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El Telégrafo
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Alrededor de 2 mil personas habitan el área, ubicada en el cantón Mejía (Pichincha)

El barrio Güitig fue testigo del desarrollo de la marca ecuatoriana de agua embotellada

La activación del volcán Cotopaxi ha cambiado la cotidianidad en el barrio Güitig, asentado en las cercanías de la planta embotelladora del agua mineral. Las charlas y ejercicios de evacuación son constantes. Foto: Miguel Jiménez / El Telégrafo
La activación del volcán Cotopaxi ha cambiado la cotidianidad en el barrio Güitig, asentado en las cercanías de la planta embotelladora del agua mineral. Las charlas y ejercicios de evacuación son constantes. Foto: Miguel Jiménez / El Telégrafo
13 de septiembre de 2015 - 00:00 - Redacción Quito

El nombre original del barrio Güitig, en Machachi, era San Pedro del Pedregal. Pero el tiempo, y en este caso literalmente las ‘las aguas’, hicieron que ese sector cambiara de nombre por el de la marca de agua con gas.

El barrio Güitig se encuentra rodeado de extensos terrenos donde se cultivan papas, habas, coliflor y más hortalizas. Las pequeñas casas de bloque se hallan rodeadas de brotes de bosques de pino y eucalipto. Todo ese paisaje es acompañado por el cacarear de las gallinas que escarban la tierra, el mugir de las vacas y el ladrido de los perros que corren tras las llantas de las camionetas que transportan a los vecinos hacia el centro de la cabecera cantonal de Mejía (Pichincha).

En Güitig no viven más que 500 familias desde hace más de 6 generaciones. La mayoría de moradores del sector no recuerda cuándo empezó a llamarse así.

Manuela Collaguazo (58), por ejemplo, solo recuerda que cuando era una niña el barrio ya tenía esa denominación.

Según memorias de algunos pobladores, el nombre nació a comienzos del siglo pasado, cuando surge la empresa de agua natural Tesalia.

El barrio está conformado por 3 apellidos: Paneluisa, Collaguazo y Caiza, como muestra de que la mayoría de moradores son familiares.

En 1880, Eugenia Kingler descubre que los ríos de agua mineral desembocaban en su propiedad y creaban manantiales.

La fábrica se fundó en 1909. Hoy es una de las grandes industrias del país, pues procesa más de mil litros diarios y exporta su productos varios países del mundo.

Al comienzo, la propietaria no pensó en establecer un negocio a gran escala; de hecho, no conocía los beneficios que tenía el agua. Es en un viaje a Tesalia (Grecia) donde Eugenia concibe la idea de investigar los nutrientes del líquido y, al retorno de su viaje, contrata a 2 investigadores alemanes para que analicen sus propiedades.

Fernanda Caiza, jefa de seguridad de la compañía Tesalia, cuenta que el nombre de la marca surge porque la gente del lugar escuchaba continuamente decir a los científicos guten tag (buenas tardes) y los moradores, al no comprender el idioma europeo, interpretaron la frase como ‘güitig’. De ahí, que la propietaria original haya tomado la decisión de poner ese nombre a la marca.

En 1909 surge la empresa Tesalia. Al inicio, el agua se envasaba en botellas de vidrio con corcho de madera y se la transportaba hacia Quito a caballo.

En aquella época, los principales compradores de Güitig eran las farmacias, puesto que la composición de minerales y bicarbonatos del agua era utilizada para remediar problemas estomacales y de deshidratación.

A partir de 1980, se envasa el agua con gas en botellas de plástico y se cambia su presentación.

Desde que la compañía surgió, cientos de personas de Machachi y sectores aledaños fueron contratados para laborar en ella. Es así que el 80% del personal pertenece al cantón Mejía.

“Güitig es parte de la identidad porque, en esta industria han trabajado familias completas; si no es el abuelo, es el padre, los hijos, esposos, etc. El barrio Güitig perteneció a la hacienda de la familia Kingler y posteriormente a la familia Fernández Salvador”, relató Caiza.

En la actualidad, una de las preocupaciones de los moradores del cantón ante una posible erupción del volcán Cotopaxi es qué pasaría con ese recurso.

Paola Oña, administradora de la planta, indicó que el agua no corre ningún riesgo puesto que esta se encuentra en forma subterránea y que, además, la línea de producción es totalmente hermética y el líquido no tiene ningún contacto con el exterior.

Oña mencionó que ante la caída de ceniza de las últimas semanas, se dispuso reactivar los planes de contingencia con las 231 personas que laboran en la fábrica.

Así mismo, la labor de producción no empieza sin antes realizar una limpieza técnica de todo el recinto. Oña comentó que la empresa tiene la seguridad de que en caso de un desastre natural serían los encargados de abastecer de agua al cantón Mejía. La planta de Tesalia y el barrio Güitig se encuentra en el lado oriental del volcán, de ahí que las afectaciones no serían graves, pues incluso el río San Pedro que atraviesa a estos sectores nace del deshielo de los Illinizas.

Las zonas en riesgo en el cantón son los barrios Santa Ana y Loreto del Pedregal, pues los ríos que cruzan por estas poblaciones llevarían los lahares provocados por la erupción y el deshielo del volcán.

Los lahares también afectarían al cantón Rumiñahui y Quito, en ciertos sectores como Sangolquí, San Rafael y Cumbayá. (I)

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