El Senado mexicano ratificó la Reforma Educativa que la Cámara Baja aprobó el domingo. Los cambios previstos en la ley fueron enérgicamente rechazados por la Coordinadora Nacional de los Trabajadores del Estado (CNTE), fracción disidente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación.

A pesar de las protestas de los docentes, los senadores aprobaron -con 102 votos a favor y 22 en contra- la Ley General del Servicio Profesional Docente, que fue enviada al Ejecutivo para su promulgación, y su entrada en vigor está prevista para dentro de dos años.

La iniciativa, que se iba a aprobar en agosto, es una ley secundaria, que en uno de sus puntos más polémicos establece mecanismos de evaluación para los profesores pagados por el Estado, lo que no se contemplaba en legislaciones pasadas.

El presidente Enrique Peña Nieto dijo en su informe del lunes que las ambiciosas reformas que había emprendido al inicio de su Gobierno no darían marcha atrás.

La  CNTE, que en las últimas semanas ha realizado varias protestas que han alterado el  ya caótico ritmo de la capital del país, convocó para ayer a una movilización nacional; además, estudia la opción de desacatar la ley por considerarla una “imposición”.

“No la vamos a respetar. Vamos a entrar en desobediencia civil”, dijo frente al Senado, Severino Villegas, profesor en Oaxaca (sur), uno de los estados con mayores niveles de pobreza y población indígena. (EFE/AFP)