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Ricardo R. tuvo acceso al sistema Quipux del Gobierno sin ser funcionario

El tío del Vicepresidente fue detenido el pasado 2 de junio en su casa en Lomas de Urdesa, en el norte de Guayaquil.
El tío del Vicepresidente fue detenido el pasado 2 de junio en su casa en Lomas de Urdesa, en el norte de Guayaquil.
Foto: José Morán / El Telégrafo
11 de septiembre de 2017 - 00:00 - Unidad de Investigación

Nadie sabe cómo una carta privada y dirigida al vicepresidente de la República, Jorge Glas, llegó a poder de su tío Ricardo R., uno de los principales sospechosos en la instrucción fiscal por asociación ilícita que busca revelar la red de corrupción que armó la compañía brasileña Odebrecht en Ecuador.

En la Fiscalía se presentaron funcionarios de la Vicepresidencia y exministros, pero ninguno sabe qué sucedió en este tema. Lo cierto es que un peritaje a la computadora de Ricardo R. halló la carta enviada al Vicepresidente de la República por parte del consorcio internacional Vea Group, en la cual evidenciaba su deseo de invertir en el proyecto minero Fruta del Norte, uno de los yacimientos de oro más grandes del país, ubicado en la parroquia Los Encuentros, cantón Yanzantza, de Zamora Chinchipe.

Esta misiva llegó a la oficina de Glas el 1 de abril de 2014 y estaba suscrita por Michelangelo Vergopia, apoderado de Vea Group y que, según su página de Facebook, durante esa época visitó varias ciudades de la Sierra y de la Amazonía.

El foráneo pedía una cita al Vicepresidente para contarle la propuesta y decirle que el Exim Bank de India financiaría Fruta del Norte, lo cual respaldó con comunicaciones suscritas por los interesados.

El 2 de abril de 2014 Sergio Ruiz,  exsecretario de la Vicepresidencia,  envió toda la documentación a Rafael Poveda, exministro de Sectores Estratégicos, para que responda al empresario. Todo se hizo a través del sistema Quipux, una red de comunicación oficial del Gobierno,  que permite intercambio de documentos según la jerarquía del funcionario (ver infografía). El trámite se cumplió, aparentemente, con normalidad hasta que los oficios  aparecieron en poder de Ricardo R.

Tío de Glas, ¿gestor de negocios?

Ricardo R. no fue extraño en el anterior Gobierno. Por un año, de 2007 a 2008, estuvo como asesor institucional de la Superintendencia de Telecomunicaciones, cargo que lo dejó por las denuncias que lo vinculaban con su sobrino, el entonces ministro de Telecomunicaciones y presidente del Fondo de Solidaridad, Jorge Glas.

Hasta 2006, Glas y Ricardo R. llevaron una relación más allá de lo familiar, juntos formaron seis empresas, de las cuales la más visible es Televisión Satelital, canal donde Glas tenía su espacio de entrevistas llamado ‘Gestión Empresarial’, donde incluso invitó al expresidente Rafael Correa.

La última década ha sido buena para Televisión Satelital. Solo en los últimos cuatro años tuvo ingresos por más de $  6 millones, según un informe de la Unidad de Análisis Financiero. En esta década, la Presidencia y la Secretaría de Comunicación alquilaron sus equipos para transmisión de TV. La renta de esos aparatos fue un giro normal en los negocios del canal guayaquileño, pero Ricardo R. decidió irse por otros caminos.

Luis Calle, representante legal de Televisión Satelital, dijo a la Fiscalía que Ricardo R. no tiene relación formal con la compañía: entregó las acciones a sus hijos Ricardo y Adriana, que viven en el exterior.

Ricardo R. se convirtió en un asesor que buscaba negocios y equipos para el canal. Por ese trabajo remitió facturas, no sabe cuánto ganaba, pero sí que manejaba tarjetas corporativas de la empresa. Un ejemplo de esta gestión fue el convenio con Telconet para la entrega de servicios de internet de banda ancha.

El gerente de Telconet, Tomislav Topic, declaró que el tío de Glas los ayudó a conocer a financistas chinos y a la brasileña Odebrecht. Por esa gestión  se comprometió a dotar de  internet a Televisión Satelital por 8 años (2009-2017), servicio valorado en $ 5,7 millones. Pero no hay ningún contrato escrito de ese acuerdo, según la declaración del representante de Televisión Satelital, lo único que existe  es la palabra de Topic y Ricardo R.

La faceta empresarial de Ricardo R. aparentemente fue de altibajos. Un informe de la Unidad de Análisis Financiero a los movimientos registrados en bancos nacionales encontró ingresos personales por $ 141.300 desde 2013 hasta 2016. Mientras que las empresas donde tuvo participación, como Construproyect, recibieron transferencias de Odebrecht por más de $ 700 mil.

La constructora brasileña está ligada a la investigación penal contra Ricardo R. Él aparece en los videos y chats que preparó secretamente José Conceição Santos, exdirector de la firma  en Ecuador, para revelar la red de corrupción que había forjado entre funcionarios públicos y empresarios del país.

En esas grabaciones se denuncia que Ricardo R. recibió un porcentaje por los cinco contratos adjudicados a Odebrecht desde 2010. En total, los pagos suman $ 14 millones, según Conceição.

Las sospechas de la Fiscalía

Ricardo R. no negó las acusaciones de Odebrecht en su escrito incorporado al expediente fiscal el 28 de agosto pasado. Allí dijo que ha sido un hombre de negocios y que desde 2007 su única relación con el Vicepresidente es familiar.

En ese documento reitera: “Mis actividades privadas desde 2007 han sido de mi exclusiva responsabilidad y, en consecuencia, de total desconocimiento o participación de naturaleza por parte del referido ingeniero Jorge Glas Espinel”.

La Fiscalía quiere comprobar esa versión. Por eso, en las últimas semanas convocó a declarar a la secretaria personal del Vicepresidente, Olga Muentes; al exsecretario de la Vicepresidencia, Sergio Ruiz; y al exministro de Sectores Estratégicos, Rafael Poveda. A los tres se les ha preguntado si fueron testigos de llamadas o contactos de Ricardo R. o por qué tenía documentos privilegiados en su poder.

Muentes contestó a la Fiscalía que sí hubo llamadas de Ricardo R., pero que no recordaba el número, ni para qué eran. Lo que sí dijo es que Glas no habló con él. “Sí recibí llamadas del señor Ricardo R. en el ejercicio de mis funciones, en las cuales debía atender a muchísimas personas, desde un ciudadano común hasta un ministro de Estado”. 

En cambio, Sergio Ruiz, quien fue secretario de la Vicepresidencia hasta junio pasado, no sabe cómo llegó el pedido de Vea Group a poder de Ricardo R. “El documento fue remitido desde mi Quipux únicamente al ministro de Sectores Estratégicos y al solicitante (...) Desconozco cómo el oficio de la referencia pudo haber llegado a un tercero distinto de los únicos destinatarios, que son el entonces ministro Rafael Poveda y Michelangelo Vergopia, solicitante de la reunión”.

Lo mismo dice el exministro Poveda en su versión ante la Fiscalía. Él recordó que luego de que recibió la comunicación vía Quipux se reunió con el representante del consorcio Vea Group, quien ratificó el interés de invertir en Fruta del Norte.

Ante la pregunta si tuvo contacto con Ricardo R. en 2014, la respuesta fue: “Jamás tuve contacto ni personal, ni telefónicamente, es más, ni lo conozco, entonces es imposible que en esas fechas haya tenido contacto (...) jamás he entregado documento, oficio o información a Ricardo R.”.

Eduardo Franco,  defensor del Vicepresidente, dijo a este diario que Ricardo R. deberá responder por los documentos de su computadora. “Habría que confirmar la veracidad de esa información (...) Estamos impugnando ese indicio porque en caso de ser verdaderos esos documentos esa computadora no pertenece al ingeniero Glas. Además, cualquiera puede poner el nombre Vicepresidencia con el click derecho en la computadora. Ese indicio no es contra Jorge Glas porque él responde por sus actos y omisiones”.

¿Quién dio esa información a Ricardo R.? Esa es la pregunta clave que la Fiscalía busca resolver.

Cinco delitos se indagan en la Fiscalía

La red de corrupción que armó Odebrecht, al parecer, buscaba no dejar huellas ni evidencias.  Por eso descifrar cómo fueron los pagos a funcionarios públicos y empresarios coimados no es una tarea sencilla para la Fiscalía General.

Además de las delaciones que llegaron desde Brasil, se verifican miles de hojas con informes de movimientos bancarios; transferencias económicas dentro y fuera del país, contratos públicos; compras de bienes muebles e inmuebles; registros migratorios y otros más que hoy forman parte de los expedientes que tiene a su cargo la Fiscalía.

Hasta el momento la Fiscalía ha encontrado indicios de cinco delitos: asociación ilícita, concusión, lavado de activos, delincuencia organizada y enriquecimiento ilícito.

El que más ha llamado la atención del país es el de asociación ilícita porque es investigado el vicepresidente de la República, Jorge Glas. Este proceso se encuentra en instrucción fiscal, una etapa del proceso penal donde los investigadores buscan las pistas para acusar formalmente a un sospechoso o abstenerse a hacerlo frente a un juez. La etapa de instrucción fiscal terminará este mes.

Esta semana será clave en la investigación por asociación ilícita. Se tiene previsto que se formalice la recepción de testimonios de José T. y Kleper V. que quieren reconocer su culpabilidad para ir a un proceso abreviado de juicio. Además, de Gustavo M. que antes de rendir su testimonio pidió protección para su vida a la Fiscalía.

En este caso el fiscal general del Estado, Carlos Baca, delegó el trámite cotidiano de investigaciones al fiscal Wilson Toainga, uno de los funcionarios con mayor experiencia en el despacho de la Fiscalía.

Otro proceso que se investiga es la denuncia en contra del excontralor Carlos Pólit. Él también sería parte de la red de corrupción de la empresa brasileña y está acusado por supuesta concusión, al recibir pagos para favorecer a Odebrecht en las auditorías que se realizaron a las obras ejecutadas por la empresa desde su retorno al país en 2010.

Otros  expedientes que se unen a la red de Odebrecht están a cargo de las fiscales de la Unidad de Transparencia y lucha contra la Corrupción de la Fiscalía.

Uno de ellos lo lidera Diana Salazar y busca sancionar a los empresarios y funcionarios que usaron el Sai Bank para presuntamente lavar las coimas de la empresa brasileña.

Claudia Romero, otra fiscal de la Unidad de Transparencia, lleva la indagación contra el perito que presuntamente trató de manipular el informe de transcripciones de las grabaciones de Odebrecht.

Peritaje: sí son las voces de Gustavo M. y José T.

El peritaje de Criminalística de la Policía Nacional de los videos entregados por el delator de Odebrecht, José Conceição Santos (foto), determinó que las voces que aparecen en dos de las grabaciones pertenecen a Gustavo M. y José T. Ambos se encuentran detenidos y son acusados de recibir los sobornos de la empresa brasileña para gestionar contratos con  instituciones del Ejecutivo.

En el primer caso, el examen policial detectó que la voz encontrada en el archivo Anexo 9F corresponde “auditiva y espectrográficamente con la muestra biométrica de Gustavo M.”.

En esa grabación el sospechoso no solo habla de las coimas, sino que hace un relato sobre los presuntos manejos en la venta de petróleo ecuatoriano.

Además, hace referencia a la política exterior del anterior Gobierno que, supuestamente, benefició a los negociadores del crudo.

La semana pasada, Gustavo M. rompió su silencio en el caso. Él dijo que está dispuesto a testificar bajo la figura de cooperación eficaz, esta es una estrategia legal que permite una rebaja de penas en caso de que se entregue información verídica para sancionar a más responsables de los delitos.

En el caso de José T., el informe de Criminalística de la Policía también es contundente. El reporte señaló que la voz guardada en el archivo de nombre Bambu es “auditiva y espectrográficamente” compatible con su voz.

En la charla grabada, José T. coordinaba con José Conceição Santos el pago de las coimas a través de Sai Bank. La semana pasada, José T. también pidió a la Fiscalía que agilice su testimonio en las cortes. Aseguró que está dispuesto a ir a un juicio abreviado, con lo cual aceptaría su responsabilidad en el delito que se investiga. Sin embargo, su panorama legal es complicado, pues en su contra hay las sospechas de varios delitos, como asociación ilícita, lavado de dinero y otros conexos a la red de Odebrecht.

En el documento de los investigadores policiales también se hace una transcripción de las conversaciones entre José Conceição Santos y los dos sospechosos.

Finalmente, el peritaje recalcó que los sospechosos Ricardo R. (tío de Jorge Glas) y Carlos V. no quisieron someterse a las pruebas. Por lo tanto, no pudieron cotejar los archivos del delator.

Esa negativa no ha frenado la investigación. La semana pasada Ricardo R. fue fotografiado por expertos de Criminalística para comparar las imágenes que aparecen en uno de los videos dados por el ejecutivo de Odebrecht. Allí se ve una reunión en una suite de Quito, en la cual el tío de Glas, supuestamente, manifestó a Conceição su preocupación por las investigaciones que llevaba la justicia brasileña en contra de los dueños de la constructora y también se ultimaba una reunión con el Vicepresidente. (I)

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