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Ecuador, 29 de Marzo de 2024
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El Telégrafo
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Contemplación

El iraní Abbas Kiarostami nos lega póstumamente su filme 24 cuadros (2017). Una palabra encierra el contenido de dicha película: contemplación. Pregunté a algunas personas cuánto tiempo dedican a contemplar el paisaje, algún rostro, un cuadro… La respuesta fue que, ante el paisaje, solo un par de minutos, con los rostros, cuestión de segundos, o frente a un cuadro, pasar delante de él. En síntesis, miramos sin contemplar.

Kiarostami nos pone ante el ejercicio cinematográfico de contemplar. Son 24 cuadros o planos, partiendo de una pintura del holandés Pieter Brueghel -el Viejo-: “Cazadores en la nieve”. En primer plano están unos cazadores que llegan a un pueblo. Ellos están con sus perros. Al fondo, el pueblo, sus habitantes, unos pájaros. El contexto: el invierno.

Kiarostami toma ciertos motivos del cuadro y los representa en su película: el invierno, la nieve, la atmósfera fría y ventosa, los pájaros, los animales… Todas son traducidas en imágenes poéticas, algunas con sonido propio, otras con música. Pero no hace ejercicio pictórico: hace que las imágenes se animen pese a su quietud. Si todo buen cuadro tiene ya movimiento interno, Kiarostami lo extrema con el plano cinematográfico. Trasciende a lo fotográfico: compone y hay puesta en escena, de tal manera que los animales son personajes dentro de un paisaje.

Incluso usa animación, efectos, sonidos, todo para amplificar el sentido de la mirada, pues su intención es decirnos que el cine es ante todo contemplación. Muchos grandes directores lo entendieron y sus filmes son el ejemplo de ello. Hoy el cine comercial es efectista, de rápidos planos, de movimiento intenso. Por eso tal cine nos desensibiliza y nos impide hacernos preguntas sobre la vida. 24 cuadros serían el reto para repensar nuestra actitud.

Y hay algo más. Kiarostami se pone en el plano de los cazadores de Brueghel. Él también es un cazador de imágenes: por algo en su cine hay circunstancias, esperas, sentimientos, espiritualidad que, son en el fondo, elementos de lo contemplativo. Las imágenes cinematográficas, por definición, tienen 24 cuadros por segundo.

Kiarostami amplía este hecho: sus 24 cuadros son de puro movimiento poético. Es cine dentro del plano. Y la paradoja que pone de manifiesto, es que el cine ahora es computacional donde hay manipulación, alteración y borramiento… Sus 24 cuadros ahora nos hacen preguntarnos sobre la contemplación en este contexto. (O)

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