Conoce cómo manejar la nostalgia y el estrés que provocan las fiestas de diciembre
Detrás de la típica postal navideña del árbol y los brindis, diciembre llega para muchas personas como un pequeño terremoto emocional. El ruido de las calles, las reuniones obligatorias, las ausencias que pesan y la presión de “estar bien” convierten estas semanas en un periodo complejo.
Las estadísticas coinciden: no todos celebran, no todos disfrutan y eso también forma parte de la realidad. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de una cuarta parte de la población mundial vive con aislamiento persistente, mientras que la American Psychological Association señala que el 89% de adultos se estresa más en estas fechas.
¿Por qué diciembre pesa más de lo que parece?
La temporada festiva suele magnificarse como un deber emocional: alegría, unión, armonía. Pero la vida no siempre acompaña ese libreto. Pérdidas recientes, rupturas, distancias, conflictos o cansancio acumulado hacen que diciembre, para miles de personas, sea una carrera de resistencia.
Especialistas como la médico, María Mercedes Ganán recuerdan que negar las emociones solo empeora el impacto. Reconocerlas, pedir apoyo y regularse incluso con un autoabrazo son herramientas simples que permiten bajar la tensión.
El espejismo de la felicidad perfecta
Mientras las redes siguen lanzando imágenes de cenas idealizadas y familias impecables, los psicólogos advierten que la comparación social amplifica la frustración. Diciembre no se trata de rendir cuentas ni de imitar modelos irreales, sino de sostener una experiencia emocional auténtica.
El mensaje es claro: bienestar no significa cumplir expectativas, sino encontrar alivio y conexión real, aunque sea en pequeñas dosis.
Más conexión, menos exigencia
La ciencia lo tiene medido: un abrazo regula el estrés y activa hormonas de calma. Pero si no hay un abrazo disponible, existen otras vías. Hablar con alguien de confianza, escribir lo que se siente, descansar de redes sociales, ajustar compromisos o simplemente bajar la carga del día ya genera un impacto.
La empatía empieza por uno mismo. Y diciembre no debería convertirse en un examen emocional obligatorio.
Claves prácticas para sobrevivir las fiestas sin quemarse
- Aceptar lo que duele: la tristeza, la nostalgia o la ansiedad son emociones legítimas.
- Buscar contacto humano real: una conversación honesta vale más que un regalo.
- Autocuidado sin culpa: dormir más, desconectar, reducir compromisos.
- Poner límites: no todo evento es obligatorio.
- Acudir a apoyo profesional: pedir ayuda es un acto de fortaleza, no de falla.
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— El Telégrafo Ecuador (@el_telegrafo) December 7, 2025