Decepción con dosis de aburrimiento. Esta fue la conclusión más repetida ayer, al menos la de 180 de los 350 diputados del Congreso, tras escuchar la propuesta de Gobierno expuesta por el candidato conservador Mariano Rajoy (foto) en el primer round de su sesión de investidura.

Tan solo los 137 representantes del Partido Popular (PP), los 32 de Ciudadanos y uno de las Islas Canarias se mostraron complacidos con sus urgencias para ser nombrado presidente de España antes del fin de semana. “España necesita un Gobierno con urgencia” y su partido, el PP, que fue el más votado en las urnas, debería conformar un ejecutivo liderado por él ya que “no existe otra alternativa”. En ese momento, socialistas, nacionalistas y todos los de Unidos Podemos torcieron el gesto. Se miraron sorprendidos, sumaron escaños y el resultado no era el mismo: 180 frente a 170.

“Otra cosa es que logren ponerse de acuerdo pero alternativa a Rajoy existe”, afirmó en voz baja un senador progresista presente en la sesión de ayer.

Como el acuerdo firmado con Ciudadanos y la representante de Coalición Canaria no es suficiente aval para lograrlo, Rajoy apeló una y otra vez a “responsabilidad de estado” del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) obviando cualquier referencia a la corrupción que asola a su partido, pero alertando de los múltiples peligros que acechan a la vuelta de la esquina. El más grave, sin duda, la sacrosanta unidad territorial puesta a prueba en Cataluña.

Las réplicas del resto de fuerzas parlamentarias se reservan para hoy, al término de las cuales se procederá a la votación. Si Mariano Rajoy no logra 176 votos favorables, ahora tiene garantizados 170, se convocará a los 350 diputados para el viernes. Entonces le servirá con obtener más votos afirmativos que negativos para ser presidente de España. (I)

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Una hora y media duró su monólogo

Cataluña y el empleo, los temas de su discurso

El 21% de la población activa no tiene trabajo en España. Ante esto Rajoy aseguró que la meta de su política económica será dinamizar el empleo. Para demostrarlo mostró unos datos elaborados en los que señaló que cuando llegó a la presidencia “se destruían 1.400 empleos y ahora se crean 1.600”.

El tema de la corrupción que asola a su Partido Popular, apenas mereció minuto y medio dentro de su largo discurso centrado en defender la soberanía de Cataluña. (I)