La falta de adhesión a los protocolos y la intención del papa Francisco de estar mano a mano con los fieles, llevó a las autoridades de Brasil a poner a punto un inédito y complejo sistema de seguridad con el uso de policías, militares de las Fuerzas Armadas y tecnología de última generación para proteger al jefe del Estado vaticano, que llegará en una semana, el próximo lunes, a Río de Janeiro.

“Lo hemos planificado todo en contacto con el Vaticano”, dijo el director de operaciones de la Secretaría Extraordinaria para los Grandes Eventos del Gobierno de Brasil, José Monteiro. La Jornada Mundial de la Juventud de la Iglesia Católica que se realiza es uno de los focos de seguridad de Brasil junto con el Mundial 2014 y los Juegos Olímpicos 2016. Hoy llegan al aeropuerto internacional Tom Jobim de Río de Janeiro dos ‘papamóviles’ blindados y un jeep que el argentino Jorge Bergoglio usa en la ciudad del Vaticano para estar en contacto con los fieles.

Lo traerá un avión Hércules C-130 de la Fuerza Aérea Brasileña (FAB), con un recado. En la medida de lo posible, el argentino no quiere usar el papamóvil en Brasil y sí el jeep. “Quiere estar más cerca de los fieles durante sus traslados por Río”, dijo un portavoz de la organización de la Jornada Mundial de la Juventud. No se informó si el Vaticano o Brasil pagaron por el traslado del equipamiento. Brasil colocará a disposición de Francisco cuatro helicópteros con la máxima tecnología. Cámaras de visión nocturna desde helicópteros de fabricación estadounidense que serán usadas para el Mundial 2014 y los Juegos Olímpicos.

Comparada con la visita a Brasil -donde recorrió 13 ciudades- del papa Juan Pablo II en 1980, la llegada de Francisco pretende blindar a Río de Janeiro: el operativo de seguridad incluirá 12.000 hombres de las Fuerzas Armadas, 7.400 pertenecen al Ejército. La Policía militarizada del estado de Río de Janeiro dispondrá de 6.500 hombres y toda la corporación estará de guardia, sin francos durante la visita papal, determinó el gobernador Sergio Cabral. La tropa de elite de la Policía del gobierno central, la Fuerza Nacional de Seguridad usará 1.300 agentes. El Ejército distribuirá por la ciudad maravillosa 410 vehículos.

Dos aviones caza de la Fuerza Aérea -un Super Tucano y un F-5- estarán en la base militar como soporte en caso de algún acto de terrorismo o quiebra del espacio aéreo. El trabajo de inteligencia estará a cargo de la Policía Federal, con 1.501 agentes. Habrá 50 en la residencia Asunção del barrio serrano de Sumaré, custodiando la habitación del Papa y de los cardenales que lo acompañarán.

La Policía realizó este fin de semana un operativo en el que detuvo a 29 acusados de comandar el narcotráfico en la favela Rocinha, la más grande del país, que se encuentra bajo ocupación policial desde hace un año y medio. La prensa calificó este operativo como un modo silencioso de evitar cualquier tipo de reacción del crimen organizado dado que la atención estará puesta en custodiar al Pontífice.

Luego de las extensivas manifestaciones de junio, con escenas de represión policial por parte de la Policía de Río, que le valió alertas y repudios de la organización Amnistía Internacional, la Iglesia católica recibió garantías por parte de la presidenta Dilma Rousseff para la seguridad papal. “Es misión del Estado dar garantías a los ciudadanos que vienen a Brasil y nuestro evento es grande, esperamos 2 millones de personas”, dijo el presidente de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil, Raymundo Damasceno, quien será el encargado de guiar el día 24 al Papa en su visita a Aparecida, interior de Sao Paulo, principal santuario católico del país con más católicos del mundo.      

La estrategia de seguridad del Papa fue también puesta a prueba por las fuerzas de seguridad y el gobierno durante la Conferencia de la ONU Rio +20 el año pasado y en las Copas de las Confederaciones de junio, que se realizaron  en medio de las más grandes protestas de las últimas dos décadas.

En una entrevista realizada antes de las manifestaciones, el jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, José Carlos de Nardi, reveló que una acción colectiva es la hipótesis menos riesgosa hacia el Pontífice. La hipótesis de alto riesgo es la actuación de lo que los militares en Brasil llaman “lobo solitario”.
“Para el Papa el mayor riesgo es la del lobo solitario, como ocurrió en la propia Italia”, afirmó De Nardi en referencia al atentado sufrido en 1981 en la plaza San Pedro de parte de Mehmet Ali Agca.

El Papa se trasladará en helicópteros Cougart pedidos especialmente por el Vaticano y cubrirá gran parte de los extremos de la ciudad maravillosa. Después de visitar Aparecida, dará el día 25 una misa en la playa de Copacabana, que incluirá una representación de la Via Sacra y un festival musical.  El mismo día visitará la favela de Varginha, en el complejo de Manguinhos, que recientemente hubo ocupación policial. Allí deberá llegar en el papamóvil, pese a su sugerencia de usar el jeep, para hacer rezar en una capilla y luego en la cancha de fútbol de la favela.

También está previsto que tome un café o almuerce con una familia en una casa de madera y material de habitantes de la favela. También visitará un instituto de menores, donde dialogará con cinco jóvenes adictos y presos por delincuencia. El plato fuerte de la visita, un verdadero desafío para la seguridad, será el campus Fidei, en el barrio Guaratiba, extremo oeste de la ciudad, en cuyas favelas y zonas bajas dominan el delito otro problema de la criminalidad en Río de Janeiro, las milicias parapoliciales o escuadrones de la muerte de ultraderecha que le disputan territorio a los narcos, de acuerdo a una investigación del diario Folha de Sao Paulo.

En Guaratiba se realizará el campamento de la Jornada Mundial de la Juventud, la gran fiesta popular de la Iglesia católica, y el último acceso por vehículos para llegar a ese campo estará ubicado a 13 kilómetros. El espacio equivale a siete estadios Maracaná y Jorge Bergoglio dará dos misas antes de partir, en la noche del 28, hacia Roma en un vuelo de Alitalia.

CHEF “PAPAL” YA COCINÓ PARA MADONNA

A la chef brasileña Monique Benoliet le pidieron simplicidad para elegir la comida que le será servida al papa Francisco, el 28 de julio, en Río de Janeiro, cuando pase durante el día en un campo con la multitud para cerrar con una misa la Jornada Mundial de la Juventud de la Iglesia Católica (JMJ). Pero no hizo caso.

Benoliet, que es judía, es famosa porque su servicio de comidas fue contratado por varias personalidades internacionales que pasaron por Brasil, incluida una “pagana” como la “reina del pop”, Madonna. "El Papa es mi jefe pero no voy a servirle apenas agua, como pidió -contó la cocinera a la revista Istoé-. Somos simples aquí, pero le mostraremos que nuestra culinaria es la mejor del mundo".

Cazuelas de camarones, quesos de Minas Gerais, dulce de zapallo con coco y jugos de frutas tropicales brasileñas estarán acompañados por el agua mineral que pidió el Vaticano para el Papa.

La chef pondrá a disposición del jefe del Estado vaticano, el argentino Jorge Bergoglio, un vino producido en el estado sureño de Rio Grande do Sul llamado “Salton Talento 2007”, con 60% de uva cabernet sauvignon, 30% de merlot y 10% tannat.

El servicio gastronómico para el papa en la Residencia Assuncao del Obispado de Rio en Sumaré, barrio serrano de la ciudad maravillosa, donde se hospedará, tendrá la simplicidad de la cocina de la monja Terezinha Fernandes, que servirá arroz con frijoles, carne a la parrilla, pan de queso (especialidad brasileña), ensaladas y dulce de leche.

En 2007, durante su visita a Sao Paulo, el entonces papa Benedicto XVI había causado un dolor de cabeza a los organizadores: entre las opciones que estuvieron a disposición de Joseph Ratzinger  hubo varias comidas alemanas e italianas, para no perder la costumbre.