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Teherán advierte provocación

Trump rompe con Australia y amenaza a México e Irán

Una protesta pacífica en la Universidad de California, en Berkeley (EE.UU.), se tornó violenta al conocer de la presencia de Milo Yiannopoulos, editor de un medio racista.
Una protesta pacífica en la Universidad de California, en Berkeley (EE.UU.), se tornó violenta al conocer de la presencia de Milo Yiannopoulos, editor de un medio racista.
Foto: AFP
03 de febrero de 2017 - 00:00 - Redacción Mundo y Agencia AFP

Con apenas 15 días en el poder, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, alteró la percepción de la política exterior de los últimos 70 años.

La nación que forjó su imagen al abrir las puertas a los necesitados y emprendedores ahora es vista como un país que cerró sus fronteras, algo que no se vivió -ni siquiera- tras los ataques del 11 de septiembre de 2001.

El periódico The New York Times destacó que los 20 años de negociaciones que tomó reconstruir la relación con México -en materia de comercio, contraterrorismo y prohibición a las droga- se estrelló contra un exabrupto. El 25 de enero, Trump firmó un decreto para la construcción inmediata de un muro en la frontera sur.

Con esta medida causó una grave crisis diplomática con México, al que quiere hacer pagar por la construcción del muro.

La crisis se agudizó cuando el republicano desafió a su homólogo mexicano, Enrique Peña Nieto, al anular su visita programada a la Casa Blanca si no tenía la intención de pagar por la edificación. Este comentario causó indignación y desembocó en la cancelación del viaje del mandatario latinoamericano.

Tras la tensión, el 27 de enero ambos presidentes mantuvieron un diálogo telefónico. La conversación fue hermética y los gobiernos no ofrecieron mayor detalle a la prensa, aunque minutos después Trump se refirió a la llamada como amigable.

Tras obtener un extracto de la conversación telefónica, la agencia de noticias Associated Press (AP) publicó que el estadounidense amenazó a su homólogo de México con enviar tropas de Estados Unidos a su país para detener a los “hombres malos de allá abajo” (refiriéndose a los migrantes) si los militares mexicanos no hacían más para controlarlos.

La Casa Blanca desmintió la versión de AP. Asimismo la Secretaría de Relaciones Exteriores mexicana. En todo caso, este tipo de información pone de relieve la fuerte tensión que persiste.

Por su parte, John Kelly, secretario de Seguridad Interior de EE.UU., informó que el muro fronterizo debería estar terminado dentro de dos años.  

Pero el muro no es el único desacuerdo de los gobiernos, pues, ayer, Trump elevó nuevamente sus críticas al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) -que mantiene con México y Canadá- y al que califica como “catástrofe”.

En Europa el panorama se agudiza

La charla con el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, no sería la única conflictiva. Según el diario The Washington Post, el sábado, Donald Trump interrumpió de forma abrupta la llamada telefónica con Malcolm Turnbull, primer ministro de Australia, un aliado tradicional de EE.UU. por no estar de acuerdo con reubicar a refugiados en Norteamérica.

El relato del Post es bastante diferente del informe ofrecido por ambos gobiernos que aseguran que Trump acordó honrar el acuerdo alcanzado con el expresidente demócrata Barack Obama para reubicar a 1.600 personas que Australia alberga en centros de Nauru y Papúa Nueva Guinea (ambas naciones ubicadas en el Océano Pacífico).

Australia es uno de los aliados más cercanos de Estados Unidos, uno de los llamados “cinco ojos” con los que Washington comparte información sensible.

Por su parte, el Parlamento Europeo rechazó ayer la postulación de Ted Malloch, quien suena como el posible embajador de Trump dentro de la Unión Europea (UE). “El euro puede colapsar en un año o año y medio”, dijo recientemente el profesor Malloch al portal de noticias BBC. “No estoy seguro de que haya UE para negociar un acuerdo comercial”, añadió.

La designación no es la única rechazada, pues miembros de su gabinete se oponen a las medidas europeas. El secretario de Comercio de Trump, Wilbur Ross, está en contra de los acuerdos comerciales internacionales; y, el encargado de la protección medioambiental, Scott Pruit, niega el cambio climático.  

Medidas contra el Oriente Medio

El nuevo jefe de la diplomacia estadounidense, el empresario petrolero Rex Tillerson, asumió sus funciones ayer con un pedido de unidad a un Departamento de Estado dividido a raíz de la nueva política para inmigrantes y refugiados.

El decreto de Trump suspende por 120 días el ingreso al país de refugiados (para los provenientes de Siria el plazo es indefinido) y por 90 días para ciudadanos de Irak, Irán, Libia, Somalia, Sudán, Siria y Yemen.

Un día antes, la administración de Donald Trump advirtió a Irán por el ensayo con un misil balístico que llevó a cabo el pasado fin de semana. Por su parte, el portavoz del Ministerio iraní de Relaciones Exteriores, Bahram Ghasemi, señaló que sus declaraciones no poseen “fundamento” y son “provocadoras”.

El presidente republicano, Donald Trump, aún no aclara qué consecuencias podría tener la advertencia en términos prácticos. (I)

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Samper alerta sobre la amenaza estadounidense

El colombiano Ernesto Samper, exsecretario general de la Unasur, antes de abandonar el cargo, el pasado 31 de enero, indicó en una entrevista a Telesur que las actitudes del presidente Donald Trump van a servir para que los sectores conservadores de la región entiendan que la verdadera amenaza viene del Norte.

“Antes fuimos relativamente complacientes con algunas políticas de Washington, porque en parte ellos perseguían objetivos que compartíamos, como la lucha contra el narco. Pero si ahora Trump dice que se propone sacar diez millones de inmigrantes está hablando básicamente de latinoamericanos, no de húngaros. El muro no es una amenaza, es una realidad”, enfatizó en la entrevista telefónica con el medio internacional.

El colombiano aclaró que es lógico que los gobiernos declaren que tienen buena disposición hacia el mantenimiento de relaciones normales con Estados Unidos. Pero al mismo tiempo la región tiene que buscar aliados por fuera. Hoy Estados Unidos es una amenaza real, no una posibilidad de amenaza.

El líder recalcó que es el momento de potenciar escenarios de integración como Unasur, que son políticos y se hicieron para enfrentar este tipo de amenazas.

“A pesar de las diferencias ideológicas convivimos durante años con un regionalismo económico abierto y condiciones de buena vinculación política. Es válido, por ejemplo, que los países del Pacífico busquen fortalecerse y que otros procuren establecer alianzas fuertes con la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). Pero siempre tiene que haber una intención legítima de preservar la región”, enfatizó. (I)

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