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El Telégrafo
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Tachos de basura de colores amarillo, verde y azul sirven para separar los tipos de basura

Los jóvenes son el motor que empujará la práctica del reciclaje en Portoviejo

Alumnos del colegio 5 de Junio, de Manta, utilizan productos reciclados para elaborar diversos cartelones y artículos que sirvan para mejorar la apariencia del plantel. Foto: Rodolfo Párraga / El Telégrafo
Alumnos del colegio 5 de Junio, de Manta, utilizan productos reciclados para elaborar diversos cartelones y artículos que sirvan para mejorar la apariencia del plantel. Foto: Rodolfo Párraga / El Telégrafo
11 de enero de 2015 - 00:00 - Francisco Silvestre Miranda. Estudiante de la Universidad San Gregorio de Portoviejo

A pesar de que desde hace algunos años atrás se presentan programas de reciclaje en Portoviejo por parte de empresas privadas y autoridades locales, aún no es un tema que llega al interés de la ciudadanía, lo que ocasiona un atraso importante en el cuidado y limpieza de la urbe y el ambiente.

Desde 2011, el Gobierno Provincial de Manabí, a través de la dirección de Gestión Ambiental y Riesgo, con el apoyo de los colegios Portoviejo, Uruguay y Olmedo empezaron una campaña para la sensibilización, recolección y encapsulado de pilas cilíndricas y de botón.

A las pilas recolectadas se les aplicó un tratamiento con cal, lo que elimina sus componentes tóxicos y luego se las encapsularon en moldes de hormigón, que fueron utilizados para construir el monumento a La Pila, ubicado en el Parque Forestal. Cada pila que es arrojada al río Portoviejo contamina 600 metros cúbicos de agua.

La Universidad Técnica de Manabí, a través de la Facultad de Ciencias Económicas, es uno de los centros de educación superior de la provincia que también trabaja activamente en este proceso de recopilación de pilas usadas.

Esta iniciativa se extiende en la provincia, previa socialización con los municipios y planteles educativos de nivel medio. El plan comprende el seguimiento en cada cantón para evaluar los resultados al final de cada jornada.

Y desde diciembre del año pasado la empresa Inveragrocorp inició la campaña de reciclaje ‘Don Joaquín, Reúsa, Reduce, Recicla’ con el objetivo de enseñar y acostumbrar a las niñas, niños y jóvenes a cuidar el planeta manteniéndolo limpio.

A esta iniciativa se unieron algunos colegios de los cantones Chone, Junín, Jipijapa, Portoviejo, Olmedo, Rocafuerte y Santa Ana. A cada plantel educativo se les entregaron 3 tachos recicladores; el de color azul es para recolectar objetos de vidrio, el verde para plásticos y el amarrillo papel y cartón.

Sin embargo, el biólogo Otoniel Pérez, responsable de la calidad ambiental del Ministerio de Ambiente, explica que no hay una estandarización para clasificar los desechos en tachos de colores ya que no todas las ciudades tienen los mismos problemas de contaminación. Explicó que hay unas localidades que producen desechos industriales y otras, desechos domésticos.

También agrega que los municipios deberían implementar políticas de educación, promoción y publicidad para reciclar y de esta manera inculcar en la ciudadanía un manejo adecuado de los desechos y, por consiguiente, que las personas sean responsables del manejo y disposición de la basura, y que respeten los horarios de recolección.

Por ello, el Ministerio de Ambiente ha iniciado el Programa Nacional de Gestión Integral de Desechos Sólidos, con el apoyo de los municipios del Ecuador, para el manejo integral de los desechos sólidos de las ciudades.  

Pérez comenta que dentro de este programa se les pide a los municipios que incluyan en sus planes de manejo ambiental medidas que promocionen el reciclaje, en especialcon campañas educativas.

En el caso de Manabí, hay un presupuesto asignado para incluir a sus municipios, pero el presupuesto varía según las necesidades de reciclaje de cada cantón.

En algunos sectores del casco central de Portoviejo se observa, a simple vista, la cantidad de basura en las calles. Un ejemplo es la Alajuela, donde, ya sea de tarde o de noche, el parterre central y los laterales pasan llenos de basura regada, botellas y fundas plásticas, frutas o verduras podridas, que emiten desagradables olores para los transeúntes. A eso se suman perros callejeros que buscan alimentarse de aquellos desechos.

Otro ejemplo es la intersección de las calles Chile y 9 de Octubre, centro de Portoviejo, donde todos los días, después de cada jornada laboral, los comerciantes dejan fundas plásticas, cartones y demás desechos.

Un caso similar ocurre con los desperdicios de los locales de venta de alimentos ubicados en el Centro Comercial Municipal, los cuales son recogidos por los recolectores y enviados al botadero municipal, sin ser útilmente reciclados.

Hay que tomar conciencia con el medioambiente

Reciclar consiste en convertir materiales que ya cumplieron su vida útil en productos para ser usados nuevamente, alargando su duración; básicamente permite reducir la contaminación del agua o del aire, el consumo de nueva materia prima y evita la deforestación.

Las recicladoras recolectan y transportan los residuos, luego los mandan a la planta de transferencia, donde se mezclan para transportarlos en contenedores.

De allí, los residuos llegan a la planta de clasificación, donde son catalogados para terminar con el reciclado final, que consiste en el almacenamiento de los materiales que serán reutilizados.

Jari Zambrano trabaja en la recicladora García, ubicada en la calle 9 de Octubre. Indica que los materiales más comunes que llegan son plásticos y cartones. En esta recicladora, se compra la libra de cartón en $ 0,05; el kilo de plástico en $ 0,70 y el cobre a $ 2,10.

Zambrano señala que ha visto un incremento en el interés de las personas para reciclar.

Stalin Vélez, trabajador de la recicladora S.G., ubicada en la vía a Manta concuerda y dice que las botellas de plástico y la chatarra son los materiales que más le llegan, acumulando al día 200 kilos de plásticos y 10 quintales de cartón.

Becker Intriago, modelador de proyectos arquitectónicos para las empresas Conesa y Evelza, comenta que no recicla sus desperdicios por costumbre y porque tampoco existen en la ciudad las facilidades para administrar bien la basura. Considera importante que se reutilicen los materiales para reducir el consumo exagerado de los recursos.

De igual manera, Jonathan Cárdenas, profesor de idiomas, nunca ha reciclado sus desechos por la falta de cultura en el tema.

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