La primera etapa del Giro de Italia, que arrancó ayer en Israel, se celebró en Jerusalén con una contrarreloj en la parte oeste de la ciudad, ante unos 10.000 espectadores, calles cortadas y un dispositivo de seguridad que dejó media ciudad bloqueada. 

 El holandés Tom Dumoulin (Sunweb) estrenó la maglia rosa del Giro 2018 al imponerse en la contrarreloj inicial de 9,7 kilómetros.

Dumoulin, defensor del título, marcó un tiempo de 12.02 minutos, 2 segundos mejor que el australiano Rohan Dennis (BMC) y que el belga Victor Campenaerts (Lotto Soudal). 

El ecuatoriano Richard Carapaz (Movistar) ocupó el puesto 71, a 1:01 del ganador.

En la línea de salida, en la zona comercial de Mamila, en una calle con vistas a la amurallada ciudad vieja de Jerusalén, el ciclista Fabio Sabatini fue el primero en salir a disputar la carrera ante la expectación de miles de espectadores, entre los que incluso había forofos del ciclismo que llegaron de distintos puntos de Israel, montando en su propia bicicleta.

A partir de aquel momento, los ciclistas salieron uno tras de otro, con un minuto de diferencia entre ellos, con los 176 participantes de los 22 equipos que forman parte del Giro disputando la contrarreloj, animados por la audiencia.

En el tramo final de la carrera, entre tribunas reservadas a autoridades y personalidades VIP, los deportistas acabaron su recorrido en una subida empinada de la ciudad que daba a pleno centro de Jerusalén, llegando una meta situada al lado de las murallas de la Ciudad Vieja.

Por las reacciones del público, las expectativas estaban puestas en Chris Froome, principal favorito del Giro y ganador de cuatro Tours de Francia, que sufrió una caída cuando reconocía el circuito por la mañana, por lo que en la contrarreloj quedó 37 segundos detrás del primero.

La primera etapa del Giro no accedió a la parte de Jerusalén Oriental, considerada por la comunidad internacional territorio palestino ocupado desde 1967 y que Israel se anexionó en 1980. (I)