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El magnate promete aplicar arancel del 35%

Trump amenaza con impuestos a multinacionales del automóvil

Un auto Ford Focus en una línea de ensamblaje en la planta de Michigan. La compañía impulsará la producción estadounidense de vehículos eléctricos.
Un auto Ford Focus en una línea de ensamblaje en la planta de Michigan. La compañía impulsará la producción estadounidense de vehículos eléctricos.
Foto: AFP
04 de enero de 2017 - 00:00 - Agencias AFP y Prensa Latina

Una vez más, el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump,  causó revuelo a través de Twitter. En esta ocasión, con un ‘recado’ a la todopoderosa multinacional del automóvil General Motors: “General Motors entrega automóviles Chevy Cruze, fabricados en México, a sus concesionarios de Estados Unidos sin pagar impuestos.

Fabriquen en Estados Unidos o paguen un alto impuesto fronterizo”, tuiteó el presidente electo, que entra en funciones el 20 de enero.

Tras el tuit de Trump, General Motors dijo en un breve comunicado que produce la versión sedán del Cruze en Ohio: “Todos los Chevrolet Cruze sedán en venta en Estados Unidos son producidos en la planta de montaje de GM en Lordstrom, Ohio. GM produce el Chevrolet Cruze de cinco puertas para mercados globales en México y un pequeño número es vendido en Estados Unidos”, explicó el fabricante.

Las medidas proteccionistas para la industria estadounidense y la imposición de aranceles aduaneros a las empresas que deslocalicen la producción constituyeron una de las bazas electorales de Trump en campaña, en especial en los estados industriales más castigados por los efectos del libre comercio, algunos de los cuales, como los deprimidos Pensilvania y Michigan, acabaron siendo decisivos en las elecciones del pasado noviembre.

Ford cambia de planes

Así las cosas, Ford, el otro gigante automovilístico estadounidense, anunció horas después que cancelará la construcción prevista de una planta en el estado mexicano de San Luis Potosí y que desviará la inversión -$ 700 millones- a Michigan, lo que supondrá la creación de 700 puestos de trabajo.

El consejero delegado de la firma, Mark Fields, calificó la medida de “voto de confianza” en el “entorno favorable a las empresas” que el presidente electo está creando, y negó un acuerdo con él. “No hay ningún trato con Trump, lo hicimos por nuestro negocio”, declaró ayer en una entrevista en la CNN.

El año pasado, Ford anunció una inversión de $ 1.600 millones en una nueva planta en México para fabricar el Ford Focus. Tras el cambio de planes, el Focus se producirá en México, pero en una fábrica ya existente, y se ampliará la planta de Flat Rock, en Michigan, para fabricar vehículos eléctricos y sin conductor.

El gobierno de México lamentó la decisión de Ford. En un comunicado el Ministerio de Economía indicó que la firma deberá pagar cualquier inversión que el gobierno local haya realizado para facilitar la construcción de la planta.

Durante la campaña electoral, Trump acusó a Ford de despedir a  trabajadores en Estados Unidos para desplazar parte de su producción a México, y prometió aplicar un arancel del 35% a la venta en territorio estadounidense de los vehículos fabricados en el país vecino.

Posteriormente, el presidente electo se atribuyó la decisión de Ford de producir una serie de camiones semipesados en Estados Unidos en vez de en México. Sin embargo, la compañía indicó que se trató de una decisión que tomó en 2016. (I)

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Una enmienda fue retirada

Los congresistas republicanos retroceden

Los legisladores del Partido Republicano retrocedieron ayer en su decisión de recortar los poderes del comité encargado de investigar los atropellos éticos de los propios miembros del Congreso, luego de que el presidente electo Donald Trump rechazara la medida.

La bancada republicana adoptó la noche del lunes -que fue feriado en Estados Unidos- una modificación del reglamento interno que en la práctica tornaba ineficiente al comité responsable de investigar la conducta de los legisladores.

Pero “la enmienda fue retirada (...) de acuerdo unánime”, dijo un asesor del liderazgo republicano.

Según la reforma abortada, el Comité de Ética, creado en 2008, no habría sido suprimido pero se pretendía rebautizarlo, y en vez de ser un órgano independiente habría quedado en manos de los propios legisladores, con poder para cerrar investigaciones en marcha.

Grupos defensores de la transparencia y sus rivales del Partido Demócrata  denunciaron la iniciativa, pero el tiro de gracia provino de Trump.

Aunque Trump coincidió en que el comité era “injusto”, criticó la reforma de inoportuna, en la red social Twitter.

Así, las primeras dos jornadas laborables de 2017 fueron frenéticas para Trump. A golpe de tuits (mensaje de 140 caracteres), y en un lapso de apenas 18 horas, el próximo presidente de Estados Unidos replicó a la amenaza nuclear de Corea del Norte, criticó a China, amenazó al gigante americano General Motors y anunció un cambio de política en torno a la prisión de la base de Guantánamo, en Cuba. En medio de esta actividad, también criticó a los congresistas republicanos. (I)

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