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El Telégrafo
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El Carnaval de las llamas es toda una tradición

En la actividad participaron 20 niños de 8 a 12 años, que recorrieron sobre sus llamas los 500 metros
En la actividad participaron 20 niños de 8 a 12 años, que recorrieron sobre sus llamas los 500 metros
Foto: Silvia Osorio / EL TELÉGRAFO
22 de febrero de 2019 - 00:00 - Silvia Osorio

A una hora con 25 minutos de Salcedo está la reserva ecológica Los Llanganates. Es una zona de páramos inhóspitos, fría y húmeda, donde se formaron cerca de 60 lagunas en 220 mil ha de humedales.

El agua sirve para generar energía y regar 10 ramales en la parroquia San Miguel y Santa Ana de Mulliquindil, en Salcedo. Las estadísticas indican que el 3% del agua del mundo es dulce. De esta cifra, el 77% está congelado en los polos, el 22% es subterráneo y solo el 0,33% está en ríos, lagunas y quebradas.

Por esta razón, a nivel mundial el 2 de febrero se conmemora el Día de los Humedales.

Así, el sábado 10 de febrero se desarrolló la denominada Caravana de Llamas, organizada por comuneros de la parroquia Panzaleo (Papahurco, Cumbijín y Sacha) y el Ministerio del Ambiente, con la colaboración del GAD Municipal de Salcedo que dispuso la movilización para las personas que deseaban viajar hasta el páramo y disfrutar de este evento.

 La llama es un camélido nativo de los páramos andinos. Se utiliza como transporte y es un medio de enlace entre la conservación del páramo y el vivir cotidiano de los nativos; estas fueron el principal atractivo de la mañana; concursaron en categorías como la más veloz en una carrera, la mejor arreglada y la más bonita.

En el evento participaron 20 niños de 8 a 12 años que recorrieron sobre sus llamas los 500 metros que rodean la laguna. “Es muy bonito participar, mi llamita es mi amiga”, comentó Luis Naula, un niño de 9 años que participó en la carrera. No logró llegar entre los tres primeros puestos, pero aseguró que se mantendrá en entrenamiento para el próximo año.

Mientras los más de 400 turistas que llegaron hasta el lugar disfrutaban de la carrera de llamas, los nativos preparaban stands en los que ofrecían lo más variado de la comida típica del lugar: papas con cuero y salsa de maní, caldo de gallina de campo, habas con queso, choclo asado, ají de cuy, entre otras delicias culinarias elaboradas con productos orgánicos.

“Delicioso, las papas son arenosas, suaves, dulces, es increíble cómo cambia el sabor de la comida de campo y a precios muy cómodos”, comentó Mishele Lopera, turista quiteña.

Lopera asistió con toda su familia, para quienes fue complicado tolerar el frío del páramo; sin embargo, les resultaron divertidas las caminatas alrededor de las lagunas, les sirvió para hacer actividad deportiva, calentarse y aprovecharon para fotografiarse en una de las reservas ecológicas más hermosas de la serranía ecuatoriana.

Previamente a la carrera de las llamas, chamanes se concentraron alrededor de la laguna para hacer un ritual por medio del cual le solicitaron permiso a la Madre Tierra para ocupar sus espacios.

Vestidos de blanco, sus cuellos adornados de piedras invocaban a las fuerzas naturales mientras encendían inciensos.

El Parque Nacional Llanganates pasó a ser área protegida el 19 de marzo de 1996  por la conservación de la biodiversidad y mantenimiento de sus funciones ecológicas.

En 2008 fue declarado sitio Ramsar como una fuente inagotable de recursos naturales que garantizan la conservación de la flora y fauna para la región.

Los sitios Ramsar se designan porque cumplen con los criterios para la identificación de humedales de importancia internacional.

El primer criterio se refiere a los sitios que contienen tipos de humedales representativos, raros o únicos, y los otros 8 abarcan los sitios de importancia internacional para la conservación de la diversidad biológica. (I)

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