El Machángara, el hogar de la descomposición con derechos constitucionales
Siempre he sido vecina del río Machángara. Cuando estudiaba en el Colegio Quito, en Chimbacalle, después de clases caminaba por la avenida Maldonado hasta mi casa en el sector de El Cumandá.
Pasaba por el puente de la calle Sena, me apoyaba en el muro de piedra para mirar el paisaje: un río de color café espeso. ¿Por qué siempre te paras a ver las ratas en bikini?, me decía una amiga. Me reía y respondía que me gusta el sonido que emite el agua en movimiento.
El recuerdo de un caudal transparente
Mi mamá cuenta que cuando ella era joven llevaba a mis hermanas a las orillas del Machángara, a la altura de La Recoleta, donde termina el centro de la ciudad.
Ahí extendían un mantel para sentarse y comer mientras mis ñañas jugaban en el césped y en el agua cristalina. Sí, agua cristalina, la misma que, en ese tiempo, mantenía su color y características desde su origen en el volcán Atacazo, recorría el sur, llegaba al centro y finalmente se unía con el río San Pedro, en Nayón. Eran 80 kilómetros de vida.
A fines del siglo XIX, el cónsul sueco, Ludovico Soderstrom, quien vivía en Guápulo, describió dos especies de mamíferos propios de ese ecosistema: la rata acuática y el ratón de campo. Hoy se desconoce si el Machángara sigue siendo el hogar de estas especies.
La razón: con el paso del tiempo y el crecimiento poblacional de la capital, el río fue perdiendo vida. Desde el páramo, donde la principal amenaza es la ganadería y al llegar a la parte urbana, donde las aguas residuales desembocan en su caudal.
El río que perdió su función ecológica
Converso con Blanca Ríos, ecóloga acuática de la Universidad de las Américas. Me cuenta que en el Machángara se realizan estudios que determinaron altos niveles de contaminación orgánica y química. Se encontraron fármacos.
Cuando los quiteños nos medicamos, el hígado se encarga de transformar esos compuestos en sustancias descartables denominadas metabolitos. El organismo humano no es capaz de asimilar todos los compuestos y un porcentaje de ellos se elimina a través de la orina. Todos sabemos dónde va a parar ese líquido.
El río recibe grandes cantidades de agua residual. Es un recurso hídrico que perdió su función ecológica y ahora es el hogar de la descomposición.
El 75% del Machángara está en estado crítico
Un análisis técnico de Galápagos Guardians, PADF y S&P Global identificó en 2025, los tramos más contaminados del Machángara. El informe muestra zonas críticas en casi todo el recorrido urbano y advierte que la presión aumentará si no se aplican medidas urgentes. El 75% de los tramos evaluados están en estado crítico o de alta contaminación.
El análisis identificó puntos donde la acumulación de residuos es constante y severa. Entre los sectores con mayor afectación están:
- El Calzado
- Mercado Mayorista
- La Recoleta
- Parque Lineal de El Recreo
- Zonas cercanas al Quicentro Sur
Así es el caudal
A lo largo del Machángara hay 45 quebradas. A la altura de Los Molinos del Censo, entre La Marín y El Trébol, la gente del sector aún usa el agua del caudal para la agricultura. El uso de este recurso contaminado es una amenaza para los seres vivos.
Es sujeto de derechos, pero el Municipio actúa con pasividad
El 5 de julio de 2024, un tribunal en Quito declaró al Río Machángara como sujeto de derechos -una victoria histórica para los defensores de la naturaleza-. La decisión estableció que el antiguo cauce urbano, fuertemente contaminado, merecía protección constitucional.
Tras una apelación del Municipio de Quito, la Corte Provincial de Pichincha ratificó la sentencia en septiembre de 2025, confirmando que la orden de restauración ambiental y protección del Machángara está vigente.
Frente a ello, el Municipio realizó jornadas de limpieza. También colocó cercas de protección para evitar que la basura llegue al cauce. Acciones de forma y no de fondo.
Un sueño que cada vez está más lejano
Blanca y mi mamá comparten un sueño: tienen el anhelo de bañarse en el Machángara antes de morir. Escucho su aspiración, pero soy menos optimista. Si Quito no le da prioridad al tratamiento de aguas residuales, ni yo, ni mi hijo, ni el hijo de mi hijo podrán disfrutar de lo que un día dicen que fue el bello río de la capital.
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— El Telégrafo Ecuador (@el_telegrafo) November 26, 2025