Ecuador es un país con un alto potencial geológico-minero, avalado por estudios internacionales e instituciones públicas con profesionales especializados en la materia.

El potencial incluye minerales metálicos, no metálicos, áridos y pétreos, los cuales tienen una alta demanda en mercados nacionales e internacionales. Esta información ha despertado el interés de inversionistas que buscan desarrollar estudios de exploración con la expectativa de alcanzar factibilidad económica y social hasta convertirse en un proyecto minero viable.  

Datos oficiales indican que en 2017 se alcanzaron inversiones en exploración que superan los $ 1.200 millones, con una inversión estimada de $ 1.058 millones destinada a la construcción de minas e instalaciones complementarias.

Las estadísticas indican que para 2021 se espera que la minería aporte el 4% al PIB, cifra cuatro veces menor comparada con otros países sudamericanos que poseen una fuerte industria minera como Perú o Chile.

Los datos confirman el fortalecimiento de las economías, creación de empresas y encadenamientos productivos destinados a satisfacer las necesidades de la industria minera. Estudios internacionales estiman que por cada empleo directo en minería se generan de 3 a 5 trabajos indirectos.

En Ecuador dos de sus proyectos mineros de gran escala que iniciaron sus labores de construcción en 2018 han vinculado a 400 personas directas y 1.251 personas adicionales a través de sus contratistas, con tendencia a crecer a medida que los proyectos avancen.

El Estado, a través de sus universidades, escuelas politécnicas e instituciones públicas, ha formado profesionales, ha logrado acuerdos y cooperación con países altamente desarrollados en minería encaminada al intercambio de conocimientos, formación y capacitación técnica con el objetivo de desarrollar una actividad minera basada en estándares técnicos, sociales y ambientales.

Esta premisa evidencia la importancia del desarrollo de la actividad minera en Ecuador. (I)