El primer ministro griego, Alexis Tsipras, anunció este martes que el Parlamento votará medidas sociales a favor de los griegos a partir del viernes, fecha tope que ha dado la Eurozona a Grecia para que solicite una prolongación del programa de ayuda.

Estas medias van en el camino opuesto a lo que exigen los acreedores del país.

"Grecia no acepta ni condiciones ni ultimátums", "dice no", dijo Tsipras a los parlamentarios de su grupo de izquierda radical.

El primer ministro acusó al titular alemán de Finanzas, Wolfgang Schaüble, de haber "perdido su sangre fría" y de haberse dirigido "de manera humillante a Grecia" en las negociaciones que mantuvo el lunes el Eurogrupo en Bruselas.

Asimismo, el primer ministro también calificó de "desafortunada" una viñeta particularmente agresiva que representaba a Schaüble vestido como un nazi que quería hacer "jabón con la grasa de los griegos" hace unos días en el diario Avgi, cercano a Syriza.

Con Europa, dijo, "queremos una solución, no una ruptura" y acusó al presidente del Eurogrupo Jeroen Dijsselbloem de haber "sustituido un texto por otro", "inaceptable para el gobierno griego" y que "hacía referencia a la prolongación del acuerdo de préstamo (a Grecia) y no de un memorando", el plan de ayuda que gestionan los acreedores del país (BCE, FMI, UE).

Los griegos no quieren oír hablar de este plan que ha exigido, a cambio de 240.000 millones de euros de préstamos desde 2010, enormes sacrificios sociales.

Entre las medidas que el gobierno pretende someter a voto el viernes, tras una presentación a partir del jueves a los diputados, figuran el escalonamiento en 100 mensualidades de los reembolsos de los préstamos bancarios para las personas con menos recursos, y en general medidas sobre salarios, desempleo, pequeñas y medianas empresas que "van a relanzar la economía", afirmó Tsipras.