El Egeo fue escenario de una nueva tragedia. Al menos 42 refugiados, entre ellos 20 menores de edad, perdieron la vida ayer luego de que tres embarcaciones naufragaron, cerca de las islas Farmakonisi y Kalolimnos. Este incidente elevó a 139 el número de migrantes muertos este mes en el Mediterráneo.

En base a datos difundidos por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), enero de 2016 batió un nuevo récord de refugiados muertos con respecto a enero de 2015, cuando fallecieron 82,  y enero de 2014, cuando se registraron 12 decesos.

Las 20 primeras víctimas, halladas por los guardacostas griegos, perecieron al naufragar su barco ante el islote de Kalolimnos, lo que causó 34 muertos. Otras 7 personas se ahogaron cuando su embarcación se hundió frente a la isla de Farmakonissi. Además, los guardacostas turcos hallaron los cuerpos de 3 niños tras otro naufragio frente a la localidad de Didim, según la agencia de prensa Dogan.

La búsqueda siguió a lo largo de todo el día en esas zonas, pues según las 26 personas que pudieron ser rescatadas, varias decenas de viajeros se hallaban a bordo. El jueves, otros 12 migrantes, entre ellos niños, murieron ahogados frente a las costas turcas del Egeo tras naufragar la embarcación con la que trataban de llegar a la isla griega de Lesbos. Los guardacostas turcos rescataron a 28 personas.

A pesar del frío, miles de migrantes, muchos de ellos huyendo de las guerras en Siria, Irak y Afganistán, se aventuran cada día en las aguas del mar Egeo para alcanzar las islas griegas, puerta de entrada hacia Europa.

Desde comienzos de año, la OIM ha contabilizado 31.000 llegadas a las islas griegas del Egeo oriental, 21 veces más que en enero de 2015.

La UE busca financiamiento  

La canciller alemana Angela Merkel, criticada en su país por su política de puertas abiertas, busca el apoyo de Turquía para reducir el flujo de migrantes.

La mandataria se entrevistó en Berlín con el jefe de gobierno turco, Ahmet Davutoglu, y sus principales ministros en una reunión de consultas germano-turcas que la canciller calificó de ‘clave’ para resolver la crisis de los migrantes.

Turquía, país por el que pasan muchos candidatos a lograr asilo en Europa, desempeña un papel central en la estrategia de Merkel de reducir este año de manera “significativa” el número de solicitantes de asilo que llegan a Alemania, y que alcanzaron en 2015 la cifra récord de un millón.  

“Tenemos un interés común en que vayan menos refugiados a Turquía y que Turquía simplemente no los deje pasar (...) es por ello que queremos determinar nuestros intereses comunes, para que esto cese”, declaró el ministro alemán del Interior, Thomas de Maizière.

La UE prometió a fines de noviembre pasado $ 3.000 millones  a Turquía a cambio de controlar mejor sus fronteras y luchar contra los traficantes de personas, pero los gobiernos europeos no han cumplido su promesa y por el otro lado acusan a Turquía de no cumplir lo acordado.

Dividida por la crisis migratoria, la Unión Europea prepara una revisión de las reglas para recibir refugiados, cuya carga reposa de manera desmesurada en unos pocos países, pero el plan de modificación despierta resistencias en numerosas capitales.   

El reparto, tal como lo ha propuesto la Comisión, haría que Alemania, Francia, España o incluso Polonia, reciban los mayores contingentes de migrantes.
Gran Bretaña podría sustraerse a esta obligación, como se lo permiten los tratados europeos.         

Merkel, por su lado, sigue negándose a un cierre de fronteras a los refugiados o a poner límite a los que se acoge, y promete una solución internacional que pasa por un mejor control de los flujos desde Turquía, y un reparto de migrantes mediante cuotas europeas. (I)

DATOS

Macedonia reabrió ayer a los migrantes su frontera con Grecia,  pero solo deja pasar a los que quieran pedir asilo en Austria y Alemania.  

Tras pasar la noche del jueves en la frontera entre Grecia y Macedonia con temperaturas negativas, unos 2.000 refugiados, principalmente sirios, reanudaron ayer su difícil viaje hacia el norte de Europa.

La prioridad de los países europeos es frenar las llegadas y desalentar a los que buscan asilo con medidas unilaterales, como en Austria en donde el miércoles se anunció una cuota anual.  

Más de un millón de migrantes cruzaron el Mediterráneo rumbo a Europa en 2015, la mitad de los cuales eran provenientes de Siria, y de Eritrea, según el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (Acnur).