ir a Jarorá, donde podrán cruzar por un túnel para pasar al otro lado”, dijo.

Las últimas playas son La Polaina, la cual se ubica antes de llegar a Santa Marianita, y la playa Virgen, ubicada al otro lado del faro de San Lorenzo. (I)

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